Vivir es una constante

Vivir es una constante. Vivir y tratar de superar todo lo que se nos va poniendo por delante, un objetivo.

Un fracaso no impide tener éxito. Un fracaso te impulsa hacia el éxito. Una persona debería sentirse orgulloso, siempre, de la cantidad de fracasos que tenga en la vida. Fracasar es vivir y eso ya es un éxito.

Tener fracasos es no estar quieto, es intentarlo muchas veces y haber acertado alguna. Y para ello es fundamental la determinación y la perseverancia, el esfuerzo, la actitud, el no darse por vencido nunca; el vivir.

Vivir

Vivimos en un mundo que cambia constantemente, un mundo lleno de sufrimientos que no nos son ajenos.

Podemos sentir ese sufrimiento o tratar que no nos afecte. Podemos enfrentarnos a él, o escondernos y hacer como si no pasara nada.

A nuestro alrededor hay sufrimiento. Podemos pensar que a veces nos pilla lejos, pero está también cerca, aquí al lado.

Conocer, sentir el sufrimiento de los demás, a veces es sentir que mucho de lo que nos puede resultar a nosotros un gran problema, un obstáculo, es una verdadera gilipollez comparado a lo que verdaderamente sienten otras personas.

Sufrir es inevitable

Sufrimos todos, de una manera u otra. No conozco a nadie que sea de piedra, que no sufra o sienta. Nosotros somos dueños de nuestro sufrimiento y lo importante es cómo decidimos responderle o hacerle frente. Somos libres y eso nos hace elegir.

Elegir nos hace Ser y tomar decisiones

Nos pueden arrebatar todo, pero no podrán arrebatarnos nuestra libertad y en esa libertad, en ese deber de enfrentarnos al sufrimiento, está el levantarnos las veces que sean necesarias, ponernos en pie con la cabeza alta, mirar de frente, estar orgullosos de Ser y volver a caminar hacia delante.

Hoy es otro día. Eso pienso cada mañana, como la de hoy, al levantar temprano y ver cómo aparece ese sol. Cada día es nuestro cumpleaños: despertamos, vivimos. Tenemos una oportunidad para comenzar de nuevo.

Es verdad que hay personas que pasan por la vida aprendiendo a encajar golpes, haciéndose fuertes a base de caer y levantar, mientras que otros, parece, su modus vivendi es romper vidas como el que se dedica a romper platos a capricho. Siempre me quedaré con los primeros.

En el mundo hay dos tipos de personas: las que lo hacen cada día un poquito mejor y las que lo hacen un poquito peor. Cuando vamos restando días al tiempo, cuando hemos estado rodeados de unos y otros, prefiero quedarme ya, tan solo, con aquellos que tratan de hacerlo mejor.

Amar la vida es también amar sus dificultades