En una sociedad cada vez más interconectada, en donde en cualquier momento descuelgas el teléfono o coges el celular y puedes llamar a cualquier parte del mundo, a pesar de ello sigue existiendo un importante problema de soledad.
En ocasiones se ha querido contraponer el concepto de soledad con el de falta de comunicación, esto es, si no expresas lo que llevas dentro, te vas aislando del resto, y eso te conduce a la soledad.
Eso es lo que sufren muchos pequeños, cuando se sienten acosados en la escuela, que son incapaces de expresar sus emociones, ya sea por temor al acosador, o porque no ven que ninguno de sus compañeros le ayuden con aquello, lo que va conduciendo poco a poco a un mayor aislamiento incluso de sus padres.
Pero la soledad no es exclusiva de los más jóvenes, muchos de nuestros mayores confiesan sufrir la soledad, incluso investigaciones han determinado que esta se sufre en mayor medida a mitad de semana y el fin de semana, pero en especial por las noches.
Hoy en día hay multitud de actividades y lugares orientados a los mayores, pero la mayoría de estos son centros de día, es decir, que están abiertos en "horario de oficina", regresando cada uno de los mayor a su casa para dormir. Es precisamente en esos momentos de tranquilidad, sin nada que hacer, en ocasiones sin poder dormir bien por la noche, cuando se siente la soledad.
Pero no hay que ser ni muy joven ni muy mayor para sentirlo, la incomprensión del otro, la falta de empatía e incluso una baja autoestima puede estar en la base del sentimiento de soledad, incluso esta se puede sentir a pesar de estar rodeado de gente.
Para superar esta soledad existe multitud de técnicas de intervención psicológica, que tratan de que la persona sea capaz de ver lo positivo de su vida, de aumentar la autoestima e incluso las habilidades sociales, igualmente y más a nivel cognitivo se tratan los pensamientos de inutilidad y falta de comprensión asociados a la soledad.
A pesar de todo lo anterior, existe hoy en día mucha más gente que se siente sola, y que pone la televisión o la radio para hacer como si estuviese acompañada, y eso a pesar de toda la tecnología a nuestra disposición, ya que para poder salir de la soledad hay que pedir ayuda, cuando no se sabe cómo hacerlo.
En una sociedad donde cada vez se cultiva más el éxito individual, está provocando que cada vez haya más personas solas, a pesar de lograr sus metas.
En cuanto a la vida íntima, aunque no es garantía, contar con una persona al lado ayuda mucho a no sentir la soledad. El aumento de los casos de separación y divorcios, trae como consecuencia que personas con treinta o cuarenta años, se encuentren en solas, a pesar de tener todo lo que quieren en la vida, ya sea un trabajo, una casa o cualquier otra cosa, pero sin nadie con quién compartirlo.
El tiempo libre va a ser la medida de qué tanto nos sentimos solos, si lo tenemos ocupado con la pareja o amigos, difícilmente nos sentiremos solos, si en cambio, no sabemos qué hacer, y pasan las horas y horas y no la dedicamos a nada, podemos sospechar que puede haber detrás un problema de soledad.
La soledad en sí mismo no es un problema clínico, y escasamente se diagnostica en terapia como tal, ya que los pacientes suelen acudir cuando el problema se agrava y aparece otra sintomatología como la tristeza, y todo ello conduce a la Depresión.
La soledad por sí mismo no provoca ningún tipo de sentimiento negativo, pero sí es cierto que si no es algo buscado, puede generar tristeza e incluso ansiedad, aspectos que si se mantienen en el tiempo y no se tratan, puede desembocar en un Trastorno del Estado de Ánimo.
A pesar de toda la tecnología a nuestra disposición, la soledad es un problema cada vez más acuciante en nuestra sociedad, de la que nadie parece querer hablar, y de la que no existen políticas dedicadas a su detección y tratamiento.
Lo más parecido a este tipo de políticas son las encaminadas a entretener y ofrecer servicios de ocio, para aquellos jóvenes o mayores que tengan tiempo libre y quieran, pero las personas que se sienten solas, en muchas ocasiones no saben ni quieren salir de su soledad, por lo que difícilmente acudirán a estos espacios.
Tal es así, que algunas universidades promueven entre sus jóvenes estudiantes que dediquen unas horas a la semana a compartirla con algún anciano, en programas como “Adopta un Abuelo”, de forma que al menos, durante esas horas el anciano no se sienta solo.