Un aluvión de medios de comunicación acreditados, nacionales e internacionales, esperaban ayer por la mañana en el pabellón siete de IFEMA la llegada de la comitiva oficial encargada de inaugurar la trigésimo sexta edición de ARCO, una de las ferias internacionales de arte contemporáneo españolas más emblemáticas, que este año cuenta con Argentina como país invitado.
Encabezada por los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, junto al presidente argentino Mauricio Macri y la primera dama, Julia Awada, el grupo ha recorrido los pabellones 7 y 9 del recinto ferial de Madrid donde han visitado, de la mano de Carlos Urroz, director de ARCO, veinte de las más de 200 galerías procedentes de 27 países, que abren sus puertas del 22 al 26 de febrero.
Una hora ha durado el recorrido inaugural que ha comenzado pasadas las 10.25 de la mañana, con primera parada en clásicos como la galería Helga de Alvear, premio A al Coleccionismo, donde además de posar para la prensa, han conversado con galeristas y artistas.
Después numerosas paradas más. Entre otras, en los stands de la galería parisiense Jérome Poggi, de la histórica española Juana de Aizpuru, que será homenajeada en Arco Lisboa y la joven Travesía Cuatro, con sedes en Madrid y Guadalajara (México). Argentina también ha sido protagonista en el recorrido como país invitado con doce galeristas argentinos presentes en ARCO 2017, donde arte y cultura se unen para convertirse en una forma más de acercar a los dos países, en la actual visita de estado del presidente argentino a España.
A diferencia de otros años, y al igual que sucedió en la edición anterior, ARCO 2017 busca un sentido de la provocación más político que estético. Más pegado a la realidad golpea la conciencia del visitante con algunas obras que aluden al reciente drama de los refugiados. ARCO tiene, pues, connotaciones políticas pero también potencia visual y el arte en sí mismo como tema principal: el color, la luz y los sentimientos. La galería belga Meessen De Clercq, las alemanas Kuckei + Kuckei y Thomas Schulte, la italiana Giorgio Persano o el artista imprescindible Julian Opie en la portuguesa Mário Sequeira son algunas visitas obligadas.
En los inmensos pasillos de la feria, anteayer ya había cierto optimismo en el mercado. Pese a que la inauguración oficial a cargo de los Reyes se ha celebrado el jueves por la mañana y la apertura al público será sólo el fin de semana, muchos de los profesionales que el miércoles ya recorrían los pabellones de ARCO coincidían en señalar el buen nivel de la mercancía artística de este año. Si las previsiones se cumplen, el impacto económico de ARCO en la ciudad de Madrid ascenderá a 100 millones de euros. La pieza más cara de la feria es la escultura Three man laughing at one de Juan Muñoz, que alcanza los 1,5 millones de euros en la galería Elvira González.