Se aproxima en el calendario una celebración de la que, aunque en España no somos partícipes, sin embargo hemos oído hablar de ella largo y tendido en series y películas extranjeras. Se trata del día de Acción de Gracias (Thanksgiving day), que es enormemente celebrado en lugares como Estados Unidos, Canadá, Escocia, Irlanda o Alemania, entre otros.
Se trata de una festividad religiosa (en su origen considerada secular) en la que amigos y familiares se reúnen en torno a una mesa para compartir un banquete, que hunde sus raíces en una mezcla de tradiciones europeas y americanas (nativas).
Hacia el año 1620, América había recibido gran cantidad de inmigrantes procedentes de Inglaterra y otros lugares de Europa, que marchaban escapando de las constricciones de la Iglesia y de la pobreza para desembarcar en Plymouth. Allí eran recibidos por los indios nativos de Massachusetts, que compartieron con ellos sus conocimientos sobre las cosechas y les enseñaron a cazar y a curar la carne de los animales de la zona.
El primer noviembre, tras haber recogido la cosecha, estos inmigrantes europeos quisieron agradecer a los nativos la ayuda que les habían prestado, organizando para ello una gran cena, en la que también dieron gracias por la cosecha recibida y por haber sobrevivido. Año tras año, en la colonia se tomó por costumbre reunirse las familias en la misma época para dar gracias por los dones recibidos a lo largo de los últimos doce meses. Tradición que ha pervivido hasta el día de hoy.
Tras haber ido cambiando de fecha a lo largo de los siglos, finalmente en 1941 Franklin D. Roosevelt (32º presidente de Estados Unidos) determinó que su celebración fuera el cuarto jueves de noviembre. Hoy es una jornada de agradecimiento por las cosechas y por todo lo que uno tiene en la vida.
Las familias se reúnen en sus casas, en donde preparan un banquete y ofrecen una oración de gracias. El plato principal es el pavo asado u horneado, acompañado de un relleno hecho de pan de maíz y salvia, y servido con una jalea o salsa de arándanos rojos. También se sirven platos de verduras, como judías verdes, patata dulce, puré de patatas con gravy (salsa hecha del jugo del pavo), zanahorias glaseadas y panecillos. Además de una gran variedad de postres, siendo el más popular el pastel de calabaza, el de nuez pacana y el de manzana. Las comidas se sirven con sidra de manzana caliente con especias o espumoso de sidra de manzana, tradicionalmente fermentado.
Es una de las tradiciones más populares de Estados Unidos, incluso por delante de la Navidad, de tal manera que las gentes llegan a desplazarse incluso de un estado a otro para pasar ese día con sus familias. Aunque el motivo es darle gracias a Dios por todos los bienes recibidos durante el año (salud, trabajo, amor...), sin embargo, cada vez más personas que no profesan ninguna religión se unen a esta tradición.
Aprovechando el encuentro con los miembros de la unidad familiar, muchos son los que escogen ese día para decorar el árbol de navidad o poner el nacimiento.
En Manhattan se realiza un gran desfile por las calles que atrae a millones de personas para ver los enormes globos y presenciar las actuaciones de artistas invitados.
La mayoría de establecimientos están cerrados, pero el siguiente viernes es el conocido como "viernes negro", momento en que se inicia la apertura de la temporada de compras navideñas, con precios de rebajas en tiendas y grandes almacenes. De hecho, se dice que el cambio final de fecha fue obra de Fred Lazarus Jr., máximo responsable de los almacenes Macy´s, que convenció al presidente para adelantarlo al cuarto jueves y así disponer de más días de venta de productos navideños.
Una vez más, así es, una gran tradición mundialmente conocida que ha permanecido al paso del tiempo, pero no a la influencia del consumismo.