Dice el dicho “amor de lejos, amor de obnubilados” y también otro que va “amor de lejos, felices los cuatro”. Y posiblemente en cierto sentido y algunos casos tengan razón, ya que las relaciones a distancia no siempre salen bien o tienden con el tiempo a deteriorarse ya sea por la falta de contacto físico o comunicación.
Aún así, en la era que vivimos actualmente cuando el mundo literalmente lo encontramos a un “click” de distancia, es que este tipo de relaciones es cada vez más recurrentes.
Sitios de citas por Internet existen desde los inicios del mismo y también las aplicaciones móviles con esta capacidad nos acercan a quienes queremos o nos importan con videollamadas en tiempo real. Quien no está comunicado el día de hoy es por dos razones: o no quiere o no le importa. Esto ya que con el acceso gratuito a Internet de diferentes maneras es que no hay en realidad otra alternativa.
Habiendo dicho lo anterior, expongo el caso que actualmente nos atañe, el cual es en resumidas cuentas las relaciones a distancia.
De ser sincero, yo he sido partícipe de este tipo de encuentros amorosos y gracias a la ayuda de la mensajería instantánea es que los límites físicos se encuentran verdaderamente en la posibilidad de “tocar” a la otra persona.
No es caso fortuito que haya elegido parafrasear el título de esta maravillosa obra de la literatura latinoamericana siendo el autor el afamado Gabriel García Márquez, periodista y escritor colombiano.
En la novela retrata el amor como se vivía en la época de nuestros abuelos, por medio de cartas, cortejos en balcones, serenatas e incluso el uso de un chaperón o chaperona cuya función era estar presente en los encuentros personales de los enamorados a manera que el honor y la virtud de la dama no fueran violentados en manera alguna por su contraparte masculina. Hoy en día esta costumbre ha desaparecido del todo en algunas regiones del país (México) y solamente algunos lugares extremadamente tradicionalistas seguirán usándolo.
Y sí, estoy totalmente de acuerdo: se ha perdido bastante de la magia y el romanticismo de aquella época, pero aún así en esta era tan inmediata quedamos quienes nos tomamos el tiempo de redactar una carta, llevar serenata o tener algún detalle para con la persona amada, que comúnmente se traduce en flores o chocolates y a veces ambas.
Regresando al tema, es prácticamente imposible no estar comunicado de alguna u otra forma en la actualidad. Es por ello que mediante un mensaje o nota de voz podemos platicar al momento con quien deseemos, concretamente en este caso con el ser amado.
Pudiendo estar en extremos opuestos de un país o quizá en continentes totalmente diferentes, se pueden entablar conversaciones tan largas y profundas como uno quiera. Ya sea para romancear o saber de algún familiar o amigo en la lejanía, gracias a esta maravillosa herramienta es que podemos tener un contacto permanente y continuo con aquellas personas cercanas a nosotros.
Igualmente existe el lado obscuro de esta historia y, como todo antagonista, aparece cuando uno menos lo espera; ya que así como podemos comunicarnos, igualmente podemos hacer de nuestra vida personal tan pública o privada como nosotros queramos con toda la facilidad que es seleccionar el botón que dice “compartir”.
Pero, ¿que acaso cuando estamos enamorados no queremos que el mundo entero sepa que vivimos y respiramos por esa persona? Mientras que unos digan que mi pregunta viene cargada con todo el rigor de los significados de codependencia y falta de amor propio, es una realidad que en ese momento él o ella significan el universo para uno.
Y qué mejor que alimentar ese cariño, ese amor con un mensaje diario que nuestra otra mitad pueda recibir y leer instantáneamente.
Es cierto, el amor y las formas que tenemos de vivirlo han cambiado con el tiempo y seguramente seguirán cambiando, mas no por ello significa que el sentimiento haya muerto o que el romanticismo desaparezca. Simple y llanamente usando las herramientas que tenemos disponibles de una manera adecuada y con el fin para el que fueron hechas, podemos disfrutar de relaciones sentimentales a largas distancias.
Lo que sí, y esto lo considero de suma importancia, sin perder en ningún momento el respeto y el fin con el que queremos sentirnos cerca de esa persona. Ese bello sentimiento llamado amor.
Ya lo dijo alguna vez un gran poeta de nuestro tiempo: “all you need is love”. Y, como acotación personal, creo sinceramente que aquello de lo que sufre el mundo y nuestra sociedad actualmente es eso precisamente, amor y amor del bueno.