La población de la Unión Europea (UE) experimentó por primera vez en su historia un crecimiento natural -diferencia entre nacimientos y fallecimientos- negativo durante 2015, al registrarse 5,1 millones de recién nacidos y 5,2 millones de defunciones. En concreto, el crecimiento natural de la UE en 2015 fue de -135.200. La tasa de natalidad fue de 10 por cada mil habitantes y la de mortalidad de 10,3 por cada mil habitantes. El crecimiento vegetativo fue de -0,3 por cada mil habitantes. Estas cifras demuestran el progresivo envejecimiento de la población europea.
De acuerdo con las estimaciones de Eurostat, la oficina de estadística comunitaria, la población de los Estados miembros creció durante el año pasado en dos millones de personas, hasta alcanzar los 510,1 millones el 1 de enero de 2016.
No obstante, ese incremento se debió principalmente al saldo migratorio -diferencia entre número de inmigrantes y emigrantes- positivo, indicó el organismo.
Solo la instalación de al menos 1,9 millones de migrantes en territorio comunitario evitó que su población disminuyera. Esta cifra representa la diferencia entre personas de nacionalidad no europea instaladas en la UE y quienes se marcharon.
El 2015 se vio marcado por una crisis migratoria en Europa sin precedentes desde finales de la segunda Guerra Mundial. Un gran número de migrantes llegados al continente a través de las islas griegas desde las costas turcas eran refugiados, principalmente sirios, iraquíes y afganos. En el 2015, se registraron en la UE 1,2 millones de demandas de asilo de recién llegados, el doble que un año antes, según Eurostat.
Evolución de la población
En el caso de España, el 1 de enero de 2016 contaba con 46,4 millones de habitantes, 11.200 menos que un año atrás. Los países más poblados volvieron a ser Alemania (82,2 millones), Francia (66,7 millones), Reino Unido (65,3 millones) e Italia (60,7 millones), que juntos representan más de la mitad de los habitantes de la Unión.
Durante 2015, la población aumentó en diecisiete Estados miembros y descendió en once. Así, los mayores incrementos totales de habitantes tuvieron lugar en Luxemburgo (23,3 por cada 1.000 habitantes), Austria (14,4), Alemania (11,8), Malta (11,7), Suecia (10,6), Dinamarca (8,4) y Bélgica (7,2). En cuanto a las mayores caídas, se experimentaron en Lituania (11,3 por cada mil habitantes), Letonia (8,7), Croacia (8,2), Bulgaria (6,7), Grecia (6) y Rumanía (5,6).
Con respecto a los recién nacidos, en 2015 se registraron 40.000 menos que en 2014 y la tasa de natalidad media en el conjunto del club comunitario se situó en 10 nacimientos por cada 1.000 habitantes.
España se ubicó por debajo del promedio de la UE al registrar 9 nacimientos por cada 1.000 habitantes. Irlanda (14,2 por cada 1.000 habitantes), Francia (12), Reino Unido (11,9) y Suecia (11,7) fueron los países con tasas de natalidad brutas más elevadas. Al contrario, las cifras más bajas se registraron en Italia (8 por cada 1.000 habitantes), Portugal (8,3) y Grecia (8,5).
Por lo que a los fallecimientos se refiere, aumentaron en 286.000 personas durante 2015 y la tasa bruta de mortalidad media en la UE se situó en 10,3 muertes por cada 1.000 habitantes.
De nuevo, España se situó por debajo de la media al registrar 9 defunciones por cada 1.000 individuos. Las cifras más altas se detectaron en Bulgaria (15,3 fallecimientos por cada 1.000 habitantes), Letonia y Lituania (14,4 ambos), Hungría (13,4), Rumanía (13,2) y Croacia (12,9). Mientras tanto, las tasas de mortalidad más bajas se produjeron en Irlanda (6,4 por cada 1.000 habitantes), Chipre (6,9) y Luxemburgo (7).
Así, Irlanda (7,7 por cada 1.000 habitantes) lideró el crecimiento natural de la población en la UE durante 2015, seguido de Chipre (3,9), Luxemburgo (3,7), Francia (3), Reino Unido (2,7) y Suecia (2,4).
España no consiguió mantenerse en el terreno positivo y registró una tasa de decrecimiento natural del 0,1 por cada 1.000 habitantes. España registró 417.300 nacimientos y 420.000 defunciones, se coloca justo por debajo de la media europea en esta variación.
Las tasas de crecimiento natural negativas fueron especialmente acusadas en Bulgaria (6,2 por cada 1.000 habitantes), Croacia y Hungría (4 ambos), Rumanía (3,8), Lituania (3,5) y Letonia (3,3).