Un hombre toma asiento en la cafetería. Alza la mano y, con determinación, pide un café. Coloca la chaqueta en el respaldo de la silla y apoya sobre la mesa una libreta y bolígrafo. Al principio, algunas personas le observan intrigadas, pero él permanece impasible. En menos de cinco minutos llega su capuchino. El humo se desborda de la taza e inunda la estancia del local. Su mirada se agudiza mientras agita el azúcar con la cucharilla, como si intentase llegar al alma de quienes están disfrutando del soleado día de Madrid. De repente, hace algunas anotaciones veloces y vuelve a cerrar su libreta. Algunos piensan que se trata de un detective privado, pero en realidad se trata del autor venezolano Edgar Borges trabajando en su nueva novela de ficción.
El escritor, que ha sido reconocido por obras como ¿Quién mató a mi madre?, *La contemplación o Vínculos. Apuntes con Rubén Blades, es un cazador de ficciones. De su imaginación han surgido personajes capaces de escapar de las páginas para guiar de la mano a los lectores hasta una nueva realidad, como aquellas que existen entre los párrafos de novelas como Crónicas de bar y La ciclista de las soluciones imaginarias y El hombre no mediático que leía a Peter Handke. Su talento ha sido reconocido por más de una docena de premios en el sector literario, pero su mejor recompensa asegura que sería "poder escribir una historia con la misma exactitud que la dibuja el pensamiento". Una meta de la que se queda muy cerca en su última obra: El olvido de Bruno.
A pesar de que la obra saldrá al mercado el próximo 6 de junio (en la Casa del Libro de Gran Vía de Madrid a las 19.30 horas), la crítica ya ha admirado el nuevo trabajo del escritor venezolano. El autor madrileño Antonio Gómez Rufo ha opinado que El olvido de Bruno es "la mejor narrativa de Edgar Borges". Sin embargo, no ha sido el único, ya que el filósofo vasco Vicente Huici considera que es "un libro en la estela de El Extranjero de Albert Camus, en el que se muestra un yo liberado de la memoria que resulta tan hermoso como terrible". Sus recomendaciones se suman a otras que han realizado grandes literatos sobre la obra del venezolano, como han sido Enrique Vila-Matas; Andreu Martín y Vicente Luis Mora, entre otros.
Convencido de que "la literatura es una fuerza solitaria que avanza por sí misma por más apoyo que tenga", Borges acelera los éxitos de su carrera profesional con la vida de Bruno, un viejo librero muy querido en su barrio que, en silencio, sufre de alguna extraña enfermedad mental que solo es conocida por Eliana, su mujer, quien le impulsa a utilizar la imaginación para salvar su memoria. Al menos, hasta que ella desapareciera misteriosamente. La obra, llena de misterios y miradas al interior de los personajes, será dramatizada por los reconocidos actores Sara Márquez y Alejandro Arroyo, quienes revivirán a los protagonistas en la presentación de la obra en la emblemática Casa del Libro de Madrid.
El escritor venezolano, a quien le gusta que sus novelas empiecen con "una pista que le haga saber al lector que este asunto va directamente con él", también sigue afianzándose en los mercados internacionales. Tras la traducción de su obra La contemplación al italiano, ahora ha dado un nuevo salto con el lanzamiento de su obra El hombre no mediático que leía a Peter Handke en el país transalpino. En este sentido, alcanza su segunda obra traducida al italiano durante los últimos años.
Un hombre toma asiento en la cafetería. Pero esta vez no está solo. A su lado se sienta Bruno y otros de los personajes que, gracias a la imaginación de Edgar Borges, ahora transitan libres por las calles y espacios de Madrid. Sin embargo, ahora permanecen en silencio tomando un poco de café, mientras que el escritor venezolano afina la mirada y prepara su blog de notas.