No cabe duda que la ceremonia de los premios Oscar de este año pasará a la historia en la cultura popular como aquella en la que Leonardo DiCaprio finalmente consiguió alzarse con la susodicha estatuilla. Ese momento llevó consigo la muerte inmediata de miles y miles de “memes” que hacían alusión a las reiteradas veces que DiCaprio había sido nominado sin éxito –cuatro en total-; curiosamente, este hecho provocó a su vez la creación de nuevos memes que se mofaban de su desaparición, pues Internet se realimenta a sí mismo siempre que puede.
Como no soy muy fan de ese tipo de celebraciones, únicamente me dediqué a leer varios resúmenes durante la jornada posterior, y para mi sorpresa comprobé que Ennio Morricone había ganado el Oscar a la mejor banda sonora, su primer Oscar.
Un italiano en Hollywood
No me podía creer que semejante genio no hubiese sido premiado por la academia estadounidense anteriormente así que, tras una rápida búsqueda por la red, vi que efectivamente en el año 2006 lo hizo Mediante un Oscar honorífico por toda su carrera. Anteriormente Morricone había sido nominado en cinco ocasiones sin éxito por Days of Heaven, La misión, Los intocables, Bugsy y Malèna; sin embargo, bandas sonoras tan míticas y atemporales como La muerte tenía un precio, El bueno, el feo y el malo o Cinema Paradiso no fueron tomadas en cuenta en su día por la academia –nombro las tres más emblemáticas, pero hay muchas más que, en mi opinión, hubiesen merecido la nominación-.
Supongo que el hecho de que Morricone sea uno de los compositores más importantes del mundo cinematográfico sumado a que el paso del tiempo le ha ido dando cada vez más relevancia, provocó que la Academia de los Oscar decidiese enmendar su error hace diez años, puede que pensando que, a sus 77, Ennio no iba a tener muchas más oportunidades de conseguirlo.
Nada más lejos de la verdad, pues diez años más tarde el cinco veces nominado, autor de 527 obras entre películas, documentales, cortos y videojuegos, y creador de algunas de las tonadillas más inmortales conseguía alzarse con su primera estatuilla a la mejor banda sonora por The Hateful Eight a los 87 años de edad. Creo que si alguna vez hubo un momento perfecto para que alguien dijese orgulloso y bien alto un “chúpate esa” fue durante la ceremonia de los Oscar de 2016, y Ennio Morricone era esa persona.
The Hateful Eight
Le guste o no Morricone, es un hecho incontestable que se le recordará como el compositor por excelencia del spaghetti western. Esas guitarras, silbidos y vientos que nos transportaban de inmediato a lo más árido del desierto forman ya parte de la Historia del cine –sí, con mayúsculas-. Se suele decir que el arte trata de imitar a la naturaleza, y Morricone supo transformar los sonidos de esa naturaleza inerte en unas fantásticas bandas sonoras, como es el caso de Dos mulas y una mujer –más tarde usada en Django-, en donde se aprecia claramente la imitación que hace la música del sonido del asno; así como la que puede ser la tonadilla más famosa del spaghetti western, la de El bueno, el feo, y el malo, que fue sacada, según palabras del propio Morricone, del sonido del coyote. Solo se puede decir que fue una genialidad.
Sin embargo, al ser estas producciones europeas no fueron tomadas muy en cuenta en su momento por la academia estadounidense, por lo que uno podría pensar que es de “justicia divina” que finalmente acabasen premiándole por un western precisamente. Si bien la banda sonora de The Hateful Eight se aleja del estilo de sus composiciones para los spaghetti westerns, ciertos segmentos como el titulado “L’Ultima Diligenza di Red Rock” tienen ciertas reminiscencias a esas viejas películas desde un punto de vista mucho más oscuro. En general, es una banda sonora que refleja muy bien el ambiente de la película; música densa y sombría que te hace sentir atrapado, tal y como les ocurre a los personajes de la trama, todo con el sello inconfundible del maestro.
Al César lo que es del César
Empezaba este artículo hablando de cómo la última ceremonia de los Oscar iba a pasar al imaginario de la cultura popular, y si bien es cierto que será recordada como aquella en la que DiCaprio rompió con su mala suerte, también me gustaría pensar que la recordaremos como aquella en la que Ennio Morricone nos volvió a mostrar a todos su genio. Pues, aunque ha sido su primer Oscar a una banda sonora, apenas nadie ha dado mucha relevancia a esto porque, sencillamente, Morricone está muy por encima de eso. Él ya era y es una Leyenda –con mayúsculas- y no creo que este premio ni ningún otro pueda engrandecerla aún más.
Simplemente no se puede.