Libres de humo: evidencias para la acción es el nombre del documento elaborado por la OMS en el que evidencia que las películas que muestran a personas fumando acaban provocando que "millones" de jóvenes de todo el mundo comiencen a fumar. En el 44% de las producciones aparece alguien fumando. La OMS es tajante y quiere acabar con la visualización del tabaco en las películas. Pero, ¿qué sería del cine sin el tabaco? Para muchos, el tabaco va mucho más allá del atrezzo y es un elemento interpretativo. Lauren Bacall y Humprey Bogart son los grandes exponentes de como fumar fue en algún momento de nuestra historia un acto de moda que presumía de cierta elegancia. Todos los grandes del cine han sostenido en algún momento algún cigarro en la boca. Clint Eastwood mascaba tabaco al son de Ennio Morricone antes de un duelo o fumaba un cigarrillo antes de que Harry el sucio desenfundara su pistola. El Padrino, la que para muchos es la mejor película de la historia, está sumida en el humo de los miembros de la familia Corleone. Fumar se engloba también en el contexto de la sexualidad con Sharon Stone fumando mientras es interrogada en una de las escenas con más carga sexual del cine; y en esa rebeldía adolescente que personificaba Leonardo Dicaprio en Romeo y Julieta. Audrey Hepburn fumaba en la archiconocida e icónica Desayuno con diamantes con una boquilla que ha pasado a la historia del cine. El público también ha disfrutado cada cigarro de uno de los grandes mitos, James Dean, en la reconocida Rebelde sin causa.
Pero no solo el cine ha explotado la imagen de galán fumador o de rebelde inconformista. Mad men ha demostrado que la imagen del tabaco no siempre se resintió tanto como ahora. La serie se sumerge en el mundo de la publicidad bajo el humo de los cigarros de sus personajes y las copas de bourbon. True detective muestra a un Matthew McConaughey ansioso y en busca de la verdad que se sustenta a base de tabaco y cerveza. De la misma manera, Skyler White se libera de sus problemas conyugales disfrutando de unos cigarrillos en la alabada Breaking Bad. Algunos ya han querido dejar a un lado los malos humos y han incluso borrado de un plumazo uno de los elementos fundamentales en el personaje. En la versión inglesa para televisión, Sherlock Holmes ha dejado de fumar. El personaje literario era famoso por su pipa, pero en la serie el detective está enganchado a los parches de nicotina. Quizás este sea el ejemplo de una nueva era televisiva y cinematográfica sin humo