Hace tan solo unos días que el artista londinense cumplía 69 años y con él lo celebrábamos. Ayer estaba y hoy, simplemente, se fue.
Y como si Bowie conociese la noticia de su muerte inminente decidió dejarnos un regalo de cumpleaños y de despedida: Se trata de su nuevo –y último- trabajo discográfico, “Blackstar”, su vigesimoquinto álbum de estudio, compuesto por siete canciones que ahora, tras saber lo que le ocurría, podemos interpretar y entender a la perfección. Gracias, amigo.
Si el lunes 11 de enero nos levantábamos resacosos de tanta fiesta y tanto premio cinematográfico debido a los Globos de Oro entregados el día anterior, la morriña se nos pasaba de golpe y porrazo dando paso a una profunda exhalación de aire tras recibir la noticia de la boca de alguien: “David Bowie ha muerto”.
Aún no terminamos de asimilarlo, pero así ha sido, un cáncer que ha mantenido en secreto durante más de un año y medio se lo ha llevado decidiendo privarnos en el futuro de ese arte tan “de otro mundo” que Bowie llevaba en sus venas. Ya lo dijo él mismo en 1972, cuando publicó su cuarto álbum "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars”: “Quizá esté loco, pero siempre he tenido una repulsiva necesidad de ser algo más que un humano (...) A la mierda, quiero ser un superhombre”.
A lo largo de toda su vida, David Robert Jones o, como todos le conocíamos, David Bowie, ha dejado huella en muchos ámbitos artísticos. No solo en la música como compositor y cantante, sino también en el mundo del diseño y de la moda (su peculiar estilo ha sido comentado por millones de millones de personas y gracias a él se le ha llegado a conocer con el sobrenombre de “Camaleón del Rock”) y en la industria cinematográfica como compositor musical y también como actor, que es donde nos vamos a detener un poco más.
La carrera como actor de David Bowie empezó incluso antes que la de cantante. Estudiante de teatro y del arte del mimo, siempre demostró grandes dotes para la interpretación. Su carisma, su fuerza interpretativa, su aspecto físico (esos ojos únicos, esa expresión estrambótica…) y por qué no, su excentricidad, le llevaron a participar en numerosos trabajos cinematográficos. Algunos de los mejores son:
“El hombre que cayó a la tierra” (1976). El extraterrestre llamado Thomas Jerome Newton (Bowie) viene a la Tierra con forma humana con la intención de conseguir agua para su propio planeta, que está moribundo. Una vez aquí, y dada su inteligencia superior, el alienígena comienza a escalar social y financieramente para conseguir su propósito. El film, dirigido por Nicolas Roeg, se estrenó en el Festival de Berlín en 1976 y Bowie causó sensación en parte gracias a su singular aspecto.
“Just a Gigoló” (1978). Es una película dirigida por David Hemmings y protagonizada por David Bowie. Situada en Berlín después de la Primera Guerra Mundial, nos cuenta la historia del joven coronel Paul von Przygodski, un héroe de la guerra que tras despertar del coma vuelve a la ciudad para descubrir que su mundo ha cambiado y que no hay lugar para él -que no tiene habilidades distintas a lo que aprendió en el ejército, y sólo se pueden encontrar trabajos serviles y mal remunerados-. Así las cosas, decidirá convertirse en un gigoló para mujeres ricas solitarias. Las míticas actrices Marlene Dietrich y Kim Novak acompañaron a Bowie en este film, que a pesar del tibio recibimiento se acabó convirtiendo en un clásico.
“El ansia” (1983). En esta película, dirigida por el fallecido Tony Scott, Bowie compartía protagonismo con Catherine Deneuve y una joven Susan Sarandon. Se trata de una oscura e inusual historia de vampiros, donde la vampiresa Miriam Blaylock, que reside en Manhattan, ha sido bendecida con la belleza y maldecida con su sed de sangre. Bowie interpreta a John, que es su fiel compañero y marido. En el amor, en la vida, en la nostalgia, son inseparables. Pero cuando John empieza a envejecer repentinamente y tiene que recurrir a una especialista en geriatría en busca de ayuda, Miriam fijará sus ojos en ella como sustituta de John. Un filme que fue recibido duramente por la crítica pero que finalmente ha acabado siendo otra película de culto.
“Dentro del laberinto” (1986)- La cinta, que fue dirigida por Jim Henson, es en la actualidad un auténtico film de culto, en el que Bowie interpreta al malo de la historia. Narra la historia de Sarah (a la que dio vida una Jennifer Connelly de tan solo 16 añitos), una niña que tendrá que introducirse en un laberinto para buscar a su hermano bebé, que se ha perdido en él, pero encontrarlo no resultará tan fácil. La banda sonora de esta cinta incluye cinco canciones de David Bowie: Magic, Chilly Down, As the World Falls Down, Within You y el sencillo lanzado para la película: Underground.
“Basquiat” (1996). Es un biopic estadounidense dirigido por Julian Schnabel. Está basado en la vida del artista estadounidense Jean-Michel Basquiat. Basquiat, nacido en Brooklyn, utilizaba sus habilidades en el grafiti como base para crear pinturas estilo collage en telas. Interesado siempre por las corrientes vanguardistas, David Bowie no dudó en implicarse en este proyecto en el que interpreta al amigo y mentor de Basquiat, Andy Warhol. El reparto también incluye a Gary Oldman como Albert Milo (una versión ficticia del propio Schnabel), Michael Wincott como el poeta y crítico de arte Rene Ricard, Dennis Hopper como Bruno Bischofberger, Claire Forlani como la novia de Basquiat, y Courtney Love, Benicio del Toro, William Dafoe y Christopher Walken en papeles secundarios.
“El secreto de Mr Rice” (2000). Bowie protagonizó esta cinta canadiense dirigida por Nicholas Kendall en la que interpretó a un enigmático hombre llamado Mr. Rice que le salva la vida a un joven con una enfermedad terminal.
“El truco final” (2006). Christopher Nolan le dio un papel en la película “El truco final” protagonizada por Christian Bale y Hugh Jackman, dos magos en pelea continua por demostrar quién de los dos es mejor. Bowie interpreta aquí a Nikola Tesla, un inventor.
Bowie realizó algunos cameos en otros filmes, como por ejemplo en la comedia “Zoolander” (2002) donde interpreta al árbitro del duelo de pasarela entre Derek (Ben Stiller) y Hansel (Owen Wilson).
Estos son solo algunos de sus trabajos cinematográficos, pero Bowie cuenta con muchos más en su haber. Además su música ha servido de inspiración a numerosos autores y sus canciones forman parte de bandas sonoras tan famosas como “C.R.A.Z.Y“, “Malditos Bastardos, o “Cristina F.“
Este genio se ha marchado físicamente, pero jamás se irá de nuestro recuerdo. Sus obras de arte –tanto música como películas-, su carisma y su magia personal se encargarán de que así sea.
Buen viaje, Bowie.