Todos conocemos la respuesta: la Navidad, el nacimiento y la vida de Jesucristo, y con ello la aparición de la religión cristiana. Sin embargo, existen teorías que argumentan que la existencia de Jesús fue tan solo un mito. Una alegoría al sol a través de la cual se explican los ciclos estacionales y fenómenos astronómicos y astrológicos, como se relata en tantas otras civilizaciones milenarias. La diferencia es que esta leyenda fue adoptada como dogma y convertida en institución por la iglesia para poder manipular durante siglos a la sociedad. Las evidencias de esta versión se basan en numerosas coincidencias mitológicas de diversas culturas antiguas y en su correspondencia con el orden cósmico.
El Mito de Jesús: semejanzas mitológicas
El pionero de la teoría del Mito de Jesús fue el científico francés Charles Depuis[1]. A finales del siglo XVIII, Depuis planteó al mundo la idea de que Jesucristo era una deidad solar como lo fueron otras divinidades de la antigüedad. No faltaron quienes sentenciaron estas conjeturas, pero también hubo quienes las apoyaron y las ampliaron siguiendo sus propias líneas de investigación[2]. Durante los siglos siguientes, numerosos académicos[3] han proporcionado mayor solidez a estas hipótesis presentando estudios comparativos entre Jesús y otros dioses como Horus, Atis, Dionisio, Mitra, Krisna… Los opositores, por otro lado, tachan a estas investigaciones de `paralelomanía´. Samuel Sandmel fue quien adoptó este término para definir la búsqueda exagerada de semejanzas, para después justificarla con deliberadas fuentes y conexiones literarias.
A pesar de las críticas, si viajamos hacía el pasado encontramos dioses mitológicos que comparten muchas de las características con la historia del Mesías cristiano. El teólogo Tom Harbur en su libro El Cristo Pagano[4] recoge algunas de las casi 200 similitudes entre la historia del dios egipcio Horus y Jesucristo. Entre ellas se pueden destacar que Horus nació alrededor del 25 de diciembre, hacia el 3.000 A.C., de una virgen llamada Meri. Tuvo un padre adoptivo Seb, José. El nacimiento fue anunciado por la estrella de este y tres divinidades solares fueron los últimos testigos. A la edad de 30 años fue bautizado por Anup El Bautistia. Tuvo 12 discípulos, realizó milagros como caminar sobre las aguas, fue crucificado y resucito tres días más tarde. También llamado “El Mesías” o “El Buen Pastor”, entre otros nombres.
En la antigua Grecia, el dios Atis[5] también presenta numerosas semejanzas. Nació el 25 de diciembre de 1.200 A.C. de la madre virgen Nana o Cibeles. Murió crucificado en un árbol, fue enterrado y resucitó tres días después. En la historia del dios griego Dionisio[6] también aparecen homogeneidades. Del mismo modo, vino al mundo en un pesebre el 25 de diciembre en 500 A.C. Su madre Sémele era virgen. Llevo a cabo varios milagros como transformar la sangre en vino. Tras su muerte, Dionisio resucitó y subió al cielo. Ambos dioses fueron mentados como “Rey de Reyes”, “Alpha y Omega”, “El Salvador” entre otros nombres.
En Persia, el dios Mitra[7] nació el 25 de diciembre de 1.200 A.C. de la virgen Anahita. A los 12 años tenía 12 compañeros o discípulos. Ayunó en el desierto durante 40 días antes de tener una revelación. Fue sepultado para después resurgir de entre los muertos. Se creía que Mitra había descendido de los cielos para salvar a la humanidad, por eso era conocido como “El Salvador”, “El Hijo de Dios”, “El Redentor”. El domingo era el día de su adoración.
Krishna[8] nacido en India el 900 A.C. de la mujer virgen Devakiy cuyo padre adoptivo era carpintero. Una estrella de oriente anunció su nacimiento, que fue venerado por pastores y sabios que le regalaron oro, mirra e incienso. El rey Kansa intentó asesinarlo de bebé acabando con la vida de miles de niños. Resucitó a muertos y curó leprosos, sordos y ciegos. Celebró una última cena. Murió crucificado y a los tres días resucitó. Fue denominado “Señor de Señores” o “Pastor de Dios”.
Buda[9] nació el 25 de diciembre en 563 A.C. de la virgen Maya. Una estrella guío a hombre y sabios para adorar su llegada al mundo. Ayunó durante más de 40 días. Sanó a enfermos, caminó sobre las aguas y dio de comer a los pobres multiplicando los alimentos. Uno de sus discursos más importantes fue “El Sermón de la Montaña”. Hubo un traidor entre sus seguidores. Tras su muerte y sepulcro, resucitó y subió al mundo de los cielos. También nombrado como “El Redentor”, “El Buen Pastor”, “El Maestro”…
El porqué de tanta coincidencia
Existen más comparativas entre Jesucristo y otras deidades como Ulises, Rómulo, Heracles, Glycon o Zoroastro[10]. Más allá, las preguntas serían: ¿por qué tantas coincidencias? y ¿qué significan?. Tomando el Mito de Jesús como referencia, sus autores[11] relacionan estas características comunes con explicaciones astronómicas. La Estrella de Oriente que anuncia el nacimiento de Jesús, o de tantas otras deidades, se corresponde con la estrella Sirio. El 24 de diciembre esta estrella se alinea con otras tres estrellas conocidas en la antigüedad como “Los Tres Reyes”[12] en el cinturón de Orión. Estas tres estrellas siguen en línea a Sirio, que apunta directamente al emplazamiento de la salida del sol en la mañana del 25 de diciembre. Este fenómeno explica la famosa historia de los Tres Reyes Magos que llegaron los últimos al nacimiento de Jesús, el nacimiento del sol tras el solsticio de invierno.
La Virgen María, por otra parte, representa la constelación de Virgo[13]. Durante el solsticio de invierno, la constelación de Virgo se eleva sobre el horizonte dando la sensación de que el sol, Jesús, nace de este signo zodiacal. Virgo, además, significa virgen´ en latín y en el zodiaco es representado por la letra
m´ (♍). De ahí el nombre de María, y otras madres vírgenes como la madre de Horus, Meri, o la de Buda, Maya. Virgo también es llamado astrológicamente “La Casa de Pan”[14], haciendo referencia a su iconografía, una mujer portando una espiga de trigo; y a su momento del año, agosto y septiembre, el periodo de cosecha. La traducción del latín de la ciudad donde nació Jesús, Belén, es `Beth Lehem´: literalmente “La Casa de Pan”. Así, Belén no se refiere a un emplazamiento en la tierra, sino en el cielo, en la constelación de Virgo.
La fecha del nacimiento de Jesús simboliza el resurgir del sol, el principio de una nueva estación. Si nos ubicamos en el hemisferio norte da la sensación de que a partir del solsticio de verano el sol empieza a moverse hacia el sur, los días se hacen más cortos y la luz mengua. El 22 de diciembre, el sol llega al punto más bajo en el cielo y deja de moverse hacia el sur, es el solsticio de invierno. Durante tres días, 22, 23 y 24, el sol parece que se detiene en la Constelación de Sur o de la Cruz, para empezar a moverse un grado hacia el norte el día 25. Este acontecimiento astronómico explica por qué Jesús, entre otros dioses mitológicos, fue crucificado, el sol muere en la Constelación de la Cruz; estuvo muerto tres días, el sol se mantiene quieto tres días; y nace o resucita para subir a los cielos, el sol se eleva proporcionando días más largos, luz y calor. Sin embargo, la resurrección de Jesús, o del sol, no se celebra hasta la Pascua o Semana Santa en el equinoccio de primavera. Este es el momento del año en el que el sol llega a la mitad del hemisferio y la duración de los días supera al de las noches. Es la primavera, el resurgir, la elevación del sol en el cielo.
El paso del sol por las diferentes estaciones del año fue ilustrado por nuestros ancestros paganos con la rueda zodiacal. Dos grandes ejes dividen la circunferencia en las cuatro estaciones, señalando los puntos cardinales, los solsticios y los equinoccios. Cada estación, a su vez, se distribuye en tres parcelas que configuran los 12 meses del año y signos zodiacales. En el centro se sitúa el sol dibujando un círculo menor que rodea la intersección de los ejes en forma de cruz. Si colocamos la imagen de la cara de Jesús en el lugar del sol, vemos como el círculo atravesado por la cruz aparece por detrás, tal y como se muestran en las iconografías del Mesías y en las iglesias. Así pues, la cruz cristiana[15] es un símbolo pagano que representa el sol. Los 12 signos zodiacales o meses son los 12 discípulos con los que Jesús, el sol, viajaba.
La Biblia, ¿un libro astrológico?
El sacro libro de la Biblia, donde se relata la vida y obra de Cristo, es considerado por los defensores del Mito de Jesús como un texto astronómico y astrológico. En él se encuentran numerosas referencias, como en el caso de las 12 constelaciones zodiacales (12 tribus, reyes o príncipes de Israel, 12 hermanos de José…); o las alusiones a Jesús como la luz, el sol (“Yo soy la luz del mundo” Juan , 9:5; “Verán al hijo que vendrá en las nubes” Marcos, 13:26; “… sino el que bajó del cielo, es decir, el Hijo del Hombre que está en el cielo.”). Otra de las referencias que son tomadas como metáforas son las menciones a la era´. Esto se explica a través del fenómeno astronómico llamado
Precesión de los Equinoccios´[16] . Las antiguas culturas, como la egipcia, notaron que cada 2.150 años el nacimiento del sol en el equinoccio de primavera ocurre en diferentes signos zodiacales. Esto es debido a un cambio gradual y lento en el ángulo del eje de la rotación de la tierra que recorre una circunferencia completa cada 25.776 años.
De esta manera, cada 2.150 años el sol se proyecta en diferentes signos zodiacales, lo que se considera una era: 4.300 - 2.150 A.C. Era de Tauro, 2.105 A.C.- 1 D.C. Era de Aries, 1- 2.150 D.C. Era de Piscis, 2.150 - 4.300 D.C. Era de Acuario. El nacimiento de Jesús coincide con el comienzo y el final de la era de Piscis, en la que nos encontramos. Con esto se explica las numerosas referencias a los peces que se encuentran en la Biblia, entre otras: “No tenemos aquí más que 5 onzas de pan y 2 peces” Mateo, 15:17”. Así, el pez cristiano que normalmente vemos con el nombre de Jesús dentro, no es más que una copia del símbolo pagano con el que se indicaba el reinado del sol durante la era de piscis. Más allá, cuando los discípulos preguntaron a Jesús que debían hacer cuando él no estuviera, Jesús respondió: “… al entrar en la ciudad, os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle a la casa.” Lucas, 20:10. El hombre con el cántaro de agua coincide con la iconografía del signo de acuario, por lo que esta cita es vista como una clara alusión del comienzo de una nueva era tras la ida de Jesús o el fin de la era de piscis.
Se pueden encontrar muchas otras analogías entre capítulos de la Biblia, leyendas mitológicas y fenómenos astronómicos como la similitud entre la Historia del Arca de Noé y El Mito del Diluvio de Gilgamesh[17] del 2.600 A.C., los 10 Mandamiento de Moisés y los Códigos del Libro egipcio de los Muertos[18] de 1.250 A.C., o la Leyenda del Dios Júpiter con la vida y obra de Jesús. Ante todos estos estudios e investigaciones existe, por supuesto, una amplia literatura[19] en contra que rechaza rotundamente estas coincidencias y explicaciones astronómicas y astrológicas. A pesar de todo, el 25 de diciembre seguiremos celebrando la Navidad, y con ello el nacimiento de Jesús o simplemente venerando el resurgimiento del sol como se hacía en las antiguas civilizaciones. Sea como sea, será el sol quien seguirá fielmente proveyendo luz y calor, quien dará vida a nuestros cultivos, y quien sin duda se elevará en el cielo.
Referencias
(1) The historical Jesus in the twentieth century, 1900–1950, Walter P. Weaver, 1999, pg 45-50.
(2) Autores sobre el Mito de Jesús
(3) The historical Jesus question, Gregory W. Dawes, 2001,pg 77–79 / The Life of Jesus, Critically Examined, David Friedrich Strauss, 2010, pg. 39–43 y 87–91 / Jesus Outside the New Testament: An Introduction to the Ancient Evidence. Van Voorst, Robert E., 2000, Eerdmans Publishing., pg. 11–15
(4) Horus vs Jesús, Absolum Org
(5) Nacido de una Virgen el 25 de diciembre
(6) Dionisio y Similitudes
(7) Mithra: The Pagan Christ, Acharya S/D.M. Murdock
Mithraism Essays
(8) Jesús y Krishna / Was Krishna Born of a Virgin? Acharya S/D.M. Murdock
(9) Buda y Jesús, Werner Thiede
What do Krishna, Buddha and Christ have in common?
(10) Diez personajes para crear el Mito de Jesús
(11) Ciencia para explicar la religión, Jaime Gómez Obregón
(12) The Star in the East and Three Kings, D.M. Murdock/Acharya S.
(13) La Virgen María y el signo zodiacal de Virgo, Diego Rubia Barrera
(14) Casa del Pan. Nacimiento de las Religiones
(15) El origen de la Cruz y el Santo Grial
(16) Precesión de los Eqinoccios
(17) ¿Es el Relato del diluvio Bíblico una Copia Modificada de la Epopeya de Gilgamesh?
(18) La Biblia y el Libro Egipcio de los Muertos
(19) Fe y Razón, Santo Tomás de Aquino
Parallelomania, Samuel Sandmel
Cuando la historia quiso negar la existencia de Jesucristo
¿Es posible negar la existencia de Jesús?, Pato Acevedo