David Trueba, Juanma Bajo Ulloa o Lola Baldrich. Directores de cine y actores apuestan por esta nueva forma de concebir teatro. Algunos de ellos, describen sus experiencias con este formato que se ha convertido en género teatral. Despega en Madrid y traspasa fronteras, creando tendencia cultural underground a nivel internacional.
Puestas en escena en sets de menos de 15 metros cuadrados ante un público reducido que, a un palmo del elenco de actores, disfruta de obras teatrales que juegan con el costumbrismo y la provocación. En el Distrito Centro de Madrid, asistimos a una “experiencia única de sensaciones”, según dicen algunos actores: Microteatro, un género “made in Malasaña”, que elimina el telón del teatro convencional. Nueve obras de menos de 15 minutos, se representan simultáneamente y en sesión continua desde las 8 de la tarde, con una misma temática: “Por listo”.
Lola Baldrich es una de las actrices y socias de la sala Microteatro por Dinero, ubicada en la calle Loreto y Chicote del barrio de Malasaña, en el Distrito Centro de Madrid. Esta zona se ha convertido en los últimos años en un hervidero para nuevas apuestas creativas, que conforman una oferta cultural underground, emergente en la capital. Entre ellas, se sitúa Microteatro por Dinero, una alternativa de ocio con 21 obras inéditas al mes, que giran en torno a la misma temática, representadas en un espacio reducido donde se elimina la barrera entre espectador y actor.
“He participado en obras dedicadas a la gastronomía, dramas de actualidad que daban un último giro hacia un positivismo realista. En otra, Mentiras Piadosas, el espectador, como si fuera un voyeur, veía a través de una persiana un triángulo amoroso de cuernos y mentiras”, explica Baldrich acerca de su colaboración como actriz en el proyecto Microteatro. Aunque se considera a sí misma una mujer de teatro, ha hecho cine y televisión, participando en series de la pequeña pantalla tan conocidas para el público español como Médico de Familia, Amar en Tiempos Revueltos o El Internado. Actualmente, prepara una gira en Italia, Los Justos de Albert Camus.
Los detalles envuelven al espectador
Aprender, investigar sobre sí misma como actriz, fue la razón que la llevó a involucrarse en una iniciativa como esta, “como hacen los actores norteamericanos, retirarse a los off off para hacer nuevas apuestas”, que según relata, es donde surgen, normalmente, los trabajos más interesantes. En Microteatro, la interpretación cambia porque “el suspiro, mi perfume, los pequeños detalles envuelven al espectador que, al estar tan cerca, lo nota. Y todo eso te hace tener un poder de concentración diferente. Hay que vivirlo”. En cuanto al equipo artístico, recuerda: “ha pasado por aquí gente muy conocida y ver a alguien famoso, de repente, en una sala de Microteatro, es muy curioso para el espectador”.
Trueba: “Es una forma de acercarse sin miedo”
Por petición de actores, amigos suyos, “que tenían unas pequeñas piezas para hacer”, David Trueba, director de cine, guionista y escritor, también decidió participar en esta propuesta de teatro cercano, que define como una gran experiencia para espectadores que no han ido nunca al teatro o no tienen afición, “es una forma de acercarse sin miedo. Y para los actores es una escuela fenomenal”. Goya al Mejor Guión Original, Mejor Dirección y Mejor Película por Vivir es fácil con los ojos cerrados, considera su película anterior Madrid 1987 su mayor logro cinematográfico, ya que “teniendo todo en contra, sin ningún interés de productoras y televisiones, conseguimos rodarlo, sacarlo adelante y que el guión no acabara en un cajón olvidado”.
Para Trueba, iniciativas culturales de este tipo han contribuido a que zonas de Madrid como esta, se reciclaran. En los últimos años, el concepto Microteatro ha proliferado en la zona centro de Madrid, con locales que combinan oferta cultural diversa. Su origen está motivado, en parte, por la demanda de un público ávido de cultura a precios asequibles y una demostración de creatividad, en un sector artístico que deja claro que la crisis es económica y no de ideas. “Sí, lo precario ha irrumpido en la cultura española. No es un ideal sino una necesidad. Es una demostración de que la gente quiere hacer cosas, pese a que el poder esté centrado en otros asuntos que interesan más”, asegura Trueba.
En el caso de Font García, actor que interpreta obras en Microteato por Dinero, “lo de hacer Micro es circunstancial. Tengo una compañía, Club Caníval, y queríamos probar un estilo teatral diferente, con un público distinto al del teatro convencional. También presentamos guiones de ideas que se nos ocurren para un cuarto de hora. Para mí, Microteatro es una mezcla entre lo audiovisual (no es necesario alzar la voz) y el teatro (está vivo)”. Si bien lleva 17 años haciendo teatro y ha colaborado en más de una decena de series televisivas, como Los hombres de Paco o Aída, Font García entiende esta iniciativa de teatro íntimo como “otro trabajo que suma. Necesito hacer varias cosas a la vez para poder vivir de la interpretación. Además, es una manera de promocionarte. Aquí, he coincidido con gente muy interesante Juanma Bajo Ulloa, David Trueba y Jaime Chávarri, profesionales que, a lo mejor, de otra manera no hubiera conocido”.
Pioneros a nivel internacional: mismo tema en sesión continua
La marca Microteatro, que impulsó la creación de este nuevo género en la sala Microteatro por Dinero, ofrece micro-obras creadas por autores diferentes que toman un punto de vista distinto sobre un mismo asunto. Son representaciones teatrales de menos de 15 minutos, en menos de 15 metros cuadrados, para no más de 15 espectadores a un precio de cuatro euros por función. “Utilizamos el número 15 como media”, subraya Verónica Larios, gerente de Microteatro por Dinero. Además, añade que este concepto de funciones sobre un mismo tema, en base a una sesión continua no existía antes. “Lo que ya conocíamos es el teatro breve, desde la Edad Media, desde Cervantes, pero no representado con este formato”. El éxito de este nuevo concepto teatral ha lanzado la marca Microteatro al espectro nacional e internacional. Estados Unidos, México, Costa Rica, Argentina y ciudades españolas como Sevilla, Barcelona, Valencia, Málaga y Almería son algunos ejemplos.
También céntricos barrios madrileños como la Latina o Lavapiés han seguido los pasos de Microteatro. Salas y cafés con libros y arte como Esconditeatro, La Infinito o la Casa de la Portera utilizan sus espacios para representar obras de formato pequeño. Diego Sanchidrián, dueño y promotor de esta idea en Esconditeatro, sostiene que se ha creado un nuevo género a nivel nacional e internacional, en el que España es pionera. “Nos inspiramos en Microteatro por Dinero, donde nace esta iniciativa. Es una experiencia en un formato único y diferente. Un espacio teatral donde se crea una magia especial, gracias a la cercanía con los actores. Hace que el espectador sienta el teatro de una forma totalmente viva”.
Esta interacción directa y espontánea con el espectador impacta a un público atento a la evolución cultural, interesado en cosas diferentes, “se crea un ambiente cálido, agradable y los precios son muy asequibles”, indica Alex Ricart, estudiante de arte dramático, que asistió a un par de micro-obras representadas por compañeros de Escuela. Como parte del público, disfrutó de la experiencia, ya que los actores, “se amoldaron, haciendo partícipe del argumento al espectador. Además, una de las partes más positivas es que ofrece la opción de mostrar obras de guionistas y actores amateurs”, apostilla Ricart. Este concepto de teatro alternativo underground se ha puesto de moda y crea tendencia en Madrid, según afirma: “en su círculo, se conoce por todos y se habla de ello”.
Pero más allá de género teatral, Microteatro se ha convertido también en un punto de encuentro para artistas y una alternativa de ocio, ya que algunos locales “disponen de un espacio para tomar algo, cenar o esperar para bajar a ver la siguiente obra”, señala Verónica Larios, gerente de la marca Microteatro, de la que un 60 por ciento de socios procede del mundo del espectáculo. Entre ellos el artífice de esta idea: Miguel Alcantud.
Cuando recuerdan cómo surge esta iniciativa teatral, a través de representaciones en un antiguo burdel de la calle Ballesta, no dejan de sorprenderse. Querían dirigir, actuar, apostar, crear, pero no esperaban tener tanto éxito. A la hora de pensar dónde llegarán con todo esto, no se plantean nada. Prefieren ir día a día y ver qué ocurre con este proyecto, del que intentan hacer una apuesta artísticamente sostenible. Aún así, son conscientes de que han marcado tendencia a nivel internacional en el ámbito cultural underground.