Los awás son un pequeño pueblo indígena de cazadores-recolectores que viven en la selva Amazónica del estado de Maranhão, en Brasil. Se calcula que quedan unos 455, de los que aproximadamente un centenar rechaza todo contacto con foráneos.
La selva es para los awás su hogar y su supermercado: el lugar del que obtienen todo cuanto necesitan para vivir. Conocen cada valle y cada arroyo que surca sus tierras y sienten un profundo respeto por su entorno y por todos los seres vivos que lo integran. "Cuando mis hijos tienen hambre, tan solo tengo que internarme en la selva y les encuentro comida", explica Pecarí Awá, una mujer indígena.
Una de las particularidades de los awás es la íntima relación que mantienen con sus mascotas. De entre todos los animales con los que conviven, sin duda los monos son sus favoritos y, aunque forman parte de su dieta, si una cría es acogida por una familia ya nunca se la comerán. Incluso cuando esta regrese a la selva, los awás reconocerán a su mascota como hanima o parte de la familia. A veces, las mujeres awás llegan a amamantar a las crías de animales que han quedado huérfanas tras una partida de caza.
Pero los awás y su modo de vida podrían desaparecer de la faz de la Tierra si no se adoptan medidas urgentes para proteger sus tierras. Según advierten los expertos, se enfrentan al genocidio y a la extinción.
La situación es crítica porque sus tierras están siendo devastadas a un ritmo desenfrenado: de hecho, a mayor velocidad que ningún otro territorio indígena de la Amazonia. La acción de los madereros ilegales, colonos, cazadores furtivos y ganaderos que invaden sus territorios está arrasando su selva por completo. “Los forasteros están llegando y es como si estuvieran devorando nuestra selva”, dice Takia Awá.
Los awás temen además por las vidas de sus familiares aislados, que carecen de inmunidad frente a enfermedades comunes para nosotros. En la década de los 80 las autoridades brasileñas establecieron contacto con una comunidad awá aislada y las consecuencias fueron nefastas: de los 91 miembros que la integraban solo 25 sobrevivían cuatro años más tarde.
Aunque sobre papel las tierras ancestrales de los awás están protegidas y demarcadas, en la práctica la tala ilegal y las invasiones siguen aumentando y poniendo en peligro la supervivencia de esta tribu.
La ONG Survival International y el actor Colin Firth han lanzado una campaña para presionar al ministro de Justicia de Brasil para que adopte de forma urgente las medidas necesarias que protejan de forma eficaz las tierras ancestrales de esta tribu, y salvar así a los awás.
"Están talando ilegalmente la selva de los awás para obtener madera. Cuando los madereros los ven, los matan. Sus arcos y flechas no son rivales para las pistolas. Y en cualquier otro momento de la historia, aquí terminaría todo. Otro pueblo barrido de la faz de la tierra, para siempre. Pero vamos a asegurarnos de que el mundo no deje que esto pase de nuevo", dice Colin Firth en un corto documental, pieza clave de la campaña.
Es posible liberar a los awás de la amenaza de extinción que se cierne sobre ellos. Basta con que dejemos de lado nuestra apatía e indiferencia por el destino de esta pequeña tribu. Solo si se respetan sus derechos territoriales podrán los awás mirar al futuro con ilusión y esperanza.
Apoya y difunde la campaña para salvar a los awás: www.survival.es/awa