La llegada del mes de febrero es, en Cádiz, sinónimo de Carnaval. Aunque las agrupaciones que se presentan a concurso empiezan a prepararse desde que se inicia, prácticamente, el curso escolar, el comienzo del mes más corto del año se traduce en nervios y emoción en la conocida como ‘tacita de plata’.
Sin embargo, para el que no es de la ‘tierra’, es bastante complejo entender qué es lo que se cuece aquí. Una tradición muy arraigada, no sólo en el tiempo, sino también en la propia bahía que cautiva a muchos -pese a no haber nacido en estos lares-, y pone la piel de gallina a otros, por lo que se dice durante prácticamente el mes que dura la fiesta.
Pero empecemos por el principio. El Carnaval en Cádiz es crítica. Las agrupaciones -que se dividen en coros, chirigotas, comparsas y cuartetos- eligen varios temas y, a raíz de ahí, van desgranando y destripando a sus personajes. Utilizando siempre el ‘chascarrillo’, rimas y entonaciones pegadizas y, sobre todo, la actualidad, del teatro o las plazas de la capital gaditana no suele salir ‘nadie vivo’. Algunos expertos comentan que el Carnaval siempre se ha entendido como la forma de narrar los acontecimientos que vemos o leemos diariamente en los periódicos, aunque de forma crítica y burlesca. Pero es algo más.
En las últimas semanas, se ha puesto en entredicho, en demasiadas ocasiones, hasta dónde y hasta dónde no puede llegar la libertad de expresión. En Cádiz, el Carnaval intenta romper todas estas barreras y tabúes; Así, y con una mirada peculiar -como tiene la gente de aquí- y con humor, los gaditanos intentan sacar los colores a aquellos que nos gobiernan y que, tal y como puede observarse diariamente, no lo hacen del todo bien.
No obstante, la política no es el único tema que se trata. La monarquía o la crónica social son algunos de los asuntos que se suelen percibir en los cuplés que ofrecen estos artistas a su público. Un público que no solo se encuentra en el teatro Falla (sede del concurso oficial de agrupaciones), sino también en la calle, donde es más tangible toda esa realidad y crítica.
Si bien es cierto que cada día escuchamos, leemos e, incluso, nosotros mismos analizamos la realidad, les invito a que se acerquen y conozcan la original perspectiva que tienen que ofrecernos desde Cádiz. Seguro que no les decepcionará y se quedarán con ganas de más.