Soy periodista de formación y he trabajado y colaborado durante muchos años en diferentes medios escritos españoles. Pero eso no es demasiado importante, no es por lo que habéis llegado hasta aquí.
Decía el periodista polaco Ryszard Kapuscinski que el misterio de la vida está en cruzar fronteras y el escritor norteamericano Paul Theroux afirmaba que la diferencia entre los turistas y los viajeros está en que los primeros viajan para pasarlo bien.
En 2004 comencé un periplo alrededor del mundo que me llevó a Tailandia unos días después del tsunami que encogió las costas de aquellas tierras y el corazón de medio mundo. Y regresé, 25 meses después, al aeropuerto de Barajas que todavía estaba esquelético y convaleciente de un terrible atentado terrorista. ¿Que por qué me fui? Porque los años pasan rápido, son una fogonazo en la memoria y viajar es una de las formas más divertidas de hacer de lo cotidiano algo extraordinario. ¿Que por qué volví? Porque, al final, uno siempre viaje para volver.
Cuando te encuentras con la entrada de una cueva tienes dos opciones: pasar de largo o encender la linterna. Así pues, viajemos, para que corra el aire y para que el viento sople en nuestro nombre.