Un cartel que dice: “Prohibido aparcar. Si no sabe leer, pregunte a alguien”. El Chavo del Ocho, el Chapulín Colorado y la Chilindrina. Un país que te da todo sin regalarte nada. Una ciudad en la que hay tanta gente que nadie se atreve a contar. La puerta de un baño que tiene esta inscripción: “Si se acabó el papel ¿pos pa’qué tienes las manos?”. Satanás, un tipo que a las 8 de la mañana estaba bebiendo un litro de cerveza. Una iglesia lisérgica, en San Juan de Chamula, donde los feligreses realizan ritos ayudándose de bebidas gaseosas. Aquello que dijo el tío de un amigo: “Dios nos dio a todos unos tragos, y yo, pues ya me los bebí todos”. Un país en el que no sabes si es más peligroso el delincuente o el policía.
El escritor Ambrose Pierce, que desapareció en México después de afirmar: “Ah, ser gringo en México, eso es eutanasia”. Un lugar en el que los amores siempre son perros. ¡Qué fácil es cruzar la frontera norteamericana cuando viajas hacia el sur! Un perro famélico que cruza la carretera. Si preguntas que cuánto queda para llegar, la respuesta es siempre la misma: ¿quién sabe? La selva Lacandona, los hijos de la tierra y la noche de los 500 años. Las revistas de sucesos con sus titulares: “Abuela hampona”; “Le trocea y se queda con el miembro”. Ese lugar en el que de verdad la realidad supera a la ficción. El Piojo alquila unas cabañas cerca del mar. Lo único que hace en todo el día es fumar y cortar cocos. Tiene una hija muy espabilada y otra que tiene la lengua demasiado grande. Quesadillas, tamales y frijoles.
Tom Wolfe: “México posee su propia estética cutre. Es enormemente hermoso”. En los semáforos de Distrito Federal, algunos niños desarrapados montan un espectáculo circense para atraer la atención de los conductores y conseguir unas monedas. Son guiñapos, jirones. Hay tres cosas que los mexicanos dicen y que son mentira: “Luego nos vemos, mañana te pago y solo la puntita”. Los ojos de María decían que las cosas pueden ser difíciles, que la vida puede ser simple pero nunca sencilla. ¡Y qué complicado es cruzar la frontera hacia el norte! Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de EEUU. ¡Guácala! Flores en las cunetas de las carreteras.
El Distrito Federal alcanza más allá de donde llega la vista. Más allá del mismísimo horizonte. Hay personas y países con los que se puede… con los que se debe exagerar. Cartier-Bresson: “En Estados Unidos me siento a disgusto porque nadie habla de la muerte. Prefiero México y España, que son países en los que hay una continuidad natural entre la vida y la muerte”. En el DF los animales que más abundan son los escarabajos. Cuando uno va a México tiene que estar dispuesto a encontrarse con lo imprevisto. Otro de los países que de tanta violencia se va haciendo eco, va perdiendo la voz. A los grandes amigos se les llama carnales. El PRI y el PAN. Las mayúsculas que son los partidos políticos significan bien poco para el pueblo. La gente se conforma con minúsculas, pan, por ejemplo. “Si Adelita se fuera con otro, la seguiría por tierra y por mar, si por mar en un barco de guerra, si por tierra en un tren militar”. Nos encontramos con un hombre cerca de la frontera de Guatemala, se estaba despidiendo de una de sus amigas: “Cuando seas mala no te olvides de invitarme”. Eso es todo lo que sucede al sur de Río Grande.