La Amazonía, uno de los pulmones más extensos que aún sobreviven en la Tierra, se extiende a lo largo de casi toda Sudamérica, ocupando territorios de varios países. Aunque Brasil y Perú cuentan con las mayores extensiones y ciudades pobladas, todavía existen paraísos donde la mano del hombre no ha degradado su rica biodiversidad. En estos lugares, se pueden encontrar especies animales y vegetales recién descubiertas o por descubrir, evidenciando que la naturaleza es vasta y maravillosa, pero que también necesita ser cuidada para que podamos seguir apreciando la vida en cada rincón de su enmarañada y fascinante vegetación.

Nuestros abuelos y ancestros tenían razón: la naturaleza es indómita, impertérrita y sorprendente. A pesar de toda su grandeza, somos nosotros quienes, en lugar de protegerla y usar sus recursos de manera moderada, recurrimos a la sobreexplotación, generando caos a nivel catastrófico con el único objetivo de satisfacer nuestras necesidades en nombre de la insensata “civilización”.

Un pequeño diamante en medio de la inhóspita selva

La lista de especies amenazadas por la acción humana es interminable. Aunque la Amazonía aún resguarda una importante biodiversidad, también sufre por la minería ilegal, el crecimiento urbano descontrolado, el narcotráfico y la tala indiscriminada, principales flagelos que la afectan en Perú. Esto ocurre muchas veces ante la mirada cómplice de las autoridades, o debido a su falta de capacidad para intervenir.

Sin embargo, no todo es sombrío. En medio de la oscuridad, siempre hay un rayo de luz que da esperanza. Un rincón del Alto Mayo, en la provincia de Moyobamba, región San Martín, es un claro ejemplo de ello. En este lugar, la selva aún acoge especies que nunca antes habían sido catalogadas por la ciencia, constituyendo una fuente viva y casi intacta de vida en su estado más natural.

Alto Mayo: refugio del ratón anfibio y 26 nuevas especies

En diciembre de 2024, se dio a conocer un hallazgo de gran relevancia mundial: el descubrimiento de 27 nuevas especies en el Alto Mayo. Entre ellas, destaca un ratón con membranas en las patas y un pelaje especial que le permite sumergirse en arroyos para conseguir alimento. Este ratón anfibio es único y no se ha encontrado en ningún otro lugar.

Además, se avistó un rarísimo pez con una cabeza abultada, cuya función aún es desconocida. La expedición, que duró 38 días (según la BBC), contó con la colaboración de nativos y especialistas peruanos. Encontraron cuatro nuevos mamíferos, incluyendo un murciélago, una ardilla de 14 centímetros, un ratón espinoso y el ratón anfibio.

También se descubrieron ocho nuevas especies de peces, tres anfibios (una rana de lluvia, una rana de boca estrecha y una salamandra trepadora), y doce insectos inéditos para la ciencia, incluyendo diez mariposas y dos escarabajos.

Convivencia con la población

Los expertos de la ONG Conservación Internacional, responsables de la expedición, destacaron la importancia de este hallazgo porque todas estas especies subsisten a pesar de la alta densidad demográfica de la zona. Esto resalta la urgencia de establecer políticas y medidas que garanticen la continuidad de vida y la prosperidad de este rico ecosistema, incluso en áreas con presencia humana.

Además de las especies recientemente descubiertas, la investigación continúa con otras 48 especies encontradas en la misma zona y que aún están en proceso de identificación.

La metodología

Los científicos se valieron de métodos tradicionales como la colecta y la observación, pero esta vez acompañados con tecnología moderna, como cámaras trampa, sensores bioacústicos y ADN recolectado en el agua, que es conocido como “ambiental”.

El ADN ambiental permite obtener una comprensión más amplia de dónde viven las especies y ayuda a identificar las áreas con mayor potencial para conservar o restaurar la biodiversidad, diferenciándolas de las que son óptimas para actividades sostenibles como el ecoturismo, la tala selectiva, la agricultura y la obtención de diversos recursos.

El Alto Mayo: albergue de poblaciones nativas y fascinantes especies

El Alto Mayo, ubicado en San Martín, abarca 182 mil hectáreas desde la sierra hasta la selva amazónica, albergando poblaciones rurales y nativas Awajún, así como una innumerable cantidad de fauna y flora.

En este territorio, el estado peruano ha establecido el Bosque de Protección del Alto Mayo, protegido por ley. Sus características principales son las lluvias y la nubosidad, al ser selvas de montaña, lo que ha permitido catalogar más de 1300 especies agrupadas en 164 géneros, siendo el más próspero el de las orquídeas.

Expertos peruanos y el director del proyecto, Trond Larsen, destacan la importancia de este repositorio de biodiversidad, que juega un papel fundamental en la conservación amazónica. Y les creemos.