Escribo esta nota como una inmersión a la historia y trayectoria de un ser humano y amigo excelente; que no solo tiene una carrera continua llena de grandes logros, si no también una historia, mucho más importante que contar, con notas mediáticas que no describen nada, de los distintivos reales, esfuerzo y trabajo de toda una vida.
Tampoco de generaciones de grandes artistas y personas, que también lleva en sus genes, así como talento propio. Sin duda esencial, hacer hincapié y poner atención, en las virtudes de las personas, que han construido, a base de esfuerzo, trabajo y consistencia grandes proyectos, no solo televisivos, si no también recuperando memorias de índole intelectual e histórica de la humanidad, que describen, narran y salvaguardan la historia, en un libro, donde miles de personas que buscaron un lugar de refugio donde poder continuar con sus vidas, destruidas por la guerra, vinieron hacia México, en busca de una nueva vida y dejando atrás todos los horrores.
Dejando casa, familia, bienes materiales e inmateriales, tratando de borrar de su mente la pesadilla que les arrebato todo. A través de las memorias de su abuelo, nos relata y describe cada circunstancia vivida, para poder salvarse y continuar su existencia.
Arribó a México, en 1939 a bordo de la embarcación llamada Sinaia, que quedará por siempre en la historia colectiva de México y en la memoria del pueblo español. Ya que llegaron a suelo mexicano en exilio y de su tierra huyendo de las atrocidades del franquismo y logrando encontrar, en este lugar un paraíso, para poder volver a hacer resurgir, de entre las cenizas, su cultura y raíces que volvieron a sembrar con mucho amor en este país haciéndolo suyo , como todo inmigrante; buscando volver a florecer.
Y aquí un poco de la historia el Sinaia, buque de vapor francés construido en Reino Unido, en el año de 1924 y dedicado al transporte de personas que cubría la ruta de Marsella, hasta Nueva York , también fue utilizado en su momento, como transporte de peregrinos musulmanes que iban a La Meca y transporte de soldados.
Su botadura fue realizada por la reina Maria de Rumanía que le dio nombre como Sinaia, población rumana donde se encontraba el Castillo de Peles. Un buque que se utilizo como transatlántico con capacidad de llevar 132 personas a bordo en cabina y 522 personas en tercera clase. Pero por supuesto se utilizo para transportar a a trescientas siete familias españolas, es decir, hablamos de 1.599 personas que venían exiliados de España a México, arribando al puerto de Veracruz el 13 de junio de 1939.
El buque partió de Sete en Francia hacia México, el veinticinco de mayo de ese mismo año, 1939, y arribo al puerto de Vera Ccruz, diecinueve días después.
Todos ellos eran personas que se habían refugiado en Francia, tras el final de la guerra civil en España y el día primero de abril de ese mismo año, habrían aceptado la oferta del entonces presidente Lázaro Cárdenas de ser acogidos en México. Mexico donde por ese entonces el ex secretario de gobernación Ignacio Garcia Telléz les dio una bienvenida con un pequeño discurso muy sentido y gratificante.
¡No, no los recibimos como naufragos!
No, no son naufragos de la persecución dictatorial a quienes misericordiosamente se arroja una tabla de salvación. Los recibimos como a defensores aguerridos de la democracia republicana y de la soberanía territorial, que lucharon contra la a maquinaria opresora al servicio, de la conspiración totalitaria universal.
El gobierno de México os reciben como a exponentes de la causa imperecedera de la libertad , vuestras esposas madres e hijos encontraran en nuestro suelo un regazo cariñoso y hospitalario.
Finalmente a este buque le siguieron otros dos como el buque Ipanema en julio de ese mismo año con 998 exiliados; cabe mencionar que hasta 1942 llegaron entre 22.000 y 30.000 a este país hospitalario.
Finalizando aquí con un poco de la historia de este buque que queda en la imagen colectiva e histórica para la posteridad , no podría dejar pasar un libro maravilloso titulado “Crónicas trasatlánticas” del productor y escritor Luis de Llano, que tiene un gran peso y enlace con esta historia.
Por su contenido, narrativa, imágenes y finalmente, recuerdos, memorias y un halo de esa esperanza dormida, de todos aquellos que recordamos a los abuelos, familiares, amigos cercanos, vecinos o artistas todos inmigrantes, que nos han dejado un gran legado, no solo de resiliencia y fuerza, si no también de fe y de amor; porque a través de su historia, podemos comprender, que los héroes si existen, que la libertad y la expresión es un derecho inherente y ciertamente algo que los sueños no se compran ni venden.
Por los sueños se lucha, para poder alcanzarlos y que las estrellas no nacen de repente es a base de esfuerzo continuo de ahínco, de fortaleza, esta es una nota que deseo, llegue a todos los que viven de alguna forma en ese exilio, ya sea por guerra , persecución o por algún tipo de intimidación, para que sepan que ninguna forma de represión, puede destruir los sueños de las personas que una vez y mil veces se construyeron con amor, esmero y fe.
Para todos los exiliados del mundo.