El silencio es el gran arte de la conversación.
(Hélène Cixous)
El silencio es el sonido más perfecto, una pausa que dice lo indecible.
(Jean-Luc Nancy)
Ignasi Aballí, reconocido por su enfoque conceptual y su meticulosa exploración de temas como el silencio y la pintura, y con una carrera que abarca varias décadas, ha desarrollado un lenguaje visual que fomenta la reflexión y la contemplación.
El título In ictu oculi, traducido del latín como «En un parpadeo», encapsula la fugacidad del tiempo y la naturaleza efímera de la existencia humana. Esta expresión deriva de una de las célebres vánitas del artista barroco Juan de Valdés Leal. Las vánitas, un género artístico que evoca la inevitabilidad de la muerte y la transitoriedad de las cosas materiales, recuerdan la fragilidad de la vida y la rapidez con la que puede cambiar o terminar.
In ictu oculi en el CAAC Centro Andaluz de Arte Contemporáneo se centra en dos conceptos clave: el silencio y las reflexiones sobre la pintura. El silencio en la obra de Aballí no es simplemente la ausencia de sonido, sino una presencia activa que fomenta una contemplación profunda y la introspección. A través de espacios vacíos, colores monocromáticos y materiales efímeros, el artista crea un diálogo con la historia monástica y la tradición de la contemplación espiritual de la Cartuja y de Sevilla.
La pintura, en su esencia y materialidad, constituye otro pilar central en su obra. Mediante la reflexión sobre los pigmentos, la técnica y el proceso creativo, Aballí cuestiona y redefine la práctica pictórica contemporánea. Su trabajo nos lleva a reconsiderar la naturaleza de la pintura y su relevancia en el contexto actual.
La muestra está organizada en salas que exploran aspectos específicos del trabajo de Ignasi Aballí. Los temas incluyen el parpadeo, que simboliza la intermitencia de la percepción visual y la fugacidad del tiempo; lo visible e invisible, que desafía nuestras nociones de percepción y realidad; y la relación entre texto e imagen, que cuestiona cómo entendemos y representamos el mundo a través de diferentes lenguajes. Además, la muestra aborda el error y la corrección, reflexionando sobre el proceso creativo y la aceptación de lo imperfecto. Esta estructura permite una exploración profunda y detallada de las diversas facetas de su trabajo..
Entre las obras más representativas se encuentran piezas que emplean técnicas y materiales diversos, desde pigmentos y telas sin pintar hasta intervenciones específicas, con gestos sutiles que juegan con la percepción visual. Cada espacio y cada obra ofrecen una perspectiva única sobre los conceptos de silencio y pintura..
In ictu oculi busca crear una experiencia de introspección y contemplación. A través de sus obras, Aballí nos desafía a reflexionar sobre la naturaleza del arte y nuestra percepción del mundo, generando una «conversación silenciosa» y poderosa con el público.
La historia de la Cartuja, sede del CAAC, añade una capa adicional de significado, al haber sido históricamente un lugar de silencio y meditación. Este contexto enriquece aún más la experiencia del visitante, situando la obra de Aballí en una conversación continua con el pasado y el presente del arte, así como con las prácticas contemplativas y espirituales.