El propósito de esta muestra es dar a conocer y valorizar la colección de fondos fotográficos del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC). La calidad y el compromiso de las exposiciones en el CAAC son constantes, y gracias a las adquisiciones y donaciones, hoy es posible presentar esta muestra de fotografía contemporánea.

Sumergirme en este vibrante magma que es la colección del CAAC me ha permitido dialogar con universos visuales únicos, donde cada pieza no sólo celebra la diversidad, sino que la explora como un principio esencial. Para realizar este trabajo curatorial, el museo me facilitó un inventario de los fondos, un dossier de casi seiscientas páginas. Durante el proceso de enfoque y desenfoque, de cómo abrir la lente para captar la diversidad en la colección, surgió el desafío de cómo establecer diferentes energías que se nutrieran y mezclaran, creando un cuerpo propio para esta exposición.

La búsqueda de crear una vibración visual y cromática de la colección se estableció como premisa para descubrir, clasificar y acercarse a temáticas recurrentes: arte de comportamiento e imágenes sociales del cuerpo, la construcción social del paisaje, prácticas de archivo, memoria y política, fotomontajes, apropiacionismo, AFAL, entre otros. Este viaje curatorial ha sido un desafío constante de cómo fusionar perspectivas tan dispares. Cada obra de la colección me interpela y ha exigido una lectura cuidadosa. Debo comprender su mensaje y su contexto. Tras estudiarlas y repasarlas cien veces, me hice mil preguntas. ¿Qué se pretendía con cada obra? ¿Cómo posicionar a los autores? ¿Cómo abordar con todos ellos una narrativa expositiva?

En un primer momento, traté de hilarlos y me preguntaba qué hilo conecta a Joan Fontcuberta con Daido Moriyama. ¿Cuál es el punto de encuentro entre Hermann Nitsch y Miguel Trillo? ¿Y el desencuentro? Reflexioné mucho sobre cómo estructurar la exposición, incluso llegué a pensar en hacer una selección muy reducida y desmembrar su cuerpo para encontrar su esencia. Sin embargo, comprendí que, si no mostraba el máximo posible, perdería el objetivo principal: dar a conocer la colección.

Aunque por limitaciones de espacio no todas las obras han podido ser exhibidas, las que se muestran reflejan una cuidadosa selección que pone en valor la diversidad como la característica más distintiva de la colección del CAAC. Estos fondos fotográficos no son meramente una colección de imágenes; son un testimonio viviente del eclecticismo que ha guiado al CAAC a través de las distintas gestiones curatoriales.

He juzgado mundos, acciones y plasticidades. También he ordenado, medido, quitado y añadido, buscando dar con la identidad de la muestra. Al hacerlo, he disfrutado y aprendido de mis colegas fotógrafos. Por ejemplo, con el accionismo vienés me sumergí en la agitación de una época, en la búsqueda de una ruptura política, en el arte sobre el cuerpo, en lo descarnado de la herida. Soy contemporáneo de esas ideas, de hecho, creo que todos somos contemporáneos de las imágenes que presentamos.

La identidad de los fondos fotográficos del CAAC y su rasgo más distintivo radica en la variedad de propuestas visuales, en su eclecticismo. Los autores son totalmente dispares entre sí. Quizás el origen de esta diversidad radique en las diferentes políticas expositivas de los directores que han pasado por el CAAC. Sin embargo, la diversidad es siempre vital como punto de encuentro. Es riqueza cultural e historia compartida. Cristina García Rodero, María Cañas, Pierre Gonnord, Agustín Parejo School, entre otros, fusionan sus alientos con los de Ana Mendieta, Lotty Rosenfeld, Rogelio López Cuenca, Nan Goldin y demás autores de la colección, mostrándose complementarios entre sí, pero todos diferentes y vivos, dando fe de paternidad con sus obras. Lo diverso es energía, compromiso y orgullo. Esta virtud se destila en muchas de las obras, por ejemplo, en una de las joyas de la colección, la fotografía documental del colectivo AFAL. Casi todos los fotógrafos españoles somos deudores de sus miradas. Mestizaje como moderna contemporaneidad.

La colección es un espejo donde mirarnos en las múltiples facetas de nuestra vida y sociedad. Vemos la metrópoli, la política, el paisaje social y lo humano. Hay inclusión y tolerancia, radicalidad y feminismo. Un reflejo de ello es la obra de Valie Export, pionera en analizar las políticas de género. El compromiso también está presente en Carrie Mae Weems y sus estudios sociales. «Miramos a hurtadillas desde detrás del velo de la historia». Esta sentencia, extraída de un poema de la artista, está incluida en el catálogo editado por el centro. Con esta muestra también destacamos la labor de documentación, registro y divulgación que realiza el CAAC a través de sus publicaciones.

Mostrar la calidad y la variedad de los artistas presentes en los fondos del CAAC es una reafirmación del presente y una apuesta de futuro. Hasta aquí y desde aquí, la colección crecerá, subsanará sus carencias y seguirá dejando su impronta en la historia y en la divulgación del arte contemporáneo.

(Texto por Alberto García-Alix)