I

Los recursos generados por el cobre constituyen un aporte fundamental en nuestro país para impulsar el desarrollo económico y el financiamiento de los Bienes Públicos. En 2021, los rendimientos productivos de Codelco (Corporación Nacional del Cobre de Chile) permitieron generar excedentes en el subsector por US$ 9.504 millones, 3,1% del PIB, de los cuales el 80% se explicaba por el mayor valor conseguido por la producción total de la estatal de 1,7 millones de toneladas de cobre fino. Ese año el promedio del precio del cobre fue de US$ 4,24 la libra.

El hecho que la capacidad productiva de la empresa haya caído a 1,3 millones de toneladas en 2023 y que el precio del cobre fuera de US$ 3,86 la libra, se refleja en los ingresos totales del subsector de ese año, bajaron a US$ 4.201 millones, 2,3% del PIB.

Las perspectivas para 2024 no son mejores pues ya en el primer trimestre se produjo un total de 294 mil toneladas, es decir un 9,6% menos que en 2023.

Estimaciones de comienzos de año fijaban el rendimiento del subsector a US$ 4,771, 1,9% del PIB, con un precio de precio de US$ 3,84 la libra. Ahora bien, se estima que por cada centavo adicional en el precio promedio del cobre, al fisco le llegan entre US$ 20 y US$ 24 millones, de manera que al reajustarse el precio a US$ 4,20 la libra, las proyecciones de rendimiento cambian.

Sin embargo, las proyecciones podrían cambiar aún para los años siguientes, pues se auguran reajustes de precio, de 20% al cierre de 2024 (Véase, Goldman Sachs), lo que llevaría la tonelada a US$ 12.000 la tonelada, es decir US$ 5,40 la libra.

Sea cual fueren las perspectivas del precio en los mercados internacionales no podemos quedarnos encerrados en la perspectiva extractivista, dependiente de cuanto concentrado de cobre exportamos al extranjero. El futuro está en los productos semielaborados de cobre, aleaciones, con precios hasta 7 dólares superior al precio de la libra de cobre.

Estos convenios industriales con cobre refinado, oro platino, tierras raras et cetera para la fabricación de automóviles, baterías, celulares, turbinas eólicas, paneles solares, bobinados, rotores de cobre de motores eléctricos, cableado… nos sitúan en la cadena de valor de la industria del cobre, con una sólida proyección hacia nuevos estadios de desarrollo del país.

II

El rol de Codelco debe ser restablecido según los principios que animaron su fundación. Desde 1971 con la nacionalización, Codelco ha aportado en los últimos 50 años US $122 mil millones (dólares de 2021). En los últimos 20 años ese aporte asciende a US $84 mil millones que equivalen a 11% de los ingresos fiscales totales. Según estadísticas oficiales (año 2018), es decir sin considerar los subproductos y, considerando una producción total de 5,58 millones de toneladas métricas de fino, Codelco aporta 1,72 millones de toneladas métricas y el resto se refiere a las transnacionales mineras con 3,86 millones. Ahora bien para ese mismo año con un precio promedio de la libra de US $4,23 y un costo C3 (cash costs + depreciaciones + intereses + costos indirectos) de US $2,15 Codelco obtuvo un resultado financiero de US $7902 millones.

Este patrimonio nacional debe ser preservado y desarrollado por lo que estimamos que las condiciones están dadas para que el Estado tome en sus manos el desarrollo de la industria minera. CODELCO tiene la posibilidad de participar en la cadena de valor del mineral agregando complejidad a su producción en segmentos tales como la fundición y refinación en Chile, la inteligencia artificial, la robótica y en general la tecnología, agregándose a ella en joint-ventures con los partícipes en investigación, ingeniería, transporte, seguros, finanzas.

III

En enero de 2023 nos entrevistamos, junto con otros 2 miembros del Comité de Defensa y Recuperación del Cobre -1 ex gerente de Cochilco (Comisión Chilena del Cobre) y 1 gerente de una firma privada de la minería- con Cochilco, para presentar a la institución un plan de trazabilidad de los subproductos contenidos en el concentrado. Desafortunadamente esta gestión no arrojó resultados.

Estimamos además oportuno recordar que nuestra ONG, en diciembre 12 de 2011, solicitó a la Honorable Cámara de Diputados el nombramiento de una Comisión Investigadora de la Empresa Cuprífera Estatal, CODELCO. Esta presentación se refería a Operaciones de Mercado de Futuro de Metales y menores ingresos por ventas, debido a las mismas subfacturaciones que hemos enunciado en el curso de este trabajo.

Por todo ello, creemos que es el momento de retomar la inspiración inicial que animó la fundación de Codelco. No obstante, debemos reconocer que desde el gobierno Aylwin, Codelco se transformó, a través del Consejo Minero, paulatinamente en un eslabón en la cadena de producción de las transnacionales que operan en Chile. De hecho, Codelco forma parte del Consejo Minero.

IV

Es útil señalar una comparativa de Chile con Corea del Sur cuando hace 43 años Chile tenía un PIB per cápita 1,4 veces superior a Corea (1980). Corea eligió como política la industrialización y Chile siguió en su apuesta extractivista. Hoy este indicador se ha revertido y Corea representa 2,2 veces el PIB per cápita de Chile. El PIB de Corea es 5,56 veces el de Chile, US$ 1,6 trillones y el de Chile, poco más de US$ 300 mil millones; sus exportaciones se basan en circuitos integrados, petróleo refinado, automóviles, equipos broad casting, motores, repuestos, accesorios de vehículos. Su valor se cifra por sobre los US$ 808 mil millones, Chile no sobrepasa las US$ 107 mil millones. Sus exportaciones se basan en recursos naturales, minerales metalíferos, metales no ferrosos, frutas y vegetales, pescados, mariscos y derivados, pulpa de celulosa y papel para reciclaje.

V: Pasos a seguir

En primer lugar, el legado del presidente Allende se encuentra en la Constitución de 1980 que dice que “el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de las minas”. Se respetó así la voluntad unánime del Congreso de la República que en 1971 votó por la nacionalización del cobre. Durante la dictadura se dictó la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras (LOCCM, 21 enero de 1982) que, siendo una ley de menor entidad que la Constitución, neutralizó la voluntad expresada en el texto constitucional de 1971. ¡Esta ley, absolutamente inconstitucional, hasta el día de hoy sigue vigente!

Para restablecer la legalidad debe modificarse la Disposición Transitoria Tercera de la Constitución de 1980 que dispone lo siguiente:

La gran minería del cobre y las empresas consideradas como tal, nacionalizadas en virtud de lo prescrito en la disposición 17ª transitoria de la Constitución Política de 1925, continuarán rigiéndose por las normas constitucionales vigentes a la fecha de promulgación de esta Constitución.

La Disposición Transitoria Tercera Modificada dispondrá lo siguiente:

La gran minería del cobre estatal y empresas privadas consideradas como tal, se regirán por la disposición 17ª transitoria de la Constitución Política de 1925. Para dar cumplimiento a esta Disposición Transitoria se entenderá derogada toda ley, orgánica constitucional o simple, actualmente en vigencia.

En segundo lugar, la subfacturación, o no pago de los subproductos del concentrado del cobre, práctica no controlada por las autoridades de Impuestos Internos y Aduanas debe terminar. Estas instituciones deben ser intervenidas para restablecer así la Soberanía del Estado de Chile sobre los recursos naturales de su territorio.

En tercero, CODELCO junto a empresas mineras estatales de Argentina, Bolivia y Perú debe revertir una política entreguista y formar un complejo estatal minero del Cono Sur capaz de participar en la cadena de valor de la industria a nivel internacional, fundiendo, refinando y manufacturando en uno de los territorios de mayor riqueza minera del mundo, en fin, imponer una política de precios acorde con los intereses nacionales.

En cuarto lugar, esta política sólo podrá realizarse mediante la recuperación del subsuelo minero, y por consiguiente una nueva política de concesiones capaz de restablecer la soberanía sobre una de las principales riquezas materiales de Chile. Conjuntamente con ello, al igual que el litio, el cobre deberá ser declarado mineral no concesible. Esto significa en el futuro que cualquiera concesión tendrá que ser objeto de un contrato especial de operaciones (CEO). Las nuevas regulaciones se traducirán en concesiones a título definido, de la misma manera, junto con recuperar las bases del comercio internacional del mineral, ello nos permitirá realizar una política medioambiental siguiendo las normas vigentes en la producción minera de los países industrializados, implementar tecnologías que busquen la eficiencia energética y la eco eficiencia.

En quinto lugar, cualquiera nacionalización de las empresas mineras debiera seguir la regla del valor libro “el monto de la indemnización o indemnizaciones y, según los casos podrá determinarse sobre la base del costo original de dichos bienes, deducidas las amortizaciones, depreciaciones, castigos y desvalorización por obsolescencia. También podrá deducirse del monto de la indemnización el todo o parte de las rentabilidades excesivas que hubieren obtenido las empresas nacionalizadas. La indemnización será pagada en dinero, a menos que el afectado acepte otra clase de pago, en un plazo no superior a treinta años y en la condiciones que la ley determine”.

Esta disposición se basa en el valor libro – noción utilizada en la época de la nacionalización de 1971 – y que se encuentra, además, definida en la llamada IFRS (International Reporting Financial Standard, 2009) actualmente en vigencia y que unifica el tratamiento y la información financiera mundial. Su importancia es que el procedimiento en el caso de la nacionalización será reconocido en forma estandarizada en cualquier país.

En sexta instancia, como política fundamental se debe reafirmar la voluntad de recuperar esta riqueza y que ello sea nuestro legado para las generaciones futuras. Qué quedará después de haberse agotado los yacimientos sin que una industria sustitutiva la reemplace. En el presente existen 740 relaves situados en 10 regiones del país. Sin una política minero-industrial nos habremos quedado con colinas de relaves, cráteres por sobre explotación, bóvedas y hastiales de túneles abandonados, chimeneas, cámaras, hundimientos, cortes y rellenos. Alto costo que deberán asumir las generaciones futuras.

En conclusión, es necesario recuperar el cobre fino del concentrado y los numerosos subproductos que se obtienen de la fundición-refinación; crear un sector minero-industrial que permita a Chile irradiar la riqueza de su subsuelo.