No todos los hombres pueden confesar que han vivido, que han exprimido la vida hasta sacar las últimas gotas de néctar y ambrosía.

Alfredo Gómez Gil,SÍ puede afirmarlo con rotundidad.

Su vida desde el comienzo fue bendecida, como es bendecida el alma de los poetas que abrieron por primera vez sus ojos en el Parnaso, y quedaron deslumbrados por esa luz especial que envuelve a los elegidos por los dioses, para hacer del mundo un lugar más hermoso.

Quiénes hemos tenido el privilegio de conocerlo y gozar de su amistad podemos constatarlo.

Su gran humanidad y su cordialidad, unidas a ese trato de proximidad y cariño hace a cada uno de sus amigos sentirse muy especiales, porque cuida y valora la amistad, como uno de los mayores tesoros que se puedan poseer, lo que le hace tener amigos por todos los lugares donde ha pasado dejando una huella imborrable. Alfredo es un español universal que ha ido expandiendo sus conocimientos, su humanidad y su saber por todo el mundo.

Así, lo constatan los numerosos títulos, que tiene en su haber y su currículum:

Nacido en Alicante, cursó el bachillerato en Orihuela y Alicante.
Licenciado y Doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid.
Doctor Honoris Causa por la de Richmond, The American International University in London. Lector en Yale University.

Profesor becado de investigación en las Universidades de Alicante y en la Complutense de Madrid.
Catedrático de Literatura Española e Hispanoamericana en la University of Hartford (USA) y del Consorcio del mismo (University of Hartford - Hartford College for Women - Trinity College – Saint Joseph College).

A su regreso a España fue nombrado Catedrático de Literatura Comparada en la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid.

Fundó y preside la Tertulia poética del Real Casino de Madrid desde 2010.

En el año 2021, le fue concedida por Felipe VI, Rey de España, la encomienda con placa de Alfonso X el Sabio.

Todos estos títulos por supuesto que son una muestra inequívoca de su valer, como destacado profesor y gran intelectual conocedor de la Literatura Española Clásica, Moderna y Contemporánea.

Pero lo que quiero destacar, ante todo, es su valor como persona de bien, sus valores éticos y su vitalidad humanista, que hacen de Alfredo una persona excepcional todo ello envuelto en esa amabilidad y sentido del humor que le caracterizan.

Alfredo es capaz de embelesar a un auditorio en sus recitales de poesía, porque su dicción perfecta, su voz grave y su gran vitalidad transmiten una emoción a flor de piel que deleita a sus oyentes, y penetra muy dentro de sus corazones.

Gran orador y rapsoda ha paseado sus versos con el señorío que le da su ilustrada posición y últimamente ha tenido la brillante idea de hermanar el Real Casino de Madrid, con el Real Casino de Alicante, su ciudad natal, con un hermoso recital poético.

Decía el gran poeta alicantino Vicente Ramos que la característica más esencial de Alfredo Gómez Gil:

Es su carga tremenda de metaironía, erotismo, angustia, sarcasmo, protesta en suma de lo que quiere y no quiere, de lo que ama y desama, actitud profundamente humana.

Sus recitales están amenizados con numerosas anécdotas que explican el motivo y la circunstancia que le inspiraron un poema determinado.

Porque no hay que olvidar que en poesía, es el alma del poeta la que se desnuda, y para ello hay que tener valor y valentía.

Hay una máxima que preside su vida, a la que él quiere mantenerse fiel por encima de todo:

El poeta puede retrotraerse de lo que escribe, pero nunca negar sus versos.

Esto nos descubre claramente su dignidad y autenticidad como persona.

Su poesía siempre estará vigente, porque Alfredo, en sus poemas, desnuda su alma, que se dirige al alma del lector para conectar con ella y ser un soplo de vida , una saeta lírica que se queda clavada en el corazón.

Habría que definir a Alfredo como un poeta fieramente humano, por su pasión vitalista y profundamente divino, porque sus poemas nos elevan hacia ideales de justicia y paz.

A lo largo de su trayectoria ha ido evolucionando desde sus poemas juveniles llenos de encanto y gracia, no exentos de gran calidad, hasta sus poemas posteriores llenos de autenticidad y madurez.

De su primer poema “Guitarra”, cuenta que, un profesor le cogió su cuaderno de poemas y no creyó que fueran obra suya.

Estos poema juveniles aparecen en su libro: Cerebros españoles en USA, donde narra sus primeros años en Estados Unidos.

Guitarra

Que bella eres mujer. en madera retratada. no me llores guitarra.
que no quiero que sepan.
la pena mía…

En ese tiempo, fue invitado a dar un recital en el Campus de la Universidad de Yale, allí conocería al gran pianista español José Iturbi, que le propuso hacer su poesía más espectacular, recitando él en español y otro poeta en inglés, para ello el propio Iturbi le ofreció su agente personal.

Estos recitales tuvieron mucho éxito.

Llanto por seguidillas

Anhelante y lejana.
vela que vela. va evocando la nana. su cantinela…

La azucena de mayo.
de mi Gallito. no le quisiera payo. ni señorito.

Ay, si verle pudiera,
de rosa y oro
en alto la montera.
brindarla al toro.

La comparación de los poemas de diversas fechas, unas más próximas y otras más lejanas en el tiempo, son testimonio de que, aunque su variedad estilística y temática ha ido cambiando a lo largo de los años, siempre se ha mantenido fiel a su esencia y a sus principios.

Nos encontramos con un poeta profundamente genuino y puro, que ha ido recogiendo y recopilando muchos de sus poemas escritos en sus años universitarios y juveniles junto a otros más recientes.

Rosarios

Solo ellas nacen en mis dedos.
Tus manos ...
rosal de mis cerezas
cerezas de mi rosal.

Empeño

Te soñaré …te seguiré soñando. allá donde el beso rompa su simpleza.
Te ensoñaré te seguiré soñando
acá donde la sombra no despierte.
Te trasoñaré…te seguiré soñando
sin esperar a que se anule la anestesia.
Prefiriendo que mi sino no despierte. y sigan apagados los luceros.

En ocasiones, el poeta inventa lenguaje nuevo, que aparece reflejado en las imágenes audaces que van saliendo de su imaginación , como ríos sin retorno que fluyen para fundirse en el oleaje intempestivo de las mareas de su alma.

Osito

Osito negro tu pelo
Osito pardo tu abrazo
osezno gris el arrullo
osezno blanco el abrazo.

Carnívoros de nosotros
olvidemos el tamaño
dándole vida a la tundra
a la nieve, al barranco.
Osito negro mi pelo
Osito pardo mi abrazo.

La palabra de Alfredo es capaz de abrirse paso en el tupido laberinto de su paraíso personal y en medio de la espesura, encontrar siempre ese sendero por el que camina desde el principio, para seguir avanzando cada día hacia la poesía auténticamente pura.

Digestión

Me comeré tus labios
sin percatar el azafrán que les añades.
Digestión vadeará la sima
bajo el ritmo
de la canción
que conllevar bien sabes.
Me comeré los labios tuyos
antropófaga siempre tú
de mis recios sentimientos.

En sus versos nos encontramos en ocasiones con una desbordante ternura y en otras con una fina ironía, o una denuncia desgarrada ya que ante todo, es un poeta de contrastes, que sabe manejarse al filo de la navaja aunque a veces pueda herirse, pero siempre abogará por la libertad, y la verdad.

Alfredo vuela siempre alto en busca de lo auténtico que es la forma que tiene de entender la vida.

Nanas para dormirlos y despertarlos:

Nana

No te duermas, yayo, no te duermas.
Déjame suspirar en tu costado

Nana del peón.

La nana que yo te canto
ni es de nardo ni alhelí.
La nana que yo te canto
es de cal.
Ya la echan en los cines.
Libertad.

La esencia de su “Yo”, hace que su poesía sea atemporal, y que su voz quede siempre suspendida en el aire, hasta encontrar la inspiración.

Antología de tres poetas alicantinos

Yo no quiero cambiar
la funda de mi almohada
hasta que su olor se haya ido.

Yo quiero cambiar la funda
porque sus olor se ha ido.

Siempre la luz del Mediterráneo estará presente, en su vida haciéndose patente en su sentir poético, que por encima de todo es luminoso y vital, con esa fuerza visceral que tienen los hombres nacidos cerca del mar e impregnados de esa luminosidad que destierra toda oscuridad.

Mediterráneo

En ti provocan admirada gallardía
de noche plenilunia.

Alfredo Gómez Gil tiende su mano para el encuentro con el amor , en unos veros llenos de lirismo y belleza.
En unos versos que embriagan de pasión el corazón y hacen volar al alma.

Así, quede para el recuerdo el poema más íntimo, de toda su poética.

Soneto 104

Nacer, crecer, amarnos, y en brioso proceso
enamorarnos. Vivir la juventud, adentrarnos
en nuestros gentiles búcaros, continuarnos
irnos descubriendo y plácidamente revocarnos.

Seguir con alegría, jamás volvernos,
en el mediodía acariciarnos,
de la inopinada ingratitud consolarnos,
del indeleble destino externo cobijarnos.

Por el húmedo atardecer resguardarnos
de la templada emoción sonreírnos
en la imprevista fatalidad abrazarnos.

Mediado el interlunio, sentirnos, redamándonos,
poniendo el ayer en presente, recordándonos,
y entre arrugadas manos, esperándonos.

(Alicante-Madrid 1999)