Si algo me sorprende en la actualidad de la hiperconexión y la globalización es cómo nos estamos dirigiendo a una cultura mundial. Es evidente que mi afirmación se logrará en siglos (si no nos acabamos antes), pero me parece curioso que un español pueda decir frases “venezolanas” o “argentinas” (o viceversa); porque no solo las conoce, sino que las escucha a diario por ese conector al mundo que tenemos todos en los bolsillos.

Y no solo sucede en nuestro idioma, se observa en otras lenguas. Hasta nos damos el gusto de “españolizar” algunos conceptos que en un principio me atrevería a decir que son anglosajones, pero que definen muy bien en una palabra lo que en el español puede volverse una frase.

Ghosteo: origen y definición

Así es el caso de la palabra “ghosteo” que en inglés se conoce como ghosting. Según una pequeña y nada exhaustiva investigación que realicé, su origen se remonta al 2000 y proviene de la palabra ghost (fantasma), pero su impulso y popularización surge con las redes sociales.

El “ghosteo”, tanto en español como en su lengua original, tiene la misma definición, ya que describe la práctica de cesar todo tipo de comunicación y contacto con una persona sin previo aviso. Con esto quiero decir que cuando alguien te ghostea desaparece de la relación, así sin más.

Ghosteo en la hiperconectividad

Me resulta bastante curioso que sea una práctica muy usada en la era de la hiperconectividad; donde el “hiper” no está de más, es más, me atrevería a decir que queda corto con el nivel de velocidad y comunicación con el que cualquier individuo puede enterarse de todo.

Y no hablo de los problemas geopolíticos mundiales, porque podemos ser tan mundanos y banales como enterarnos de cuál prima se casó sin avisar o por qué ese familiar desapareció 9 meses. La hiperconexión se encuentra en todos nuestros estratos, niveles y formas, se encuentra en nuestro bolsillo.

Aunque es una práctica normalizada, es abiertamente mal vista, ya que muy pocas personas aceptarán que ghostean, pero muchos podemos aceptar que nos han ghosteado. Comentando el tema con unos amigos: a nivel amoroso es tan practicada por una generación en específico que se puede realizar una investigación al respecto por lo extrañamente cotidiano que esa historia se repite.

Lo que me alivia el alma y el cuerpo es que se sabe que es una falta de respeto el crear un vínculo, tener una conversación constante y desaparecer de la nada, como ese regalo del día del niño que fue el último y no avisó.

El ghosteo laboral

En esta definición de ghosteo que pude crear, ya que no es una palabra aceptada por la RAE (aún), es normal que esté relacionada con los vínculos amorosos y de amistad. Pero todos los que lo han vivido me comentan que la sensación que deja es particular, porque no permite a la persona afectada entender qué sucedió, por qué o qué debe corregir para no volverlo a vivir.

Y meditando al respecto me di cuenta de que no existe solamente el ghosteo amoroso y de amistad, también existe el ghosteo laboral. El freelance o desempleado (casi lo mismo si nos ponemos a hacer comparaciones) trata con una empresa o proyecto de la misma manera que un soltero trata con un nuevo amor.

Las diferencias son evidentes: con un nuevo amor se quiere estabilidad amorosa, sexual, una familia, una compañera/o (variará dependiendo de los gustos y traumas de cada quién), pero con una empresa busca estabilidad laboral, económica, lo que le permita ofrecer su tiempo, energía y conocimiento a cambio dinero.

¿Cuántas veces no se han arreglado para una entrevista? Como si de una cita se tratase. ¿Cuántas veces escucharon “contactaremos con usted en dos días” y no hubo contacto? ¿Cuántas veces tuvieron una cita y no hubo contacto de vuelta? Ghosteo es ghosteo, no importa la palabra que le acompañe.

La decepción es igual a la de un ghosteo amoroso y me atrevería a decir que es peor, porque no saber de alguien que te gusta duele, pero no saber si la empresa donde tenías esperanza de trabajar te contactará asusta, porque necesitas el dinero para el siguiente mes.

Y claro, aquí hay muchos factores a tomar en cuenta y hasta ahora he escrito desde el lado del futuro (o no) contratado. Entiendo perfectamente que en esta danza de “coqueteo” laboral está de primera mano recursos humanos, que muchas veces recibe una enorme cantidad de CV y le es imposible comunicarse con todos y menos para dar malas noticias.

También conozco casos donde la vacante ni siquiera es ocupada, simplemente la misma búsqueda es la que ghostea a todas las partes y no hay explicación; y si nos ponemos a pensar existen otros miles de ángulos hasta el infinito.

Lo que sí es cierto es que el ghosteo laboral existe, en algunos casos, por mala educación, otros será porque la persona encargada está saturada, pero en todos los casos la única solución es aceptarlo. Sufre la perdida de una ilusión y déjalo lo antes que puedas, sin aferrarte, porque puede que venga otra ghosteada más o puede que venga quien sí te contesta, te paga bien y donde la carga laboral es la adecuada para tu salario y salud mental.