Si no sabes pronunciar mi segundo nombre, está bien. De igual manera, todos me llaman por mi apellido, Vergara.

Nací en 1993 en San Cristóbal, la capital del Estado Táchira, Venezuela. Eso quiere decir que soy de carácter fuerte. Además, soy un nativo digital, hiperconectado, odio las llamadas y con valores muy distintos a los de mis abuelos, es decir, soy millennial. Y por haber nacido en el ‘93 he conocido más papas en el vaticano que presidentes de mi país.

Soy estudiante de Historia, especialista en Marketing digital, músico y comediante. Estos son los pilares de mi perspectiva y de mi vida profesional, por ello te lo quiero contar.

Estudiar Historia fue un acto de casualidad en mi vida. Mi idea era entrar a la universidad por cualquier carrera para después saltar a Idiomas Modernos. Para mí era un paso protocolar, pero cuando me di cuenta estaba disfrutando lo que estudiaba, me interesaba entender la Historia desde la óptica de un Historiador y por eso decidí no cambiarme de carrera.

¿Leyeron que quería estudiar Idiomas Modernos? Bueno, mi plan era especializarme en Inglés. Mi objetivo lo tenía muy estructurado en mi cabeza. Sin embargo, al día de hoy no hablo inglés fluido, pero bueno. En esta vida hay tiempo para todo. ¿No es así?

Gracias a mis estudios comencé a trabajar en el Marketing Digital. Una de las labores del Historiador es investigar y eso quiere decir que vas a leer (y leer mucho) y escribir (escribir mucho más); por ello mis primeros pasos fueron como redactor SEO.

Si soy sincero pensé que sería una estafa, ya que la información la conseguí arrugada en una pared. Como si se tratase de la foto de una exnovia que después de un arranque de ira, no te atreves a botar ese recuerdo.

Pero confié y aunque la experiencia no fue agradable (lo arrugado del aviso creo que sí fue un ataque de ira de algún compañero mal pagado) me permitió obtener un conocimiento que posteriormente utilizaría.

El siguiente escalón fue ser Community Manager y mi objetivo no era vivir de esa profesión. En verdad, quería impulsar mi banda a través de las redes sociales, es por eso que saqué toda mi terquedad y me empeñé en llenarme de información, me obsesioné con las redes, en conocer cada herramienta, cada posibilidad y forma. Y aunque al final el proyecto no despegó, el conocimiento se me quedó.

Fue una semilla que creció y no dejé de regarla porque en pandemia aproveché la encerrona para realizar cursos y profesionalizar, lo que empezó siendo un objetivo totalmente distinto. Al punto de llegar a manejar cuentas de más de 20K y al día de hoy vivir de eso.

Como mencioné tuve una banda, quiere decir que soy músico, pero más que eso soy baterista antes que nada. La batería ha sido el instrumento que me ha acompañado desde los 14 años. Ha sentido el dolor del rompimiento amoroso, la euforia del logro alcanzado y sobre todo ha sido una demostración de constancia, paciencia y disciplina para mí.

Ya bastante mayor, tal vez impulsado por la crisis de los 20, aprendí a tocar la guitarra, pero más por una necesidad que por gusto, aunque con el tiempo he aprendido a quererla. ¿Cómo no? Si los instrumentos son un hermoso mundo.

Finalmente, hablemos del Stand Up. La comedia ha estado a mi lado en todo momento de mi vida y aun así llegó tarde. Comencé hacer Stand Up a mis 27. ¿Me hubiera encantado empezar antes? Obviamente, pero no tendría algo que me enseñó la Historia: perspectiva. No tendría eso que me enseñó el marketing, el uso de las redes como vitrina e impulso. Y no tendría lo que la música me ha recordado cada día: constancia, paciencia y disciplina.

Estos son mis cuatro pilares, mi base y si has llegado a leer hasta aquí, muchas gracias por brindarme tu vista para conocerme un poco más.

Puedes seguirme en mis redes sociales, pero recuerda que el link de LinkedIn es mi versión seria, más recatado, superprofesional y mis demás redes soy yo haciendo comedia.