Antropoceno: Dicho de una época que es la más reciente del período cuaternario, abarca desde mediados del siglo XX hasta nuestros días y está caracterizada por la modificación global y sincrónica de los sistemas naturales por la acción humana.
(Diccionario de la Lengua Española)
Así es, literalmente Antropoceno es la designación que la comunidad científica le ha dado a la época geológica que vendría a suceder o reemplazar al Holoceno como la actual unidad geocronológica: una unidad geocronológica es la división de tiempo que utiliza la geología histórica para formar la escala temporal geológica. El Holoceno empezó hace 11,700 años; cuando terminó el último «episodio frío» conocido como Dryas Reciente, después de la última glaciación.
Resulta muy significativo que, el Homo sapiens fuera la única especie humana que sobrevivió durante esa época. Ya que, su más cercano y evolucionado pariente humano, el Homo neanderthalensis, llegó a extinguirse hace unos 40,000 años antes del presente, siendo la causa más probable de su extinción, una erupción volcánica aunada a un cambio de clima durante esa época. Eso por cuanto, los registros y estudios antropológicos demuestran que hubo coexistencia entre las dos especies de humanos con anterioridad a la extinción.
Por qué les menciono todo eso. Porque, nosotros podríamos ser la próxima especie en extinguirnos. Irónicamente, por causa de nosotros mismos. Sin la necesidad o ayuda de una erupción volcánica de gran magnitud, que nos venga a complicar y acrecentar los efectos del cambio climático. Y es que, en ese sentido, como apunta y señala el encabezado del artículo «Antropoceno: la problemática vital de un debate científico».
El término Antropoceno [también] se ha creado para designar las repercusiones que tienen en el clima y la biodiversidad tanto la rápida acumulación de gases de efecto de invernadero como los daños irreversibles ocasionados por el consumo excesivo de recursos naturales. Pero ¿se puede usar este vocablo para definir una nueva época geológica?
El encabezado plantea que:
La respuesta a esta pregunta ha suscitado un apasionado debate entre los científicos. Por otra parte, las soluciones se hacen esperar demasiado porque existe una negativa colectiva a ver la realidad, que es fruto a la vez de una creencia ingenua en el progreso, de una mentalidad consumista y de las presiones ejercidas por potentes grupos económicos (Issberner, L. R y Léna, P.).
Pero, vayamos más allá, analicemos las evidencias científicas del Antropoceno. ¿Sabía usted que hay más de 20,000 estudios científicos del Antropoceno? Pero ¿por qué el debate científico? Porque, pese a los miles y miles de artículos académicos sobre cambio climático —literalmente son más de 1 millón—, a muchos les cuesta aceptar que la humanidad es la responsable del acelerado y acrecentado crecimiento del cambio climático. Así como, de sus devastadores efectos en el medio ambiente mundial y, por ende, en la salud, la alimentación, la seguridad y la economía mundial. Efectos que, inequívocamente, de seguir así, de no hacer nada hoy—con eso me refiero al presente inmediato—, mañana —es decir, en el futuro inmediato— podría conducirnos a la extinción de nuestra propia especie. Y por obra y gracia de nosotros mismos, los humanos que nos decimos «sapiens».
Pero ¿a qué podría deberse este extraño y muy contradictorio comportamiento de nuestra humanidad? Psicológicamente hablando, al denominado «efecto de ilusión de verdad». Un sesgo cognitivo de nuestra memoria implícita que nos lleva a «considerar como ciertos con más facilidad aquellos enunciados que le resultan familiares». ¿Por qué? Porque la «ilusión de tener la verdad refleja que las personas creen más en la información repetida que en la información nueva o desconocida».
Y muy tristemente, la información que más se repite, tanto en redes sociales como en medios de comunicación —sobre todo, en aquellos que son sensacionalistas o amarillistas, y los medios de comunicación que responden a intereses privados o son pagados por intereses privados— es la información falsa, son las denominadas fake news o noticias falsas. Estas son promovidas y difundidas por poderosos, poderosísimos, sectores de la industria, la empresa, el comercio, la banca y las finanzas mundiales; el nuevo orden político y económico mundial.
En contraste, la información científica para muchos es difícil de entender o, incluso, inentendible. Por lo que muchos prefieren vivir en el engaño y la ignorancia, antes que admitir que han sido engañados o que desconocen del tema por ignorantes. Tristemente esa es una de las peores partes de nuestra naturaleza humana.
Pero no tiene por qué ser así. Reconozca sus errores y sus limitaciones. Busque ayuda para solventarlas. Recuerde que nunca es demasiado tarde para aprender o emprender cosas nuevas. Anímese, suba su nivel y deje de creer y sobre todo depender de aquellos que sólo quieren el bien para sí mismos. Nunca para usted y los demás. Sepa ser libre, no siervo menguado.