Beverly Café es un nuevo espacio en la ruta gastronómica de la ciudad cosmopolita de Valencia en España.
Una ciudad que forma parte de las 50 «Mejores ciudades del viejo continente para vivir en el mundo» en el año 2023 por la consultora Resonance norteamericana. Además, Internations, la mayor comunidad de expatriados, ha declarado a Valencia como la mejor ciudad del mundo para vivir por la facilidad en instalarse, realizar deportes, el clima, la seguridad, el transporte público, la vida social y el carácter jovial y alegre de los valencianos.
Beverly Café nace con el propósito de crear un lugar emblemático, carismático y único dentro de la gastronomía valenciana. Se puede comprobar en Instagram como uno de los lugares más fotografiados, referencia en el mundo del diseño y oferta gastronómica de la ciudad.
Para desarrollar el proyecto contaron con el estudio de diseño de Only You, cuyo CEO y director creativo, Nacho Álvarez, responde a la revista Conde Nast Traveler con:
El espacio a diseñar debía consensuar una propuesta elitista pero moderna, de gran calidad estético-visual, con un concepto sorprendente y arriesgado; capaz de atraer a un público desconectado de la propia vida social de una Gran Vía Marqués del Turia, antiguamente llena de locales de moda, escaparates vanguardistas y propuestas rompedoras.
Elemento diferenciador en Beverly Café
El color rosa empolvado es el protagonista del café cuya puerta de entrada, completamente rodeada de capullos de rosas, es incapaz de pasar desapercibida a la retina del transeúnte y facilita una parada obligatoria para echar un vistazo. Contrasta con el verde de los árboles que la Gran Vía Marqués del Turia en Valencia tiene en el centro de la calzada, separando los dos sentidos de los vehículos. Transmite sensación de primavera durante todo el año.
Podemos decir que Beverly Café está creado como un universo femenino que te transporta a los años 50 al más puro estilo de las Pin Up. El interiorismo forma un conjunto con la vajilla, las tazas, los uniformes, la comida, la fotografía… Ningún detalle ha sido descuidado más bien se nota el gusto y el buen trabajo realizado.
Es un espacio vanguardista con facilidad para socializar y generar un punto de encuentro lleno de glamur y delicadeza. Bajo el mismo color se ha conseguido crear una identidad atemporal y definida, donde las luminarias, mobiliario, vegetación, tapicería y pintura componen ese color monocromático de rosa empolvado que lo caracteriza.
Forman parte de la decoración junto al techo de cristal, un conjunto de 25 globos realizados en fibra de vidrio (en una fábrica de Milán) que con las lámparas ayudan a crear ese ambiente original y divertido en un mundo en rosa. Lugar ideal para disfrutar de un desayuno, brunch o merienda que particularmente me transporta a la canción «La vie en rose»:
Cuando me toma en sus brazos
Me habla en voz baja
Veo la vida en rosa
Me dice palabras de amor
Palabras de todos los días
Y eso me hace sentir algo.
¿Conoces a los autores de esta famosa canción? Louis Guglielmi: compositor y pianista francés. Marguerite Monnot: pianista y compositora francesa. Edith Piaf: grababa esta canción un 9 de octubre de 1946 en Paris.
Entrar en el establecimiento se convierte en una experiencia inmersiva al pedir y consumir. Todo el local es curvilíneo, sus mesas, los sillones y sofás, los globos, las lámparas o luminarias invocando a nuestro subconsciente los locales de Paris Saint-Germain o de Miami en los años 50.
Han conseguido combinar de un modo singular la esencia inglesa y francesa con el lado más mediterráneo de la ciudad de Valencia.
Conclusión
Si vienes a Valencia, ciudad en España, tienes una parada obligatoria en Beverly Café. Un mundo en rosa totalmente instagrameable y deliciosamente agradable y envolvente al degustar tortitas, pancakes, bagels, smoothies o batidos también en rosa.
En palabras de los dueños de Beverly Café:
En la época en la que nos encontramos, el interiorismo es un apartado que ya no se puede descuidar. Hoy en día se trata de un pilar tan importante como la cocina y el servicio. Pero no hablamos únicamente del interior, sino que también tenemos en cuenta el menaje, la fotografía, los uniformes... Todo tiene que respirar la misma esencia.