La Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano es una entidad cultural privada con personalidad jurídica y patrimonio propios, sin ánimo de lucro. Fue creada con el propósito de contribuir al desarrollo, integración y memoria del cine latinoamericano y caribeño; lograr un universo audiovisual común, además de cooperar con el rescate y afianzamiento de la identidad cultural de América Latina y el Caribe. Fundada por el Comité de Cineastas de América Latina (C-CAL) la integran cineastas de dieciocho países y está dirigida actualmente por Alquimia Peña. Su sede está en la Ciudad de La Habana, Cuba, en una amplia y acogedora casona de las afueras de la ciudad: la Quinta Santa Bárbara M. N., calle 212 esquina a 31, Reparto La Coronela, La Lisa.
Con su directora general repasamos la historia de la FNCL. En marzo de 1967 se celebraron en Viña del Mar (Chile) el Festival Cinematográfico y el I Encuentro de Cineastas Latinoamericanos, «eventos ambos de enorme significación en la historia de la cinematografía del continente y del Caribe puesto que significaron una consciencia plena de la reafirmación de nuestros pueblos y de sus más legítimas aspiraciones». Aquel primer encuentro en Chile dio lugar a la resolución de crear un Centro Latinoamericano del Nuevo Cine, originaria fuente que viene del encuentro del SODRE, Uruguay en 1958, y que da continuidad el Comité de Cineastas de América Latina (C-CAL) que adquirió personalidad definitiva en septiembre de 1974, en la ciudad de Caracas. Añade Peña que:
Dentro del mismo proceso, acaso infundido en aquel sueño de un Centro Latinoamericano del Nuevo Cine, y creado por el ICAIC el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en 1979, se delineó la arquitectura de un organismo que sirviera de base al desarrollo institucional y fuera cimiento de una Escuela de Cine (hoy EICTV) inspirada en la Escuela de Cine Documental de Santa Fe que erigiera Fernando Birri. Una escuela de visión ecuménica, pero de carácter integrador: latinoamericano, caribeño, iberoamericano.
En abril de 1985, el Comité de Cineastas de América Latina acuerda crear la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Y el 4 de diciembre de ese mismo año, en medio de las jornadas del VII Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, se firma, en la Casa de las Américas, el Acta de constitución de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano (FNCL), bajo la presidencia de Gabriel García Márquez: «Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado», dijo el Nobel de Literatura. Una institución —subraya Peña— «nacida para trabajar en aras de la integración del cine regional, de lograr un universo audiovisual común y de cooperar en la lucha por rescatar y afianzar la identidad cultural de América Latina y el Caribe».
Treinta y ocho años después de aquella memorable fecha, «muchos han sido los sueños cumplidos, muchos los acontecimientos que guardamos en nuestra memoria como recuerdos vivos y muchos son también los proyectos que tenemos para el futuro. La Fundación permanece desde aquella fresca tarde abierta, con sus amplias puertas y ventanas, para todos los cineastas de nuestro continente», dice Alquimia.
Al plantearle la vigencia del concepto «nuevo» respecto al cine latinoamericano, la directora general afirma:
Abogamos por un cine que busca renovarse estéticamente, que no busca repetir lenguajes que le han sido impuestos y sí tener su propio lenguaje sin renunciar a lo universal.
La también miembro del Consejo Rector de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) y de la Junta Directiva de la Federación Caribeña de Cine y Video abundó en las labores que ocupan a la Fundación:
Ante todo hay que significar el vuelco al mundo y a nuestras vidas con las aparejadas crisis sanitaria, humana, económica y social que vivimos a causa de la COVID-19. A la FNCL, como a todos, le tocó variar su programa de celebraciones previsto por sus 35 años de existencia y comenzar a adecuar su quehacer, en general, a las incertidumbres de la nueva normalidad. La Fundación hizo un temprano llamado a la solidaridad y responsabilidad de los cineastas en momentos tan inciertos y obtuvo una respuesta positiva por parte de personas y autoridades.
En cuanto al momento actual de la EICTV, la directora afirma:
Compartimos una vez más con el Estado cubano la enorme preocupación por la vulnerabilidad de la Escuela, comunidad que en marzo contaba con más de 200 miembros, entre estudiantes, profesores y trabajadores, de ellos unos 130 extranjeros. Y como la vida cotidiana de la humanidad con acceso a internet, la Escuela se tuvo que desplazar al espacio virtual en los momentos más complejos de la pandemia. Decidimos potenciar los servicios de información que proporciona habitualmente la Fundación a través de su plataforma digital especializada (portal, biblioteca digital, observatorio, revista digital, bases de datos y sus directorios especializados, también con presencia semanal del boletín digital ‘Cine latinoamericano en la Red’ y en redes sociales como Facebook y Twitter.
La directora general de la Fundación destaca otra de las actividades llevadas a cabo como consecuencia de la pandemia:
Comenzamos a reunir y promocionar qué cine ver en redes. A través de ese boletín se fue conformando un valioso catálogo de las experiencias audiovisuales creativas que se producían en estos meses de pandemia, como es el caso del catálogo de nuevas plataformas para ver cine online, el de facilitar cómo acceder a experiencias creativas audiovisuales que comenzaron a generarse, la mirada a los sucesos del sector, a los esfuerzos y pronunciamientos de organismos nacionales, regionales e internacionales como instituciones de cine, la UNESCO, la CELAC, SEGIB y otras.
Alquimia Peña está satisfecha de lo conseguido, pese a las dificultades que ha sido preciso superar:
Te diría que hemos mantenido la mirada atenta ante las incertidumbres y desafíos que enfrentan las cinematografías de la región, lo que nos deja constancia de cómo crecieron los públicos del cine latinoamericano y caribeño y los esfuerzos de integración y complementariedad, como es el caso de los festivales de cine, de nuevas redes como la Red de Centro América y Caribe de Archivos Cinematográficos y Audiovisuales, y otros eventos internacionales como el taller anual Oportunidades y Desafíos del Audiovisual en el Contexto Regional creado por la FNCL, que recuerdan el espíritu de resistencia y solidaridad de los tantos momentos difíciles vividos por los fundadores y, en general, el Movimiento del Nuevo Cine Latinoamericano.
La Fundación no ha detenido su andar: «en julio y diciembre celebramos (en línea) las reuniones programadas de los Consejos Superior y Directivo de la Fundación y del Consejo Rector de la EICTV con los consiguientes acuerdos de estrategias y acciones ante la nueva normalidad». En este sentido, proyectos como la Cátedra de Cine Latinoamericano y Caribeño, FNCL-Universidad de las Artes ISA, se conformaron e hicieron público su programa académico, el cual contempla una maestría en Cine Latinoamericano y Caribeño 2021-2023, talleres y otras actividades docentes.
Continuamos —añade Peña— con los intercambios con instituciones afines diversas y fondos internacionales y se amplió nuestra carpeta de proyectos, promovemos talleres, mesas en procura de reflexiones sobre nuevas formas de cooperación internacional más acordes a las realidades de este mundo tan cambiado. Por su parte, la Escuela tuvo que evacuar el alumnado y profesores, posponer por un año el curso regular presencial y ajustar sus atractivos planes de estudio, como el programa de talleres y maestrías para la modalidad a distancia, y ha vuelto a la modalidad presencial la mayor parte de sus cursos.
En la sede no se detuvo el proceso de reparación y mantenimiento de la Sala Glauber Rocha, que reabrió totalmente en septiembre del 2022. Esta y sus instalaciones aledañas reabrieron ya con su programación cinematográfica y un variado programa sociocultural comunitario, potenciado por la coordinación intersectorial, al igual que sus servicios de librería, restauración en la cafetería, pérgola y otros espacios en sus jardines.
La directora general de la FNCL considera que, a través de los múltiples proyectos emprendidos en estos treinta y ocho años de vida, incluidos aquellos que han apostado por la creación de instituciones y programas de integración de la cinematografía regional, se han sentado bases sólidas para contribuir al conocimiento, la formación, la preservación de la memoria, la promoción del cine y el audiovisual de América Latina y el Caribe y, como decía García Márquez, «por esa revolución de conocimientos interpersonales de los primeros años con el empeño por la integración en una obra común».
Y en cuanto al programa de actos conmemorativo del 35 aniversario de la FNCL, Alquimia Peña recuerda que estuvo dedicado a honrar a sus fundadores y a las personas e instituciones «que contribuyeron a crear y sostener la Fundación, que hacen posible su existencia, donde no podemos olvidar la voluntad política del Estado cubano, su apoyo solidario incluso en los momentos más difíciles por los que ha atravesado el país». Entre las acciones desarrolladas destaca las vinculadas al 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, espacio natural de la Fundación y la Escuela como lo es del cine latinoamericano y de tantas otras instituciones y proyectos del sector.
El citado programa contempló un panel dedicado al 35 aniversario y las reuniones de sus instancias directivas; conferencias, talleres con enfoque temático particular para jóvenes cineastas y estudiantes de cine u otras especialidades afines; presentación de investigaciones y del Premio de Ensayo sobre Cine en Latinoamérica y el Caribe 2019 en torno a los públicos. Además, tuvo lugar el IV Taller Oportunidades y Desafíos del Audiovisual en el Contexto Regional, en sinergia con el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
De cara al futuro inmediato, la directora general de la FNCL, nos habla de desafíos y líneas de acción prioritarias a varios plazos como los vinculados a la preservación de la memoria cinematográfica y audiovisual regional; a los estudios e investigaciones; los académicos con la EICTV y la Cátedra de Cine Latinoamericano FNCL-UA ISA y sus acuerdos y relaciones con universidades y festivales como el de La Habana, el de Cine de Málaga y su MAFIZ con mesas de reflexión y pensamiento sobre temas sensibles no siempre tomados en cuenta con la prioridad requerida como la accesibilidad al audiovisual de personas con discapacidades sensoriales, la formación de audiencias críticas desde las edades más tempranas, la memoria histórica y el desarrollo cultural sostenible, el abordaje de nuevas realidades que impactan el Espacio Audiovisual Regional y condicionan el rol de los creadores; el Programa Sociocultural y Medioambiental Comunitario que tiene como centro las salas de cine «Glauber Rocha» y «Beatriz Palacios» y los jardines de la Quinta Santa Bárbara; el turismo cultural especializado y el ecosistema de la Quinta direccionado al conocimiento, disfrute y cuidado del medio ambiente.
Continúan las labores propias del Archivo Histórico y el Centro de Información Documentación e Investigaciones de la FNCL. Entre los desafíos cotidianos y prioridades de la Fundación Nuevo Cine Latinoamericano está adelantar cada vez más la digitalización del Fondo Documental de la institución con sus valiosas colecciones documentales patrimoniales, como la Colección Gabriel García Márquez (cine y audiovisual latinoamericano y caribeño) y también inaugurar un área de consulta especializada para investigadores y visitantes interesados; potenciar los servicios de la plataforma digital especializada de la FNCL y otros propios del Centro de Información, Documentación e Investigaciones.
Por último, la directora general destaca la importancia que concede la FNCL a la labor de redes a las que pertenece, como es el caso de la Red de Centro América y el Caribe de Archivos Cinematográficos y Audiovisuales; la RibeLabs, Red Iberoamericana de Laboratorios del Audiovisual, y a la recién creada Red Iberoamericana de Economía Creativa y Cultural (SEGIB). Y recuerda Alquimia Peña que, con motivo de su 30 aniversario, la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y su Escuela Internacional de Cine y Televisión recibió el reconocimiento por su labor de la XXV Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno celebrada en Cartagena de Indias, Colombia.