La Academia resolvió entregar el Oscar a la mejor película extranjera con una gran influencia de la situación mundial, de la actualidad, Sin novedad en el frente es una terrible pintura de la guerra, en particular de la Primera Guerra Mundial, aunque es de acuerdo al autor de la novela original, Erich Maria Remarque, es una denuncia implacable contra los conflictos bélicos.
Fue un premio por la paz y contra la guerra y sobre un aspecto clave de las guerras, el papel, el sufrimiento de los seres humanos, pegados a la tierra, a la vida, a las más elementales y básicas condiciones de un enfrentamiento. Una pintura terrible sobre la infantería. Y también por eso tiene una enorme actualidad dramática pero también militar.
La prensa en todos lados dedica enormes espacios centrales a las tecnologías que se utilizan en esta guerra, a los viejos y nuevos tanques, misiles, artillería, aviación, satélites y drones incluso el uso de internet y de los teléfonos celulares. Y eso equivale a miles y miles de millones de dólares y rublos incinerados en las sucesivas batallas.
Los analistas militares y de inteligencia despliegan toda su capacidad para interpretar la influencia de ese torrente tecnológico, pero una vez más, la fuerza decisiva de una guerra son sus soldados, suboficiales y oficiales pie a tierra, cavando trincheras, ocupando edificios que pronto serán ruinas.
No hay cálculos atendibles de las bajas militares en un año de la guerra de Ucrania, pero considerando las diversas fuentes se puede estimar en el entorno de los 200.000 efectivos muertos por ambos bandos y a más de un siglo del fin de la Primera Guerra Mundial, la segunda carnicería más terrible de la historia, esta guerra confirma una vez más que los infantes son la clave de las victorias y por lo tanto también de las derrotas.
Por ello la prolongación del conflicto, promovida notoriamente por Estados Unidos y la OTAN y los fabricantes de armas, sin abrir la mínima posibilidad al inicio de negociaciones de ningún tipo.
¿Las pérdidas y los muertos tienen militarmente el mismo significado para ambos bandos?
No, cada mes que pasa con este nivel de muertes de ambos bandos debilita fundamentalmente a Ucrania. Mientras Rusia tiene una población de 143.400.000 de habitantes, Ucrania tiene en la actualidad 36.745.000 como puede verse una desproporción enorme, por lo tanto, la simple continuidad de la guerra con este nivel de bajas es totalmente desventajosa para Ucrania.
Las pequeñas formaciones mercenarias no compensan de ninguna manera esta realidad, ni los voluntarios en el frente ucraniano, ni el batallón Wagner y los chechenos del lado ruso cambian la situación. No hay blindado ni apoyo de nuevas tecnologías que pueda compensar esta diferencia de 4 a 1 a favor de Rusia.
Además del torrente de dinero, de equipos y de palabras, nadie en Occidente roza siquiera la posibilidad de la intervención de personal, de tropas, por lo tanto, la ecuación no cambiará, como no cambió en la historia, todas las guerras de este tipo fueron ganadas por las naciones o alianzas de naciones con una población mayor. En especial la Primera y Segunda Guerra Mundial.
Lo escribí en diversas columnas, estoy en contra de la invasión rusa a Ucrania, pero analizar las perspectivas de la guerra no incluye la justicia o no de las causas en disputa, que por otro lado tienen una larga historia y una realidad explosiva desde la caida de la Unión Soviética y la expansión sin límites de la OTAN hacia el Este.
La paradoja de la situación bélica es que, en el terreno, la batalla es por la conquista de unos pocos metros de ciudades y posiciones que en definitiva dependen de los infantes, de hombres y mujeres que mueren por miles abrazados a sus armas personales y en el otro extremo está la amenaza nuclear, la acumulación por parte de Rusia y de la OTAN de arsenales nucleares capaces de destruir varias veces al planeta y sobre todo a toda forma de vida humana, animal e incluso vegetal.
La historia incorporó este nuevo elemento al papel fundamental de las tropas de infantería y la conquista y la ocupación del terreno y sobre eso sobrevuelan explícitas e implícitas del uso a nivel táctico o estratégico y final de las armas nucleares.
Desde los años 90 con la caída de la Unión Soviética no se producía el traslado de potentes formaciones de transporte de misiles nucleares de diverso alcance. Es un cambio grave.
No solo la Academia del cine, sino el mundo antero debería abandonar la retórica y la carrera belicista y ocuparnos realmente y con urgencia del inicio de negociaciones entre las partes. Para ello es fundamental Estados Unidos, que le ha impuesto a la OTAN su estrategia en toda la línea. Mientras tanto la situación en el territorio empeora para Ucrania.