No siempre el término incunable se utiliza de manera correcta. Pero si algo hace que un libro tenga esta consideración es su fecha de nacimiento, y de ahí su nombre en latín: incunabulae (estar en la cuna). La definición de incunable es todo aquel libro impreso antes del 1 de enero de 1501. Puede parecer que abarca una gran cantidad de tiempo, incluso de libros, pero no es así, puesto que el año 1455 es considerado como el año de la invención de la imprenta moderna (la imprenta de Gutenberg): quedan muy pocos incunables en el mundo y es nuestra obligación preservarlos como tesoros de la humanidad.
El primer incunable impreso fue la Biblia de Gutenberg o Biblia de 42 líneas (hace referencia al número de líneas impresas en cada página). En la actualidad solamente se conservan en el mundo unas veinte copias completas de este incunable que empezó a confeccionarse en 1452, y una de ellas, la única completa que se conserva en España, está en la Biblioteca Pública Provincial de Burgos y se puede consultar y acariciar, en una versión facsímil impecable, en la Biblioteca de los Libros Felices de Alicante. No es normal que un incunable pueda palparse por aquellos que no sean especialistas. Pero la excepción la tenemos en la ciudad española de Alicante, la que los romanos bautizaron como Lvcentvm o Ciudad de la Luz. Aquí, a escasos metros de una de las playas más famosas del Mediterráneo, estos y otros muchos libros pueden acariciarse y disfrutarse sin problemas gracias a la generosidad de un catedrático de la universidad lucentina.
La Biblioteca de los Libros Felices es, sencillamente, el sueño de Manuel Desantes hecho realidad y un ejemplo extraordinario de cómo desde la sociedad civil, con humildad, con un concepto muy claro y prácticamente sin recursos, es posible poner en marcha un proyecto que mueve y emociona a miles de personas. Se trata de una biblioteca que, con base en la colección privada que el profesor ha reunido a lo largo de su vida, está compuesta actualmente por 4,200 volúmenes organizados por siglos, materias y autores: 16 incunables, 45 postincunables (libros impresos entre 1501 y 1540), 350 ejemplares del siglo XVI, 500 del XVII, 1,500 del XVIII y 1,800 del siglo XIX. No puede compararse, evidentemente, con las grandes bibliotecas que custodian la mayor parte de los libros nacidos en estos siglos de la mano de imprenta (como las de Baviera, la Británica, la Nacional de Francia o la Vaticana), pero si estuviera en América Latina estaría entre las primera diez bibliotecas de la región, a la altura de los de las bibliotecas nacionales de Argentina o de Perú.
En mi visita a la biblioteca pude apreciar, entre otros muchos tesoros, una de las compilaciones más importantes existentes en el mundo de las obras de Marco Tulio Cicerón (más de 150 ediciones entre los siglos XVI y XIX), cinco cantos correspondientes al Inferno de la primera edición florentina de La Divina Comedia de Dante de 1481, la mítica impresión de la Física de Aristóteles de Octaviano Scotti de 1496, una de las primeras ediciones de las obras completas de Lutero en siete volúmenes, la primera edición de la primera Historia de España de Juan de Mariana de 1605 o la Enciclopedia de Diderot y D’Alambert en una versión de 82 tomos publicada a partir de 1775 en Lausanne. Todas estas obras preciosas están capitaneadas por don Biblio, un simpático bibliotecario nacido en Rosenheim, en la Baviera profunda, el 26 de noviembre de 1885. Don Biblio, ya centenario, es el custodio, el alma y el santo y seña de la biblioteca, hasta el punto de que en el año 2021 el Diario Información le otorgó el título de «importante» del mes de agosto y la Cadena Cope le premió como uno de los personajes más populares de Alicante.
Considera el profesor Desantes que: «Los libros antiguos son seres vivos que atesoran nuestra memoria histórica y reclaman cariño para ser felices. Todos los que viven en la Biblioteca tienen más de 120 años, pero no son viejos ni antiguos —expresión peyorativa y despectiva— sino mayores». La biblioteca se encuentra alojada en la sede de Alicante del Colegio de Notarios de Valencia (calle Villegas, s/n), que se hace cargo de su mantenimiento, ya que no recibe directamente fondos públicos ni tampoco cobra ningún tipo de entrada a quienes la visitan. Con este propósito se ha creado una fundación, llamada Fundación Colegio Notarial de Valencia y Familia Desantes de Mergelina (Fundación Biblioteca de los Libros Felices), que se encarga del cuidado y mantenimiento de los libros y de gestionar las actividades de este extraordinario proyecto nacido de y mantenido por la sociedad civil. De esta biblioteca, inaugurada a mediados del año 2018, han podido disfrutar ya más de tres mil personas procedentes de los cinco continentes. Existe también un programa de visitas escolares y un sinfín de actividades paralelas culturales y académicas que hacen de esta iniciativa un hito singular y único, merecedor de todo apoyo y reconocimiento.
Por ejemplo, a través de un ciclo de conferencias se pretende poner en valor la importancia de un archivo y su funcionamiento, la forma de preservar la memoria y la difusión del patrimonio, qué obras albergan en sus fondos y la importancia que tienen a la hora de conservar y custodiar todo tipo de documentos, libros y legajos de una gran relevancia histórica. La actividad se desarrolla en la biblioteca, siempre para un público restringido, a través de una conferencia realizada por el archivero o un especialista.
La Biblioteca de los Libros Felices fue creada por Manuel Desantes gracias a su amor por los libros desde que era muy pequeño. La colección privada que reunió a lo largo de su vida fue aportada a la fundación para su disfrute por toda la sociedad alicantina. «Desde la Biblioteca de los Libros Felices —afirma el profesor— queremos potenciar la labor creativa de los niños y jóvenes, ofreciéndoles un espacio donde puedan expresarse y compartir sentimientos y emociones».
Dicho y hecho. Con el tiempo la biblioteca se ha convertido en uno de los centros culturales más relevantes y de calidad de la provincia de Alicante, donde viven más de dos millones de personas. Raro es el día en el que no se acumulan las actividades, desde visitas guiadas de colegios —el objetivo es que todos los escolares de la provincia acaben disfrutándola y, sobre todo, entiendan que el mundo digital es magnífico pero es posible gracias a que Gutenberg abrió la puerta a la llegada del Renacimiento y con él cobró una nueva perspectiva el ser humano— a presentaciones y donaciones de libros publicados por escritores alicantinos, conciertos de música o recitales protagonizados por jóvenes poetas. Si bien todas estas actividades son multitudinarias —están siempre presentes los 4,200 libros y don Biblio—, la asistencia de personas está muy limitada (entre 15 y 30 personas como máximo), por lo que el clima que se crea es siempre íntimo y el respeto por los libros reverencial. Una visita a la Biblioteca de los Libros Felices de Alicante constituye una experiencia única y original que jamás nadie olvidará y que desde aquí recomiendo a todos los lectores. Así lo testimonian los miles de mensajes que han dejado escritos de puño y letra sus visitantes desde que se abriera al público y los reconocimientos públicos que se multiplican en todos los medios de comunicación nacionales e internacionales, como también el último que estos días ha tenido lugar por parte de Televisión Española.
Manuel Desantes es Catedrático de Derecho internacional privado en la Universidad de Alicante desde 1993 y una autoridad mundial en propiedad intelectual y derecho de las nuevas tecnologías, hasta el punto de haber publicado siete libros y más de un centenar de trabajos de investigación y de ser profesor visitante en multitud de universidades y centros de investigación extranjeros como Cambridge, Berkeley, Estrasburgo, París, Bocconi de Milán, Max Planck de Múnich, Lisboa, Maastricht o Pekín. Desantes ha sido vicerrector y rector en funciones de la Universidad de Alicante, vicepresidente de la Oficina Europea de Patentes en Múnich y miembro del Servicio Jurídico de la Comisión Europea en Bruselas. Es Fellow de la Fundación Eisenhower y miembro relevante de la dirección de un sinfín de organizaciones profesionales de alcance global, entre los que se encuentra la Fundación EIPIN Scholar holandesa (de la que es presidente), el Centre d’Etudes Internationales de la Propriété Intellectuelle francés, el Max Planck Institut alemán, la Asociación Internacional para la Protección de la Propiedad Industrial (AIPPI), la International Trademark Association (INTA), la Asociación Iberoamericana de Propiedad Intelectual (ASIPI) o el Licensing Executive Society International (LESI). Recientemente, ha sido nombrado el primer europeo miembro del Comité de Propiedad Intelectual del Centro de Mediación de la Cámara de Comercio Internacional de China. En fin, su actividad social le ha llevado a pertenecer a la Junta Directiva del Comité de UNICEF de la Comunidad Valenciana, al Patronato de la Fundación ADDA, al Consejo Social de la Ciudad de Alicante o a la vicepresidencia de la Asociación para el Arte de la Guitarra Española, entre muchos otros. No es de extrañar que la Diputación Provincial de Alicante le acabe de conceder el Premio a la Cultura Alicantina Miguel Hernández en diciembre de 2022.
Hace unos meses tuvo lugar en la biblioteca un evento llamado Emotional Art que pretende ser el inicio del desarrollo de actividades encaminadas a la poiesis (recitales, concursos, atelieres de poesía, narrativa, música, danza y cualquier tipo de arte). En palabras de su impulsor, Mario Córdoba Echaniz, director de actividades de la biblioteca, «en la Grecia antigua poiesis era un término que aludía a la actividad creativa en cuanto actividad que otorga existencia a algo que hasta entonces no la tenía. De él deriva, por ejemplo, la palabra ‘poesía’, que es un arte creativo capaz de otorgar existencia a cualquier acto que mediante palabras, música o gestos pueda impregnar de alma su existencia». De esta extraordinaria experiencia de Emotional Art, que tuve ocasión de compartir, participó un grupo de poetas que —subraya el profesor Desantes— «han logrado crear emocionando, han encendido la mecha del sentir de la bomba del amor que todos deseamos que estalle para conseguir un mundo mejor». Entre ellos cabe destacar a Cristian Hanna, Paulo Maestro, Paola Aragón, Candela Sendón, Ignasi Poveda, Miguel Ángel Valero, Lucía Garry, Alicia Aguilar, J. N. Foski. Iván Calero, Eloy Maestre, Mar Prieto, Eliott Orgilés o Gregorio Moscató. Tras ellos, decenas y decenas de creadores —casi todos menores de treinta años— se han acercado a la casa de los libros felices para perpetuar el cultivo de la virtud y del conocimiento. ¡Ojalá hubiera muchas propuestas como esta en nuestras ciudades y pueblos, propuestas surgidas de la sociedad civil que comprometen a cientos de personas en la búsqueda de la concordia a través de la cultura!
La Biblioteca de los Libros Felices es un santuario seguramente único en el mundo. Aquí el tiempo se detiene y la razón se inclina ante la emoción. Está entre nosotros, en la ciudad española de Alicante, y desde allí sus moradores —los libros mayores felices— esperan a todas las personas de bien que se quieran acercar a compartir un momento de gozo con ellos y a ofrecer a la sociedad un soplo de viento fresco. Cualquier persona interesada puede acercarse a contemplarlos y a hablarles o solicitar una visita inspirada donde, con las manos impolutas y amorosas, acariciarán libros que nacieron hace más de cuatrocientos años y comprenderán que la felicidad es un instante mágico que vale la pena disfrutar. Basta para ello registrarse y esperar a ser llamado. Gracias a todos los que han hecho posible este milagro.