Tres convocatorias de bandos lanzadas y asignadas, 5.4 millones de euros cofinanciados con el Ministerio de Desarrollo Económico para 35 proyectos innovadores, 3.427 participantes en webinar, 1.723 empresas inscritas en los 49 eventos organizados y 90 cursos en catálogo, 1.100 visitas a la Línea Piloto de la primera «fábrica inteligente» de Italia: estos son solo algunos números que describen los primeros tres años de actividad de BI-REX, el centro de competencia en Bolonia, dedicado a la innovación del Big Data, para la investigación industrial, la tecnología y la transferencia de habilidades a favor de las empresas del país.
Creado en diciembre de 2018 como uno de los ocho Centros de Competencia establecidos por MiSE como parte del plan Industria 4.0, en forma de una alianza público-privada con 60 participantes entre universidades, centros de investigación y empresas de excelencia, ahora BI-REX lanza un llamado para que los Centros de Competencia tengan protagonismo en la asignación de parte de los recursos del Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia dedicados a la Transición 4.0, unos 14 mil millones (Misión 1, Componente 2: Digitalización, innovación y competitividad en el sistema productivo).
El futuro necesita un Centro de Competencia es el título de la Conferencia de Prensa en la que Domenico Bambi, presidente de BI-REX explicó el alcance del plan:
El plan de Transición 4.0 debe realizarse necesariamente mirando a las micro, pequeñas y medianas empresas que representan el 90% del Producto Interno Bruto (PIB) italiano; luego de tres años y a pesar de la pandemia, BI-REX ha demostrado ser una herramienta eficiente para sistematizar inversiones públicas y privadas e implementar proyectos de alto TRL (technology readiness level), listos para ser colocados en el mercado, adaptados a los peculiares modelos de negocio.
Lamentablemente, hasta ahora aún no está claro cómo la pequeña, grande o mediana innovación puede llegar a estas realidades productivas a través de las convocatorias del PNRR: no queremos que estos recursos acaben financiando investigaciones improductivas o, peor aún, el gasto corriente, añade Bambi. Por ello, esperamos que el Ministerio siga tomando en consideración el rol de BI-REX y de los demás Centros de Competencia, como polos impulsores de competencias académicas e industriales por un lado y de diálogo con las necesidades de innovación, de negocios en los territorios, como también una herramienta para aprovechar una oportunidad irrepetible de aceleración tecnológica que ofrecen los recursos del citado Plan.
(Domenico Bambi, presidente de BI-REX)
Como ejemplo, Bambi agrega que solo a través de las licitaciones, BI-REX involucró a 12 cadenas de suministro y los fondos asignados permitieron activar otros 7 millones de euros de inversiones corporativas en ocho áreas de desarrollo. En este sentido, la Línea Piloto, al posibilitar actividades de «probar antes de invertir», ofrece una gama de recursos del más alto nivel con vistas a la «servitización», como el acceso a la capacidad informática de CINECA (Consorcio Interuniversitario para el Cálculo Automático de Noreste de Italia), uno de los sistemas más grandes de este tipo en el mundo.
Un papel igualmente importante es el servicio de orientación y consultoría, para identificar las necesidades de innovación de las empresas, estrechamente integrado con los Digital Innovation Hubs. Por último, la formación, con docentes universitarios y directivos de empresas, a través de webinar, cursos, talleres y eventos.
Precisamente en el tema de las competencias, Anna Ascani, subsecretaria del MiSe, recordó en un mensaje de vídeo el apoyo derivado del decreto de Ayudas, que refuerza el crédito fiscal para la Formación 4.0 de las pymes y una parte de 350 millones de euros destinados también al PNRR. A los Centros de Competencia «a los que dotaremos de todo lo necesario», reconociendo el «importante papel que tendrán que jugar», precisamente en este papel.
«BI-REX representa la herramienta que el Data Valley de Emilia Romagna ha encontrado para fundamentar su potencial, en tres aspectos: innovación abierta, estandarización y evangelización», concluyó el físico Sergio Bertolucci, presidente del Comité Directivo BI-REX durante los primeros 3 años. «Las industrias unen competencia y colaboración, desarrollando herramientas compartidas que pueden crear mercados, activando un proceso que se vuelve accesible para toda la cadena de suministro. Si se hace bien, esta distribución de la investigación industrial también juega un papel fundamental en términos de sostenibilidad en el ciclo de vida de los productos y procesos. BI-REX representa uno de los casos concretos de aplicación real de la innovación digital a estos temas, que además son los predominantes en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia».