En este mes que termina, mientras va llegando, también, el fin del año, repensaba, reflexionaba, sobre el «compromiso» y lo importante que es cumplir con ellos.
Todos conocemos a personas que se comprometen, que te dicen que sí a todo y luego se olvidan o simplemente no hacen nada de lo dicho. Suelen ser esas personas dispersas, que les gusta estar y meterse en todo, opinando de todo y todos, pero que no «centran el tiro» en nada.
La dispersión es un defecto de muchos, sobre todo de aquellos poco constantes.
Siempre es preferible hacer una cosa bien, que varias pocas y mal.
Peter Drucker, a quién admiro, nos señala que el tiempo es el recurso más importante que tenemos todos.
Todos poseemos el mismo recurso, el tiempo: 24 horas al día. El tiempo define muchos de los resultados que alcanzamos como personas, como trabajadores, como empresarios, como país y como mundo.
Las personas sin orden, dispersas, que llegan tarde a las reuniones, que según están haciendo una cosa se van a otra y luego a otra, olvidándose de la primera, no suelen cumplir ni con sus compromisos ni con sus objetivos.
Una de las mayores manifestaciones de integridad en la persona, es cumplir con los compromisos que uno adquiere, sea lo que sea.
Cada una de nuestras decisiones lleva aparejado un compromiso.
Voy a dejar por aquí algunas cosas que me funcionan para organizarme y cumplir con mis compromisos. Me permiten tener más tiempo y no dispersarme. Odio la dispersión. No me gustan esas personas que se meten en todo lo de los demás, pero luego no dan cuentas o respuestas de lo suyo. Simplemente no cumplen.
- Comprométete solo con aquello que puedas cumplir. Antes de aceptar un compromiso, piensa. Es mejor decir no a comprometerte y no llevarlo a cabo. Un no a tempo es un éxito a la larga.
- Anotar nuestros compromisos. Utilicemos una agenda, un cuaderno, una tablet. Lo que sea, pero que tengamos el hábito de visitar diariamente.
- Concretiza acciones. Cada compromiso requiere de acciones para su ejecución. Acciones definidas, comunicadas y ejecutadas. Si comienzas incumpliendo lo que dices perderás toda la credibilidad.
- Cada compromiso o acuerdo debería de llevar aparejado sus plazos para su ejecución. De nada vale el «ya lo haré».
- Cómo. ¿Cómo lo vas a hacer? Cuánto más claro mejor. Cada paso que darás para el cumplimiento.
- Si asumes unos compromisos, lo normal es que vayas dando cuenta a los miembros del grupo o empresa de tus acciones y logros. Eso mismo te compromete más con el resto y genera confianza.
- Pedir ayuda. Si ves que no podrás cumplir con el compromiso, por falta de tiempo o por cualquier barrera que surge en el camino, dilo. Pedir ayuda es un acierto.
- Tu tiempo vale exactamente lo mismo que el de los demás. Sé puntual. Si pierdes el tiempo no se lo hagas perder al resto.
- No mientas. Las mentiras tienen las patas muy cortas. Lo sabes ¿no? No hace falta decir nada más.
- Coherencia. Haz lo que piensas, dices o sientes. No digas una cosa y luego hagas otra.
Dime con sinceridad: ¿cumples con tus compromisos?
Recuerda que el mayor compromiso siempre es contigo mismo.