Salman ya había tenido los primeros contactos de fanatismo y temor religioso, pues nació en la India en una familia de religión musulmana; en su infancia pudo apreciar como su país vivió años de una especie de guerra civil desde su nacimiento en 1947, cuando los millones de musulmanes nacidos en la India decidieron independizarse de esta e irse a vivir a lo que hoy es Pakistán, quedando cientos de millones de personas practicando el hinduismo en la otra parte llamada India, el hinduismo, un sistema religioso originario de esa nación y que consiste en un conjunto organizado de prácticas religiosas y espirituales con más de mil millones de seguidores, y donde se veneran a uno o múltiples dioses y deidades; no siendo bien vistos (en esos tiempos), los hindúes musulmanes que adoran y afirman que hay un solo dios (Alá), y que se quedaron viviendo en la India. Él desde joven no era practicante religioso y su familia que era acomodada económicamente lo mandó a estudiar en 1981 a Gran Bretaña a un colegio, finalmente se graduó en el afamado King’s College de Cambridge en Historia, con una especialización en temas islámicos.
Convertido en escritor su primera novela titulada Grimus no tuvo éxito, pero con su segunda novela Hijos de medianoche, escrita en 1981, con una trama localizada en la India, cuenta la historia de la transición de este país del colonialismo británico a la independencia y la partición de ella en dos países: la India y Pakistán y los sucesos de ese tiempo. La novela ganó el prestigioso premio Booker de la literatura inglesa y eso lo convirtió en un escritor reconocido. En 1985 otra novela suya titulada Vergüenza relata la vida e historia de Pakistán criticando a los líderes de esa nación. Después, hizo un relato de un viaje que había realizado a la Nicaragua sandinista. Por cierto, al parecer fue atendido en ese tiempo por el guerrillero y vicepresidente de Nicaragua y actualmente prestigioso escritor Sergio Ramírez.
Su cuarto libro en 1988 fue Los versos satánicos que, traducido del inglés al árabe, y al ser leído por el que era en su tiempo, 1989, el poder supremo de Irán, el ayatola musulmán Jomeini, lo consideró blasfemo y dictó una fatua condenando a muerte el autor, premiando con cientos de miles de dólares a quien lo matará, así como a quienes publicaran sus libros. A partir de ahí comenzó el calvario del escritor, su vida se llenó de amenazas y sus traductores y editores fueron atacados, lo mismo sus editoriales y más de uno de ellos resultó muerto.
Cuando Salman vio el rechazo agresivo del mundo musulmán en su contra, se disculpó más de una vez públicamente, pero no serviría de nada.
Su libro Los versos satánicos está inspirado en parte en la vida del profeta Mahoma a quien trata en el mismo en forma irrespetuosa. Narra la historia de dos actores de origen indio, uno especializado en papeles religiosos muy conocido y prepotente y el otro un actor modesto de anuncios económicos. Ambos hacen un viaje por avión y este se estrella debido a un acto terrorista. Los dos sobreviven de milagro y su personalidad cambia, uno parece divino y el otro satánico. A partir de ahí hay diversas peripecias y los dos tienen visiones que se anotan en el libro, hacen comentarios sobre cuatro versículos escritos inicialmente por Mahoma, quien en ellos hablaba de tres diferentes dioses locales que tenían las poblaciones donde predicaba para convertirlas al islam. Pero la tradición musulmana los ha eliminado, señalando que, Mahoma dijo que por un error fue inducido a escribir sobre esos dioses por Satán. El Corán es un libro dictado a Mahoma por el arcángel Gabriel por orden directa de Dios y solo esto debe creerse. Solo hay un Dios y es Alá.
Algo interesante y que pudo haber sido parte de la causa de la fatua contra Salman; es que, en árabe esos versículos se conocen con el nombre de gharaníq (grullas) y lamentablemente las traducciones hechas del árabe al inglés los denominaron «versos satánicos» e, inexplicablemente, o porque lo quiso así, Sadam Rushdie bautizó su obra con esos términos pese a ser ese título un error de traducción de los cuatro versículos a los que se refiere en la obra. Además, para rematar, en dicha obra dos de las prostitutas del libro, tienen igual nombre que dos esposas del profeta Mahoma, y, por si fuera poco, así mismo, en el libro se critica a un Imán que en ese tiempo manipulaba la religión, favoreciendo la violencia para respaldar sus acciones, algo muy similar a lo acontecido con el ayatola Jomeini, que vivía en esa época en Irán.
En sus novelas, Salman Rushdie desarrolla su trama en lo que se dado por llamar «realismo mágico», donde se mezcla la realidad con la ficción, muy similar al de escritores hispanoamericanos a los que Salman Rushdie dice admirar.
Recientemente leí el libro de su autoría, Joseph Antón titulado así por su admiración por el escritor ruso Antón Chejov, y se trata de una autobiografía que me pareció muy interesante.
La Academia Sueca de literatura, al analizar sus diversos libros, que tienen detractores y muchos admiradores, posiblemente aparte de su valía como escritor, tendrá que pesar mucho para premiarlo, la valiente actitud de Salman, quien nos muestra que los escritores que hacen críticas especialmente de tipo religiosas o políticas como las hechas por él, están expuestos a ataques de las poderosas personas o instituciones que han criticado, y, aunque estas críticas fueran razonables, pueden ser respondidas no solo con una avalancha de opiniones contrarias a los escritos y por diversos medios de comunicación, sino que además, lo pueden hacer con violencia verbal y hasta personal contra esos escritores que, a aunque son valerosos para denunciar un problema, en realidad son muy vulnerables e indefensos y en cualquier momento pueden pagar con su salud o su vida las críticas hechas.
Al inicio Salman, protegido día y noche por la policía inglesa, se mantuvo en la clandestinidad por 10 años, continuando solitariamente escribiendo nuevos libros. Finalmente, Salman, a pesar de las amenazas de muerte musulmanas y sabiendo que existen cientos de miles de fanáticos de esta religión en todo el mundo, y exponiéndose a grandes riesgos, decidió volver a hacer una vida «normal» asistiendo a reuniones públicas, dando charlas y conferencias. Casándose cuatro veces y teniendo dos hijos. Por lo anterior la prensa señala que Salman ha vivido su vida sin miedo, sus amigos dicen que él ama la vida, que es una persona muy alegre, con gran sentido del humor. En el 2007 fue nombrado «caballero» por la reina Isabel II.
Años después en el 2000, se trasladó a vivir a los Estados Unidos por su gran tradición democrática y a la ciudad de Nueva York por ser una sociedad abierta donde los escritores debaten sin problemas sus creaciones. Fue nombrado miembro de la Academia estadounidense de Artes y Letras.
Finalmente, y después de muchos años de vivir ahí, un joven musulmán de 24 años lo atacó y apuñaló en diversas partes del cuerpo dejándolo al borde de la muerte a la edad de 75 años, treinta años después de haberse dictado la fatua contra él, años que vivió como una persona normal, tiempo en que amplió su horizonte como escritor, publicando varios ensayos y libros que han gozado del favor de la crítica, lo anterior a pesar de ser perseguido por ejercer la libertad de publicar lo que piensa y finalmente convertido en un mártir de la literatura.
La prensa señala que «la cultura estaba siendo acuchillada». En un escrito Sadam Rushdie había puntualizado: «En este mundo, una sátira religiosa da lugar a una pena de muerte», y con él se cumplió.