Puede que hablar del 2021 a final de enero sea un tanto anacrónico, pero el 2022 es un año de elecciones en Colombia: los votantes, candidatos y analistas tendrán la mirada puesta en todos los eventos recientes. El manejo de la pandemia, el paro nacional, las muertes cometidas durante las marchas —entre las que hay muchas que se pueden calificar como asesinatos—, los escándalos de corrupción y una Copa América que no ocurrió, son algunos hechos destacables.
Lo primero a considerar es el paro nacional que empezó el 28 de abril. La molestia generada por la reforma tributaria propuesta en ese momento, el descontento social generalizado que se sentía desde el 2019 —manifestado en otras marchas que en su momento también se reseñaron aquí— y las actuaciones de la policía en en aquellas protestas llevaron a que Colombia se volcara a las calles, el riesgo de contagio no mermó los ánimos. La violencia generada en el intento de controlar a los manifestantes fue noticia en todo el mundo: hasta los medios deportivos se interesaron al ver cómo a los partidos de la Copa Libertadores, sin público, llegaba gas lacrimógeno. La Copa América dejó Colombia para jugarse en Brasil, algo que molestó mucho al presidente Iván Duque —que estaba decidido a hacerla— y celebraron los organizadores del paro.
La ONU aseguró, en un informe revelado en diciembre, que la muerte de 28 personas durante el paro fue responsabilidad de la Fuerza Pública. Fueron 63 muertes documentadas por el ente internacional, además de los atropellos y violaciones a los derechos humanos, entre los que se encuentran casos de violencia sexual. Algunos medios y varias organizaciones habían denunciado estas situaciones durante el paro, pero el Gobierno nunca respondió y el funcionario que debió atender estas denuncias, el defensor del pueblo Carlos Camargo, se fue de vacaciones cuando empezaron las marchas, de acuerdo a lo publicado por la W Radio.
Casos como el de Camargo, de funcionarios negligentes, no son aislados. La exministra de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, Karen Abudinen, estuvo implicada en el robo de 70 mil millones de pesos colombianos, poco más de 17 millones de dólares al cambio actual. El dinero sería usado para instalar centros digitales —dispositivos con conexión a internet y conexiones wifi— para escuelas rurales de Colombia. Abudinen renunció a su cargo el 9 de septiembre durante un partido de fútbol de la Selección Colombia.
Solo en el 2021, el Observatorio de Derechos Humanos y Conflictividades del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) registró el asesinato de 168 activistas y 48 excombatientes. Hubo 92 masacres en toda Colombia, en las que fueron asesinadas 326 personas, la mayoría eran campesinos e indígenas. Además, en bombardeos del Ejército, murieron niños; de acuerdo con la información publicada, el ejército sabía que en los campamentos había menores de edad reclutados a la fuerza.
Las campañas electorales empezaron hace mucho en Colombia y existen 19 candidatos que buscarán representar una de las cuatro coaliciones partidistas y de movimientos que se han organizado. Más allá del ganador, el país del 2022 necesita un cambio profundo que reduzca las cifras que aquí he presentado. Si usted lee esto fuera de Colombia, no permita que los colombianos que conozca lo olviden.