Hace mucho que deseaba entrevistar al Dr. Karmelo Bizkarra. Llegué a él a través de una amiga que me habló del ayuno y me dijo que si me interesaba el tema tenía que escuchar al doctor Bizkarra. Al oírlo, quedé fascinada. No es un médico al uso, es más, es un filósofo, no habla de curar la enfermedad, sino de propiciar la salud, de la importancia de estar conectados con la naturaleza, del ayuno como la terapia magna, etc.
Doctor, ¿cómo podemos vivir más y mejor?
Conectando con la naturaleza, somos parte del cosmos y todos sus ciclos.
El equilibrio de nuestra salud es formar parte de esa naturaleza: recogemos la energía de la tierra, del aire, del agua, del sol... Somos parte del universo y de la cooperación humana. El ser humano no solo vive, sino que convive y si dejamos de convivir nos marchitamos y morimos.
Entonces, ¿cómo nos curamos?
Yo practico la medicina higienista que propugna «el arte de curar a través del arte de vivir». El médico no es el que cura, es el que enseña al enfermo a autocurarse y le acompaña en ese proceso. La curación es inherente al ser humano.
Si quieres curarte hay que ser actuante en el proceso curativo, por eso es importante conocer y saber, en cambio, la medicina actual está centrada en la enfermedad y no en la salud.
La mente piensa, el corazón siente y el cuerpo está «sensando», cuando estoy alineado: mente, corazón y cuerpo, es cuando me curo.
Parece fácil, pero es difícil llevarlo a la práctica…
Por ejemplo, la ansiedad se cura viviendo aquí y ahora. Ponte en la mente de un niño que siempre está dispuesto a disfrutar. Ahí la esencia se vuelve presente.
Yo estoy siempre donde está mi mente. Cuando observo mis pensamientos, mi respiración y me relajo, estoy presente.
Vive en el presente, así siempre te estás curando. Por ejemplo, meditando, contemplando la naturaleza, etcétera, estamos imbuidos en el estar, en lo que estoy haciendo.
Cierto…
Nosotros venimos a la vida a dar un color, una música, una expresión. El temperamento es lo que vengo a aportar para un mundo mejor, pero a veces ese temperamento no es aceptado por la sociedad. La enfermedad empieza cuando dejo de ser yo y empiezo a ser lo que los demás quieren que sea.
Imagino que es importantísimo el propósito de vida de cada uno.
El propósito de vida de las personas es vital para la vida. Quien no tiene ganas de vivir, muere. Fíjate en la respiración. Inspirar, es estar inspirado. Lo primero que hacemos al venir al mundo es inspirar, lo último, al morir, expirar.
Por lo tanto, sobrevivir no es vivir, vivir es más, es una aventura, aunque a veces duela.
Pero para planificar donde voy, primero tengo que saber de donde vengo. Nuestros antepasados lo sabían, ahora hemos perdido esa facultad.
Utiliza el ayuno con sus pacientes…
Para mí el ayuno es la terapia magna, pero hay que hacerlo bajo control médico y saber interpretar sus síntomas.
En la sociedad actual comemos sin parar… Imagínate, yo soy de Euskadi… (risas). No tenemos que comer cuando no tenemos hambre y si respetamos los tiempos de no comida, el organismo, ahí, se restaura.
Al principio, cuando empezamos a ayunar parece que enfermamos, pasa lo mismo que cuando el toxicómano deja la heroína. Por esa razón, hay que empezar con lo más sencillo, y ahí poco a poco ir alargando el ayuno. Si lo quito todo de golpe parece que estoy peor, incluso nos puede quitar el sueño.
Y, ¿qué piensa del ayuno intermitente que está tan de moda hoy en día?
El ayuno intermitente es muy efectivo, pero repito no hay que hacerlo todo perfecto desde el primer día, es imprescindible ir poco a poco, primero 12 h e ir alargando. O beber licuados, primero y después ir dejándolo paulatinamente.
Cuando consigues ayunar los beneficios son extraordinarios…
El ayuno nos expande la conciencia, por eso los grandes místicos han apoyado siempre el ayuno. Cuando yo no como, soy más consciente.
En el ayuno se come las propias reservas del cuerpo y me alimento de la convivencia. Es importante llenarnos de vida, para no llenarnos de comida.
Háblenos de los centros energéticos del cuerpo.
Son 7, conocidos como los 7 chacras, estos son los centros energéticos, que si están en equilibrio ayudan a la curación. Consciencia, energía, materia tienen que ir unidas en el proceso de la curación.
Por ejemplo, cuando decimos que tenemos un nudo en la boca del estómago o en la garganta, es que hay ansiedad por la falta de expresión. Antes, los hombres no nos podíamos permitir llorar, estaba mal visto. Esto ha hecho mucho daño.
La terapia máxima es aquietar la mente, armonizar las emociones y desintoxicar el cuerpo.
Doctor, para resumir, nos curamos cuando…
Curamos el cuerpo, armonizamos las emociones, aquietamos la mente y despertamos la conciencia.