Las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos despertaron la curiosidad del guionista Tom O’Connor por la larga historia de espionaje entre Estados Unidos y Rusia. «Empecé a leer libros de historia», dice. «Saber exactamente qué ocurrió fue todo un reto porque ambos lados se han encargado de dar información falsa. No siempre interesa que todo quede claro y al alcance de cualquiera» explica el guionista de El Espía Inglés (The Courier).
En octubre de 1962 la Unión Soviética desplegó misiles en Cuba. El plan de rearme nuclear comenzó, según rezan algunas secuencias del filme, en una convención soviética dos años antes donde la URSS dejaba claro que deseaba exterminar todo rastro de sistema imperialista y estaba lista para hacerlo. Algunos soviéticos consideraban «Cuba un punto débil», otros muchos, sin embargo, pretendían convertirlo, especialmente, «débil para los Estados Unidos».
Cuando iniciaron el plan, el presidente Kennedy exigió que se retiraran de la isla y el líder soviético Jrushchov se negó. Ambos frentes se prepararon entonces para una guerra nuclear. Durante trece días, una política suicida colgó la espada de Damocles. «El mundo contuvo el aliento; no se limitaba a un enfrentamiento entre dos países, todos los países en medio se verían afectados», afirma el actor Benedict Cumberbatch.
Ambientado en este momento de la historia que describe la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, El Espía Inglés llega a las salas españolas el próximo 29 de octubre. El thriller de espionaje, basado en hechos reales, se estrenó a nivel mundial en el Festival de Cine de Sundance (2020). Dirigido por Dominic Cooke (En la playa de Chesil) narra la historia de un sencillo hombre de negocios londinense, Greville Wynne, que interpreta la estrella británica Benedict Cumberbatch (Sherlock, The Imitation Game, Vengadores: Endgame). Wynne se ve implicado, involuntariamente, sin apenas saberlo en uno de los mayores conflictos internacionales de la historia moderna. «¿Pero es que estoy comiendo con espías?», pregunta incrédulo cuando en 1960 es reclutado por los servicios de inteligencia británicos para participar en la crisis de los misiles en Cuba.
Filtrar información a Estados Unidos sobre la instalación de misiles nucleares en la isla caribeña fue la misión de Wynne como espía. Para ello, entabló una amistad de alto riesgo con el coronel soviético Oleg Penkovsky, (Merab Ninidze) quien se encargó de facilitar el acceso al programa nuclear ruso y así evitar una destrucción inminente, una catástrofe. Penkovsky, una de las legendarias fuentes con las que contaban los americanos en la Unión Soviética, entrenó a Wynne con la intención de que no fuera descubierto por el KGB, «algunos agentes saben leer los labios, deja que empiece yo las conversaciones», le avisa en una de las secuencias.
Entre ambos personajes se crea un vínculo que representa la trama principal de una película que consigue buen equilibrio entre el suspense y un drama que logra conmover, con cierto exceso de complicidad, sin embargo, cuando dirigimos la mirada hacia el binomio Penkovsky-Wynne: el oficial soviético que arriesgó su vida en favor de la paz aun teniendo que traicionar a su país, a «la revolución» y Wynne que sacrificará la suya por un sentimiento patriótico. «Lo hará», le asegura Emily Donovan (Rachel Brosnahan), agente de la CIA, a Dickie Franks (Angus Wright), agente del MI-6, cuando Wynne se niega en rotundo a colaborar con ellos.
Traslados Londres-Moscú y regreso a la capital soviética
Poco más tarde de tomar la decisión de involucrarse como espía, comienzan sus idas y venidas a la capital soviética. Los traslados Londres-Moscú, con la excusa de fortalecer relaciones comerciales, ya de inicio provocan la desconfianza de su mujer Sheila Wynne (Jessie Buckley). «Cuando vuelve de Moscú está más energético. Ha comenzado a hacer ejercicio», le asegura a su amiga. Entre medias acontecen más sospechas antes de que la misión de Wynne sea definitivamente suspendida por parte de los servicios de inteligencia.
«Algunos exteriores de Moscú se rodaron en Praga y otros lugares de la República Checa, y algunos interiores en el Reino Unido, todo está muy mezclado», explica Susie Davies, diseñadora de producción. «No nos fue posible encontrar decorados completos en un solo país». Si bien es cierto que la cinta reproduce de manera fidedigna la lluvia londinense o los grises soviéticos, su gran capacidad para crear ciertas atmósferas y funcionar como transmisora de valores y principios contrasta con localizaciones y secuencias que, a la hora de plasmar, especialmente, una sensación de crisis inminente se quedan en la superficie de ciertas situaciones que podrían haber dado mucho más de sí.
A pesar de querer apartarle de la Unión Soviética, ya que corría un considerable peligro, Wynne regresó a Moscú. Estaba convencido de que debía ayudar a su amigo a escapar. El KGB le arrestó el 11 de mayo de 1963, mientras intentaba ayudar a Penkovsky, y fue condenado a ocho años de cárcel. «Entonces llega la tragedia de un hombre corriente que debe enfrentarse a los límites de la resistencia física y mental en un gulag ruso», explica Cumberbatch.
Con esta película el actor británico, nominado al Oscar por el filme The Imitation Game, podría verse de nuevo las caras con la estatuilla dorada. En esta cinta, presenta una de sus mejores interpretaciones para reproducir de manera convincente muchos matices de su personaje, entre ellos su terquedad e insólita fuerza para hacer frente a un peligroso juego de espías que desconocía íntegramente. «Lo intentaron todo con él, desde las peores privaciones a palizas, tortura psicológica, duchas de agua helada y caliente», explica Cumberbatch que se quedó horrorizado al descubrir por lo que pasó Wynne durante su encierro y consigue meterse realmente en su piel. «Es horrible pensar en lo que hicieron para romperle», concluye. En cuanto a Penkovsky la versión oficial aceptada por todos es que fue condenado a pena de muerte.
Además de aludir a uno de los mayores conflictos internacionales de la historia y traer inevitablemente al recuerdo una de las películas más destacadas del director Steven Spielberg: Bridge of Spies (2015), El Espía Inglés también forma parte del momento actual. «En los últimos cuatro años hemos visto a Trump, Corea, China, el fin de los tratados nucleares entre Rusia y Estados Unidos, y todo esto pasaba mientras rodábamos la película», recuerda Benedict Cumberbatch. «Había cierta urgencia premonitoria» en el filme, ya que narra la memorable historia de un ciudadano británico que ayudó a salvar el mundo.
Ficha técnica
Título original: The Courier
País: Reino Unido
Año: 2020
Dirección: Dominic Cooke
Guion: Tom O’Connor
Intérpretes: Benedict Cumberbatch, Rachel Brosnahan, Jessie Buckley, Merab Ninidze, Angus Wright
Fotografía: Sean Bobbitt
Género: Drama, Guerra Fría, Espionaje
Duración: 111’
Productora: 42, SunnyMarch, Filmnation Entertainment
Distribuidora en España: Diamond Films