Cuando hablamos de liderazgo no debemos creer que sea solo para los que tienen una empresa o para los multimillonarios. No.
El liderazgo es para todas las personas porque sirve para la vida cotidiana, ya que es conjunto de habilidades que nos permite influir positivamente en la manera de pensar o de actuar de la gente que nos rodea, motivándolos para un objetivo común.
Y creo que esto lo necesitamos todos.
Un empresario tiene que ser líder en sus empresas para que todo vaya bien, para que sus empleados estén contentos y para que sepa gestionar una crisis, que es cuando se ve si de verdad la persona tiene los papeles de líder. Pero también nosotros tenemos que ser líderes de nuestra vida para afrontar nuestras crisis.
Podemos hablar de diferentes tipos de liderazgos, de su historia, etcétera. Un líder como Gandhi es totalmente diferente de un líder como Steve Jobs, el creador de Apple. O un líder como Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda es totalmente diferente de Ángela Merkel, que puede gustar o no, pero sabe ser líder.
Pero cuando hablamos de comunicación no verbal del liderazgo, la característica que se trabaja es el carisma: la capacidad de comunicar un mensaje claro, visionario e inspiracional que cautive y motive a la gente.
Hablamos continuamente con la gente: nuestra familia, nuestros hijos, nuestros amigos. ¿Cuántas veces les ha pasado que están en un grupo de personas y no les prestan atención y a lo mejor tienen una idea muy chula?
¿Cómo se adquiere el carisma? ¿Dónde se compra?
Hay dos investigaciones sobre liderazgo, carisma y comunicación no verbal que creo pueden resultar interesantes.
En Nonverbal Elements of Leadership Behaviour de los autores Birgit Schyns y Fisela Mohr, los participantes atribuyeron mayor carisma a los líderes que mostraron:
- Mantener el contacto visual, exhibir fluidez vocal, usar expresiones faciales (por ejemplo, sonrisas) y utilizar gestos dinámicos de manos y cuerpo, alternar entre caminar y sentarse en el borde del escritorio, inclinarse hacia el participante.
En la misma línea iba el experimento de Remland, Jacobson y Jones (1983), quienes encontraron, en un estudio experimental, que inclinarse hacia adelante, hablar en voz baja, sonreír comprensivamente, mirar y asentir están relacionados con el carisma y el apoyo, mientras que inclinarse hacia atrás, manteniendo la distancia, hablar con voz firme, no sonreír, interrumpir, mirar hacia otro lado y alejarse significa no ser comprensivo.
En este articulo quiero dar algún consejo para tener carisma a la hora de comunicar.
Hacer el trabajo de buscar cual es su pasión y trasladarla a su comunicación. Fíjense en cómo es su comunicación no verbal cuando hablan de algo que les gusta.
Utilicen empatía para que los demás entiendan que son una persona cercana, que les interesan de verdad los demás.
Escucha activa. Pero la de verdad. Todos pensamos que estamos escuchando, pero si nos grabaran veríamos que la verdad no es así. No somos como los perros que entendemos que estamos escuchando por las orejas, tenemos que implicarnos verdaderamente en la escucha.
Sonreír.
Hablar con un tono de voz pausado.
Si vamos a sentarnos buscar un sitio que genere cooperación y no un sitio enfrentado. Mi exjefe que para nada era un líder, era más bien un dictador, siempre me hablaba detrás de su escritorio con un montón de cosas encima, y la silla donde debía sentarme yo era mas baja y la suya más alta adrede para demostrar poder.
No se puede comunicar lo que no se tiene. Por eso hay que hacer un trabajo interior no verbal.