Sin demasiadas sorpresas, salvo algunas excepciones y marcada, inevitablemente, por la COVID-19, arrancaba la ceremonia de la 93 edición de los Premios Óscar que este año ofreció una versión extraña, muy diferente a la que estamos acostumbrados con importantes variaciones: la falta de una alfombra roja multitudinaria, distancia social entre los asistentes y más escenarios distribuidos por todo el mundo. Al habitual Dolby Theatre y la Union Station de Los Ángeles, donde se celebró la mayor parte de la gala, se sumaron, a través de conexiones vía satélite, nominados y ganadores ubicados en múltiples localizaciones internacionales, desde el British Film Institute de Londres a ciudades como Sídney, Berlín, Roma o París. El preshow comenzó con las actuaciones in crecendo de los temas nominados a mejor canción. Desde el Io Sì de Laura Pausini hasta Fight For You de H.E.R, que se proclamó canción ganadora de la noche.
El director Steven Soderbergh, responsable de la ceremonia, orquestó —como era su intención— una gala concebida como una película. Comenzó con la cámara siguiendo a Regina King por los pasillos de la Union Station con un decorado que recordaba a los primeros premios de la meca del cine en la Sala Blossom del Hotel Roosevelt de Hollywood. Todo un experimento cargado de buenas intenciones —dadas nuestras actuales circunstancias— que a veces consiguió sus pretensiones y otras cometió algunos desatinos innecesarios. Para dar dinamismo a la ceremonia un cast de actores fueron los presentadores: Brad Pitt, Harrison Ford, Joaquin Phoenix, Halle Berry y Renée Zellweger a la cabeza del elenco hasta superar los quince. Todo ello para convertirse en el primer gran evento cinematográfico internacional que se celebra de forma presencial, desde que comenzó la pandemia, en un año en el que la Academia de Hollywood ha apostado por la diversidad, la inclusión y el cine independiente.
Ocho filmes —que no diez como suele ser la costumbre— competían en la categoría mejor película: Mank, The Father (El Padre), Minari, Nomadland, The Trial of the Chicago 7 (El juicio de los 7 de Chicago), Judas and the Black Messiah (Judas y el Mesías Negro), Promising Young Woman (Una Joven Prometedora) y Sound of Metal. Según apuntaban todos los pronósticos, la película favorita este año con seis nominaciones, Nomadland, se proclamó clara vencedora de la noche al lograr el Óscar en tres de las principales categorías: mejor película, mejor dirección y mejor actriz.
El western existencial, que retrata con una sublime estética los vastos paisajes estadounidenses, narra los vaivenes de la comunidad nómada que viaja en sus caravanas en búsqueda de trabajos precarios. Una historia ganadora también en los Globos de Oro que ha logrado conectar con la audiencia desde su estreno en la Mostra de Venecia donde se hizo con el León de Oro. En parte por su realismo al contar un relato vinculado con las crisis financieras que sufren las generaciones actuales, pero también gracias al brillante trabajo en interpretación y dirección que han sido justamente premiados. Nomadland ha hecho historia en esta edición: es la primera vez que una directora asiática consigue el Óscar a mejor dirección y la segunda mujer que logra la estatuilla en la misma categoría. También Zhao es la primera realizadora en recibir cuatro nominaciones el mismo año. Por su parte, la actriz Frances McDormand consigue su tercer y cuarto Oscar por interpretar y producir el film. En años previos ya se alzó con dos estatuillas por su interpretación como protagonista en las películas Fargo y Tres anuncios en las afueras.
Cuando subieron al escenario a recoger la estatuilla a mejor película acompañadas del resto del equipo de productores, Zhao dio las gracias a todos «los corazones y las manos que se han unido para hacer posible esta película incluida la comunidad nómada que conocimos en la carretera. Gracias por enseñarnos el poder de la resiliencia, la esperanza y recordarnos lo que es la verdadera bondad». Por su parte Frances McDormand animó a la audiencia «a ver la película en la pantalla más grande posible y muy pronto llevad a todo el mundo que conozcáis al cine, hombro con hombro. Nosotros dedicamos este premio a nuestro lobo», dijo con aullido incluido en homenaje a Wolf, técnico del equipo de la anterior película de Zhao, The Rider, que según explicó ella misma después en el backstage, falleció recientemente.
El resto de premios estuvieron muy repartidos. The Father, Mank y Sound of Metal que también sumaban 6 nominaciones consiguieron dos Óscar. Minari y Promising Young Woman lograron una estatuilla cada una, mientras que The Trial of the Chicago 7 de Aaron Sorkin se fue con las manos vacías.
Chloé Zhao y Frances McDormand subieron dos veces al escenario
Dos realizadoras competían este año en mejor dirección: Emerald Fennell y Chloé Zhao que, aclamada por la crítica internacional, optaba a su primera candidatura y es la segunda directora que logra este galardón en la historia de los Premios de Hollywood.
Frances McDormand y Chloé Zhao subieron una vez más al estrado durante la gala para recoger el galardón a mejor actriz y mejor dirección. La actriz estadounidense aludió de nuevo a la situación que está atravesando el mundo de la cultura y el cine debido a la pandemia: «No tengo palabras, mi voz es mi espada. Sabemos que la espada es nuestro trabajo. Y me gusta trabajar», aseguró parafraseando a Fern (el personaje que interpreta en Nomadland). Ya en el backstage en la rueda de prensa del Virtual Media Center, Zhao explicó que rodar esta película le ha hecho cambiar su postura ante la vida, «ahora necesito menos cosas para vivir». En cuanto a ser la segunda mujer que consigue el galardón a mejor dirección en la historia de los Premios de Hollywood —la primera fue Kathryn Bigelow— reveló que: «si este premio ayuda a más a gente como yo a vivir sus sueños, me siento agradecida por ello».
En interpretación masculina protagonista, las apuestas no estuvieron tan claras desde un principio. Anthony Hopkins, que no asistió a la ceremonia, fue uno de los favoritos junto con Chadwick Boseman (Ma Rainey's Black Bottom/La Madre del Blues) que acaparó todas las miradas, ya que muchos pensaron que ganaría el Óscar póstumo: el actor estadounidense murió de cáncer el pasado mes de agosto. Finalmente, la eminente interpretación de Anthony Hopkins en The Father le valió el Óscar a mejor actor. Esta es la sexta candidatura que consigue en su carrera cinematográfica y la cuarta en esta categoría. En 1991 logró el máximo galardón por The Silence of the Lambs (El Silencio de los Corderos). The Father ha sido una de las películas más premiadas en los galardones más importantes previos a los de la Academia de Hollywood. El conmovedor drama, dirigido por el francés Florian Zeller (autor de la obra de teatro en que se basa el film), retrata la parte más cruel de la tercera edad: enfermedades como la demencia. En la cinta, Hopkins da vida a Anthony, un hombre de 80 años, cuya mente se desconecta cada vez más de la realidad. Trastorno que genera el terrible sufrimiento de su hija Anne (Olivia Colman), también nominada como actriz de reparto.
Junto a Colman compitieron como favoritas en esta categoría Glenn Close (Hillbilly Elegy) y la actriz coreana Youn Yuh-jung (Minari) que, finalmente, se hizo con el Óscar y protagonizó uno de los momentos más cómicos de una gala lenta por momentos: «Mr Brad Pitt, ¡por fin!, encantada de conocerle. ¿Dónde estaba cuando estuvimos rodando en Tulsa?», fueron sus primeras palabras al subir al escenario para recoger la estatuilla y ver por primera vez en su vida a Brad Pitt, productor de Minari, que presentó está candidatura en la ceremonia. En el backstage, ante la prensa internacional, también aludió al momento en el que Pitt anunció su nombre, «es una estrella para mí. Cuando dijo mi nombre no podía creer que hablaba conmigo, me quedé en shock preguntándome dónde estaba». Además, confesó «no creer en las competiciones», ya que se medía a actrices tan consagradas como Glenn Close. «Tan solo he tenido suerte esta noche, más que las otras nominadas», aseguró. En la misma categoría en el apartado masculino el Óscar fue para Daniel Kaluuya por su interpretación en Judas and the Black Messiah.
«Mank», la más nominada logra dos Oscar
Mank ha sido la película más nominada este año con diez candidaturas, una producción de Netflix dirigida por David Fincher y protagonizada por Gary Oldman que da vida a Herman Mankiewicz. La biopic del guionista de la obra maestra de Orson Welles, Ciudadano Kane, es una adaptación en blanco y negro al Hollywood de los años 30. Destaca su sobresaliente estética que sumerge al espectador en inmersión íntegra a los decorados de aquella época. En contraposición, su distancia emocional plasmada en la ausencia del hilo de una historia y la lejanía de sus personajes parece haberle pasado factura a la cinta basada en un guion escrito por el padre de David Fincher (Jack Fincher), fallecido en 2003. De los diez Óscar a los que optaba ha ganado solo dos: mejor fotografía y diseño de producción.
En otras destacadas categorías como mejor montaje, el Óscar fue para Mikkel Nielsen por su trabajo en Sound of Metal. Por su parte, el español Sergio Lopez-Rivera junto a Mia Neal y Jamika Wilson, encargados de caracterizar a Viola Davis como la cantante Ma Rainey en La Madre del Blues, se alzaron con la estatuilla a mejor maquillaje y peluquería. En la candidatura Mejor película de habla no inglesa, la cinta danesa Another Round (Otra Ronda) consiguió el máximo galardón. Su director Thomas Vinterberg, que dedicó el premio a su hija Ida fallecida a los pocos meses de comenzar el rodaje, señaló que se trata de una película de «cuatro hombres blancos borrachos y depravados que enseñan a sus hijos a beber también», bromeó.
En los últimos años, la Academia de Hollywood ha realizado un esfuerzo a favor de la globalización y la diversidad, sin conseguirlo siempre. En esta edición apostó aún más si cabe por ello con cintas de color nominadas a mejor película como Minari y La Madre del Blues. Además, en la categoría mejor dirección, dos realizadoras han estado nominadas por primera vez en la historia de los Premios de Hollywood. Lo cierto es que, sin lugar a dudas, importantes cambios y novedades han marcado esta edición. Algunos relacionados con la pandemia, otros sin ninguna vinculación. En el primer caso, la COVID-19 ha provocado un hecho sin precedentes desde que fueron entregados los primeros Premios de la Academia en 1929 en el Hotel Roosevelt de Hollywood. La celebración de la gala se ha pospuesto dos meses, del 28 de febrero al 25 de abril. Anteriormente, cuatro veces más fue aplazada pero no durante un periodo de tiempo tan largo.
La escaleta inusual y confusa de la ceremonia ha sido otra de las novedades para el asombro de muchos. El contenido del sobre de mejor película se desveló antes del final de la gala, por primera vez en la historia, previo a otras categorías. Además, esta edición de la celebración de los Premios Óscar ha sido testigo de la ascensión imparable de las grandes plataformas, con Netflix a la cabeza y el despegue del cine independiente. Cintas como Sound of Metal se han medido con los blockbusters en un año excepcional y atípico para el séptimo arte en el que ha supuesto un gran reto estrenar la mayor parte de las películas. Algunas de ellas ni siquiera han pasado por las salas de cine.
El palmarés completo de la 93 edición de los Premios Óscar 2021 se puede consultar en la página oficial.