Jeremy Bentham, conocido en idioma español como Jeremías Bentham fue un filósofo, abogado, jurista, economista, comerciante y escritor inglés que nació en Houndsditch, Londres, Reino Unido, el 15 de febrero de 1748.
Es conocido como el padre del utilitarismo inglés, aunque ya los autores ingleses Thomas Hobbes y John Locke (entre otros) habían introducido en sus libros el principio de utilidad.
Hijo y nieto de abogados con tendencias afines al partido Tory o conservador. Empezó sus estudios en la Westminster School y luego se licenció en Leyes en 1763 en el Queen’s College de la Universidad de Oxford.
Ejerció la abogacía durante un tiempo corto hasta que se decepcionó del clima de legalismo y de múltiples contradicciones que percibe en el sistema legal de su país. A partir de entonces se dedicó a investigar y a escribir abundantemente sobre temas de legislación y jurisprudencia.
Realizó viajes a Francia y a Rusia, dónde escribió su Defensa de la usura, publicada en 1787. Aquí se revela como partidario de la libertad económica, influenciado por Adam Smith. También el Zar le requirió ayuda para codificar la legislación rusa.
De regreso a Inglaterra en 1788 entró en relación con el periodista suizo, Esteban Dumont, quien cumplirá un papel esencial en la difusión de los trabajos de Bentham en idioma francés.
Gracias a ello, en 1792 la Asamblea Legislativa de la naciente República de Francia le concede a Bentham la ciudadanía francesa.
Desde Francia sus escritos fueron ingresando a España donde fueron muy bien recibidos, comentados y promovidos, sobre todo desde la Universidad de Salamanca. Las Cortes de Cádiz, de las que naciera la Constitución española de 1812, hicieron una edición especial de sus obras.
De España sus libros saltaron hacia América donde fueron muy valorados por los pensadores y líderes de la independencia. El general Francisco de Miranda se convirtió en propagandista de sus ideas, y Bentham intercambió correspondencia con el prócer José Cecilio del Valle, centroamericano que redactó el Acta de la Independencia del Reino de Guatemala en septiembre de 1821.
Así también, intervino en la redacción de las constituciones de los Estados de Nueva York, Luisiana y Carolina del Sur.
Su «Fragmento sobre el gobierno» fue publicado en 1776, el año de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos y de la publicación de la Riqueza de las Naciones de Adam Smith. En dicha obra, critica los postulados de la escuela Whig o liberal, especialmente la idea de un contrato social originario contenida en las doctrinas de los autores ingleses Thomas Hobbes y John Locke y del ginebrino Juan Jacobo Rousseau. En esta materia de la crítica a la idea de un contrato originario se le había anticipado el filósofo escocés David Hume.
Según el jurista dicho contrato originario constituye una ficción, así como las teorías de la división y balance de poderes tan fundamental para los autores de filosofía liberal.
Además, critica la doctrina del derecho natural según la cual los derechos de los seres humanos nacen de un contrato originario. Para Bentham, los únicos derechos humanos que existen son los que nacen de la ley. Así contribuyó a desarrollar el positivismo jurídico moderno.
En fin, adversa los postulados de contrato social como origen de la sociedad civil, la división de poderes como garantía de la libertad y la idea de que los derechos naturales nacen de un contrato originario. Asimismo, adversa las ideas del gobierno mixto, según las cuales el mejor gobierno es el que combina lo mejor de la monarquía, de la aristocracia y de la democracia para dar lugar a un gobierno balanceado. Según criterio del jurista, dicho gobierno mixto reúne lo peor de las tres formas clásicas de gobierno: monarquía, aristocracia y democracia.
Su feroz crítica del edificio liberal no deja casi nada en pie, para él toda la doctrina está llena de ficciones. Cabe preguntarse entonces, ¿cuál es la orientación y el mejor gobierno para Bentham?
En esta etapa fue un conservador. Según algunos autores estaría optando por un despotismo ilustrado, pero según otros no tiene preferencia alguna por ningún tipo de gobierno, por lo menos en esta etapa de su pensamiento. Se limitó a proponer reformas (jamás revoluciones) para obtener la máxima felicidad para el mayor número, conforme con su filosofía utilitaria.
Como buen representante del temperamento inglés, solamente propuso cambios parciales, moderados, como por ejemplo un servicio de salud pública y leyes para la protección de la infancia, convirtiéndose así en un precursor del Estado benefactor y llamando la atención de corrientes socialistas que lo empiezan a mirar con interés.
Su gran objetivo era lograr «la mayor felicidad para el mayor número». Para lograrlo propone reformas sociales. Su método es conservar corrigiendo. Es un conservador reformista.
Su obra principal fue: Introducción a los principios de la moral y la legislación, publicada en 1789, el año de la Revolución Francesa. Allí decía que toda ley o institución debía ser juzgada según la utilidad que tienen; es decir, según el placer o el sufrimiento que genera en las personas. Las leyes o instituciones no son fines en sí mismas, sino medios para satisfacer necesidades de las personas. Lo más importante no son las instituciones, sino las personas.
Fue amigo de James Mill, padre de John Stuart Mill, quien siempre quiso (sin éxito) que su hijo fuera el heredero de Bentham como líder del movimiento utilitarista. Influenciado por Mill (1773-1836) se fue pasando a las ideas de la democracia liberal, el sufragio universal y la soberanía popular. En su tiempo se le acusa de radical porque proponía el sufragio universal masculino.
En su momento, se reveló como republicano criticando el origen hereditario de la Cámara de los Lores y la misma legitimidad de la monarquía inglesa. Terminó siendo un liberal democrático y un activista a favor de los derechos humanos.
En el campo de la economía siguió las ideas de la escuela clásica de Adam Smith y de David Ricardo. Era un crítico de los monopolios (incluyendo a los ingleses) y partidario del libre comercio.
Desde 1814 hizo de su casa un centro de reuniones e intercambios intelectuales del movimiento utilitarista. Fundó el University College de Londres, donde por su deseo expreso está expuesto su esqueleto con una cabeza de cera.
Fue un utilitarista, un pragmático, un enemigo de las ficciones de todo tipo, un conservador reformista, primero, y luego un liberal demócrata.
Creador del panóptico, un tipo de arquitectura carcelaria en la que un solo ojo vigila a todos los prisioneros; sistema de vigilancia que hoy es de uso generalizado.
Bentham fue un filósofo muy típico de los siglos XVIII y XIX, tiempo de la Revolución Industrial en Inglaterra; un filósofo de la utilidad, de la eficiencia económica, de las libertades de industria y comercio y del pragmatismo. Además, su permanente preocupación por la felicidad de los pueblos y sus reformas a favor de la mayoría permiten ubicarle como un humanitarista.
Como escribió Julián Larios Ramos:
Las páginas de Bentham no son letra muerta. Más aún: quizás sea ésta su época. Su criterio pragmático, su sentido finalista, que aspira a obtener el máximo de felicidad para el mayor número; su humanitarismo, del que no excluye a ningún pueblo; su valoración de la acción humana en cuanto útil, su pragmatismo, forman parte del ideario de nuestro tiempo.
El padre del utilitarismo y profeta del pragmatismo falleció en Westminster, Londres, Inglaterra, a los 84 años, el 6 de junio de 1832.