El ser humano es muy complicado, todos los sabemos y todos sufrimos las consecuencias de su caótico mundo interior. Defectos, virtudes, miedos, instintos se mezclan en cada uno de nosotros. Más nos relacionamos, más conocemos a las personas que nos rodean, más nos damos cuenta de que es así.
Por ese motivo decidí enfocar mis estudios y mi profesión para ayudar a la gente a entender mejor al ser humano, sobre todo, gracias a la comunicación no verbal. Pero, últimamente, noto cómo lo que antes era un problema, algo residual, ahora está siendo un fenómeno viral debido a las redes sociales y toda la humanidad encerrada en casa con un ordenador por culpa del covid.
En cada profesión siempre hay alguien que tiene una mala praxis, por ejemplo, dietistas que conocen perfectamente cómo funcionan las dietas, las necesidades fisiológicas y revisan las investigaciones médicas sobre los alimentos tienen que lidiar con gente que o no tiene estudios o aconseja dietas sin fundamentos, bautizándolas como milagrosas.
Por eso, también nosotros expertos en comunicación no verbal tenemos que luchar contra la pseudociencia.
Ante todo, dudosos conceptos sobre la comunicación no verbal ya son ampliamente difundidos, especialmente en Internet, en libros comerciales y en cursos con títulos redundantes como «descubre a detectar mentiras» o «el cuerpo nunca miente», los cuales crean la impresión de que el análisis no verbal es algo esotérico.
El uso de tales conceptos puede tener consecuencias negativas e, incluso, desastrosas que los afectan también a ustedes que están leyendo este artículo.
Por ejemplo, los sinergologos (radicales) son un ejemplo de personas que tergiversan lo que es el estudio científico de la comunicación no verbal. La sinergología se fundó en 1996 por Philippe Turchet y, según lo que comercializan, puede llegar a tener una eficacia del 80% para detectar mentiras y puede ayudarlos a saber qué piensa el otro «antes de que el otro haya accedido a sus propios pensamientos».
Unos de los conceptos más controvertidos son todas las técnicas de detección de mentiras basadas en más de 50 puntos diferentes en la cara; es decir, tendría diferentes significados el rascarse o, también, han acuñado la afirmación de que si una persona mira hacia su derecha está mintiendo, mientras que si mira hacia la izquierda está diciendo la verdad. Seguro que esto os suena.
Lo que fundamentalmente proponen es que hay gestos que significan algo de manera tajante: cuando una persona se rasca debajo de la fosa nasal derecha, significa «no creo lo que dice la otra persona» y cuando una persona se rasca debajo de la fosa nasal izquierda, significaría que «no digo todo, o no exactamente, lo que pienso». Y un largo etcétera.
El problema es que todas estas afirmaciones no han sido mínimamente demostradas con metodología científica ni publicadas en ninguna revista científica para darles validez. Pero, a pesar de esto, solo utilizando un poco de sentido común, podríamos entender que no existen gestos universales. Si hubiera un comportamiento no verbal inequívoco de los sujetos que mienten, la detección del engaño sería algo muy sencillo. ¡Piénsenlo! No existe una nariz de Pinocho que delate el mentiroso.
Un gesto puede significar mil cosas; hay que contextualizarlo. Hay que ver la personalidad de la persona, cómo es su comportamiento normal, cómo cambia según que pregunta le haces, etcétera.
Cabe señalar que no todos los aspectos de la sinergología son incorrectos. Sin embargo, sus enfoques, que no están respaldados científicamente, son una característica típica de la pseudociencia. Además, existe una extensa literatura científica que va en contra de sus puntos de vista.
A lo mejor piensan que esto no va con ustedes, pero estos falsos mitos afectan la forma con la cual perciben a los demás. Y, a su vez, afectan cómo los ven a ustedes otras personas.
Si se creen lo que dice la sinergología, pueden llegar a pensar que alguien los rechaza, porque en algún video en redes sociales les han dicho que si se rasca la nariz los desprecia. O ¿se imaginan si su posible pareja acudió a un curso de sinergología y durante la primera cita los analiza?
La sinergología, además, consiguió, como explica Vicent Denault de la Universidad de Montreal, llegar a dar clases a los profesionales de la seguridad y la justicia, que no están familiarizados con los métodos científicos de investigación y pueden ser engañados, haciéndoles creer que estos conceptos dudosos son científicos, por lo que les dan una autoridad totalmente injustificada.
Los profesionales de la seguridad y de la justicia, creyendo de buena fe que están usando procedimientos más profesionales, o a lo mejor también por la urgencia de resolver más rápidamente sus casos, aprenden técnicas que no tienen fundamento teórico ni científico.
¿Se imaginan que los interroga un policía que ha estudiado esto?