Las palabras de apoyo del papa a las uniones civiles entre personas del mismo sexo, dichas en castellano en el documental Francesco, dirigido por Evgeny Afineevsky (hebreo-ruso, residente desde hace 20 años en Estados Unidos) y presentado en première mundial en el Festival de Cine de Roma, causaron un verdadero terremoto mediático en el Vaticano ya que, si bien no es la primera vez que el pontífice se refiere a este tema, llama la atención el modo explícito de enfrentar el problema.
«Son hijos de Dios, tienen el derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie ni hacerle la vida imposible por esto», aseguró Francisco. «Lo que debemos crear es una ley sobre las uniones civiles. Así los homosexuales tendrían una cobertura legal. Yo me esforcé en ello», agrega. No es improbable que se refiera a sus años transcurridos como Arzobispo de Buenos Aires donde, si bien siempre se opuso a las propuestas de leyes sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, abogó siempre por la necesidad de una protección legal para las uniones civiles.
La revuelta ocasionada por las palabras del papa en un tema especialmente delicado ofuscó gran parte del documental, cuyo director recibió en Roma el prestigioso premio Kineo, asignado a quien promueve temas sociales y humanitarios. Según explicó Evgeny Afineevsky, en entrevista exclusiva para Wall Street Internacional, «en realidad no es un documental específicamente sobre el papa, sino sobre los seres humanos y sobre los problemas y desastres que hemos creado, y el papa es un ser humano que nos lleva a navegar entre estos desastres y nos entrega una esperanza para el futuro».
«En realidad se trata más bien del testamento de un hombre que nos inspira para realizar un cambio», agrega Afineevsky, «ya que su personalidad es de un gran espesor a nivel mundial, más allá de las propias creencias». Aclara que él, por ejemplo, no es católico, pero que no puede no reconocerse en determinadas líneas del pontificado de Francisco: la conciencia civil, el respeto por el medio ambiente con el fin de preservarlo para las generaciones futuras, su valentía al reconocer que se ha equivocado, como por ejemplo en el caso de los abusos contra menores perpetrado por sectores del clero chileno.
El viaje de Afineevsky con el papa va más allá de los diferentes viajes de Francisco a lugares como Bangladesh, Chile, Israel, Estados Unidos, Argentina, por citar solamente algunos, ya que el cineasta se adentra en todos los caminos que recorre este pontificado de cara a los problemas más urgentes del siglo XXI: economía, migraciones, desigualdades de todo tipo, crisis climática, xenofobia, revelando las diversas facetas de un líder que no se sustrae a los problemas que lo circundan.
El documental muestra, asimismo, imágenes de gran impacto relacionadas con experiencias y situaciones trágicas que se han convertido en verdaderos dramas humanitarios, como el genocidio de los armenios, la guerra en Siria y la consiguiente emigración hacia Europa, la persecución a los Rohingya, la guerra en Ucrania.
Tres años duró el trabajo de Evgeny Afineevsky, durante los cuales se encontró cinco veces con Francisco, dos de ellas para entrevistarlo. Visitó los mismos lugares que él había visitado, conversó con la gente y, así, conoció aún más de cerca a Francisco, que se le fue revelando como «un líder con humildad y sabiduría, entrega, generosidad hacia todos, ideales fuertes que pueden ayudar a construir puentes hacia el futuro en pos de una humanidad más fuerte y una comunidad global más prospera».
Afineevsky piensa un poco antes de responder a la pregunta sobre qué le atrajo de Francisco, y las razones para hacer este documental: «Mis últimos documentales se centraban en la crisis de los refugiados en Siria, Gritos desde Siria y otro sobre la situación en Ucrania, Wind of Siria, ya que los temas de las migraciones y los refugiados creo que son fundamentales en esta época. Pero esta vez quise ir más allá de estos argumentos para reflexionar en conjunto cómo seguir adelante hacia un futuro mejor», concluye.