A volte devi fingerti fessa per capire dove può arrivare la gente che pensa di essere furba.
(Sofia Loren)
¿Recuerdas cuando — hasta no hace mucho — la CUT fingía negociar un aumento de salarios? Practicando la técnica conocida como «del tejo pasado» los sindicatos oficiosos le pedían un pinche aumento de 2% o 3% a Bachelet –una «amiga»–, o bien de 5% a 7% tratándose de Piñera, la encarnación del mal.
Tras el tongo de rigor, que incluía declaraciones amenazantes destinadas a asustar a los ingenuos, la CUT aceptaba menos de la mitad, choca esos cinco, nos vemos el año que viene. La presión ejercida por la CUT solía ser más leve que la de un mol-de-gas-perfecto-a-cero-grados-Kelvin-encerrado-en-un-submarino. Ganarse una reputación de «modernidad», de «seriedad» y de «pragmatismo» exige sacrificar hasta el último de los currantes. Sálvese quien pueda, el capital y el crecimiento primero. Después ya no quedan botes.
La explosión de estos días, –llamémosla revolución social como conviene al buen uso de la semántica, la semiótica, el sintagma y los étimos–, ha provocado un black friday permanente, no te quedes atrás, hay que aprovechar, maricón el último.
El Gobierno, haciendo gala de «responsabilidad», sugiere un aumento del IMG (Ingreso Mínimo Garantizado) de $ 49.000, financiados por un subsidio estatal. La técnica es conocida: que pague Moya. Como los presupuestos del Estado son financiados por los impuestos que pagan los pringaos, el aumento lo bancan los mismos que van a recibirlo. Nótese sin embargo que Piñera –sin negociar con Bárbara Figueroa– propone un «aumento» de un 16,28%. Bárbara o Sebastián, ¿quién es el bolchevique?
Por su parte, la Comisión de Trabajo de la Cámara, –que jamás ha sido acusada de estajanovismo y aun menos de ser mano de challa–, propone subir el IMG a $ 550.000, un aumento del 82,72%... ¡Black friday man!
Uno se pregunta quién está más asustado: los parlamentarios de pachanga, el Gobierno, o los empresarios. Mira ver.
La misma Cámara aprobó por unanimidad rebajar de manera transitoria la dieta de parlamentarios y altas autoridades en un 50%. Así como lo lees. Precavidos, la rebaja que proponen es «transitoria»: hasta que el perraje decida regresar a la perrera. Después, piensan los honorables (¿por qué te ríes?), será barra libre y tiempos de cosecha.
Actualmente la dieta de los diputados equivale a 31 Ingresos Mínimos Garantizados, sin contar su asignación parlamentaria (los diputados alemanes no tienen asignación). Para comparar, digamos que el presidente de Francia, –6ª potencia económica mundial cuyo solo presupuesto militar equivale al Presupuesto del Estado chileno–, recibe un salario bruto mensual igual a solo 10 veces el salario mínimo. Cada diputado chileno cuesta unos 26.000 euros al mes. El salario mensual del presidente de la República francesa es exactamente de 15.203 euros brutos.
La repentina generosidad de unos y otros no se detiene allí. Alfonso Swett, representante de los grandes patrones, reprimiendo una lágrima, declaró: «Va a haber que meterse las manos a los bolsillos hasta que duela». Habida cuenta de la cantidad de yacarés, caimanes y cocodrilos que pueblan las faltriqueras de los empresarios no cabe duda de que cada peso de aumento de salarios les va a doler como una trombosis hemorroidal de tercer grado. De ahí que, como Piñera, quieran hacer uso de los «subsidios» del Estado.
Para tener una idea de lo que representa el «aumento irresponsable» votado por la Cámara, basta con un sencillo cálculo basado en la regla de tres. Los potenciales beneficiados, según Piñera, son 340.000 trabajadores. El aumento de Piñera representa, anualmente, US$ 250 millones. El generoso aumento votado por la Cámara, US$ 1.270 millones. En el primer caso, el aumento del Gobierno traslada un 0,0008 del PIB hacia la masa salarial. Si se hace realidad el aumento de la Cámara, esa transferencia representa un 0,004 del PIB. ¿Se hunde Chile? ¿Quiebran los empresarios?
Piñera, decididamente falto de mejor, también propone «un aumento inmediato del 20% de la pensión básica solidaria que beneficiaría a 590 mil personas; un aumento inmediato del 20% del aporte previsional solidario que favorecería a 945 mil pensionados; y un aporte adicional de las pensiones solidarias durante el 2021 y 2022 para los pensionados mayores de 75 años».
Para no marearte con cálculos aritméticos que cualquier colegial puede hacer en casa, te diré que para ponerse en la media de la OCDE, Chile debiese trasladar de la remuneración del capital a la remuneración del trabajo no menos de 10 puntos porcentuales del PIB, esto es unos 30.000 millones de dólares anuales.
Lo que proponen la Cámara y/o el gobierno es paja. Propina. Se resume a «vete a casa, sé buenito, deja de incordiar, y ya veremos después. Ahí tienes cuatro chavos, no toques los cojones».
Lo malo de la política económica impuesta en dictadura y seguida religiosamente por Aylwin, Frei, Lagos, Bachelet y Piñera es que a fuerza de apretar se pasaron de rosca. Vencieron el perno. Rodaron el tornillo.
Ahora, para restablecer los equilibrios debiesen irse todos. Para que el pueblo de Chile, –los 18 millones sin exclusiones–, recupere el ejercicio de su poder soberano.
Sería un vertiginoso y apasionante viaje hacia la democracia. ¡Black friday man!