En México, un grupo importante de iglesias evangélicas hizo una alianza política con López Obrador a través del Partido Encuentro Social (PES). En Costa Rica, recientemente, los sindicalistas de izquierda se han apañado con los evangélicos para desestabilizar el Gobierno. ¿Se ha preguntado alguna vez qué pasa en la mente de estos actores de ideas marxistas para que hagan alianza con el fundamentalismo?
Varios pensadores marxistas tienen ideas escatológicas. Ernst Bloch creía que el universo evolucionaba hacia una perfección absoluta. Su pensamiento era teleológico: la misma Naturaleza tenía inscrito el movimiento hacia la perfección. Más influencia en el marxismo tendría Evald Ilyenkov. En su primer manuscrito sobre la «cosmología del espíritu», él combina el materialismo dialéctico con la cosmología contemporánea y la teoría cuántica. Según su tesis, similar a Bloch, existe un desarrollo progresivo de la realidad desde formas elementales de materia hasta las más avanzadas. Pero a diferencia de Bloch, el camino a la perfección es cíclico y limitado. Si la realidad es espacial y temporalmente sin límites, pensó él, entonces, en general, con respecto a su totalidad, no hay progreso. No puede haber nada nuevo porque el universo ya contiene todo: lo más bajo que es la materia caótica y lo más alto que es el pensamiento humano. De ahí que el universo, no como opinó Bloch, trabaja de manera circular: cada movimiento hacia arriba debe ir acompañado de un movimiento hacia abajo, cada progreso por una regresión: es «el movimiento cíclico de las formas más bajas de materia a las más altas ( El cerebro pensante) y de vuelta, a su descomposición en las formas más bajas de la materia (biológica, química y física)».
En este desarrollo cíclico, el universo “pasa por una fase que implica la destrucción completa de la materia, a través de un fuego a escala galáctica". La razón es que desde el Big Bang este pierde energía térmica y llegará, si no pasa algo, a morir. Para evitarlo, se necesita «relanzarlo» y esto solo se logra con la fuerza del pensamiento que hará posible otro Big Bang que hará posible el “rejuvenecimiento” de la materia universal. Es la inteligencia humana la que, habiendo alcanzado la potencia más alta, tiene que lanzar el Big Bang. Para él, tal auto-sacrificio radical puede ser realizado solo por una sociedad comunista altamente desarrollada. En el sistema capitalista, la gente es demasiado egoísta y cínica para hacer el máximo sacrificio. Por lo tanto, la última justificación del comunismo es que, mediante la creación de una sociedad solidaria libre de instintos egoístas, se tendrá la suficiente fuerza ética para realizar el mayor sacrificio personal de la humanidad en su autodestrucción y la destrucción simultánea de todo el cosmos.
Ilyenkov, a pesar de vivir en la comunista Unión Soviética, se dio cuenta de que esta había fallado en rejuvenecerse y entonces, en 1979, se pegó un tiro. Pero su legado no se ha perdido. Algunos líderes de izquierda creen también que para renacer es necesario destruir el cosmos social. En esto, comparten con el fundamentalismo evangélico que sostiene que el fin del mundo está cerca y que, antes del regreso de Cristo, viviremos en el caos. Maduro, en Venezuela, lo ha logrado ya y en Mexico y en Costa Rica, están trabajando unidos, sectores de la izquierda marxista y los evangélicos, para adelantar el Armageddon.