ADN Galeria en Barcelona inaugura la tercera exposición individual en esta galería de Kendell Geers. En 1993 el artista cambió su fecha de nacimiento a mayo de 1968, situando su renacimiento como parte de una revolución social a escala global. El 6 de abril, día de la inauguración, el artista hará una presentación de su trabajo.
La exposición toma, como punto de partida, la cita homónima de René Descartes en 1637 “I Think Therefore I am” (“Pienso, luego existo”). Reestructurada bajo el signo contemporáneo, la lógica cartesiana que una vez gobernó el mundo es trasladada al terreno de un neolenguaje caracterizado por la aparición constante de noticias falsas. Actualmente, políticos en todo el mundo capitulan en favor del mejor postor, vendiendo sus almas en pos de soluciones instantáneas. Si no conseguimos bajar 1,5 grados Celsius la temperatura del planeta en los próximos 12 años el cambio climático habrá acelerado hasta un punto de no retorno.
Lanzando Descartes a los perros, Geers proclama que ahora no es momento de pensar – es momento de ProTestar. Con el título de la exposición, “I PROTEST THEREFOR I AM” (“Protesto, luego existo”), el artista hace una llamada a las armas. Embaucador y fabulador, artista y mago, Kendell Geers sitúa un hashtag y hace rodar su lengua sobre las letras, enlazándolas en una única palabra inventada #iPROtesttHEReforeIam. Las letras mayúsculas se transforman en señales que marcan las contradicciones que implica presentar una exposición de protesta en una galería de arte comercial.
Hashtags, palabras, letras, memes y eslóganes ocupan las secciones infinitas de los medios sociales, reducidos a significados vacíos que se camuflan en todos nosotros y que nos hacen partícipes de una revolución estacional. La minúscula “i” (“yo”), que hace referencia a lo individual, ha sido extraída al consumidor de su bolsillo a través de su conversión en marca corporativa. “I (yo) soy porque iPhone (yoPhone) y I (yo) pienso luego iPad (yoPad) y I (yo) tengo mi GoPRO para mostrarme con mi selfie!”. Ahora todos somos adictos a los dispositivos tecnológicos con su promesa de satisfacción instantánea a partir de la auto difusión de nuestro ego a millones de sedientos mediocratas. Jamás quedaremos saciados porque el virus del lenguaje es una mentira adictiva y la máquina es un distribuidor de basura. William Burroughs explicó, “El traficante no vende su producto al consumidor, vende al consumidor a su producto. No mejora y simplifica su mercancía. Degrada y simplifica al cliente”.
Kendell Geers proTESTa contra nuestro sentido de la lectura, la comprensión, la semántica y los símbolos, recolectando libremente los frutos del bosque de cada protesta madura. En su manifiesto afirma “el arte cambia el mundo – UNA PERCEPCIÓN POR MOMENTO” y eso es precisamente lo que la exhibición hará al espectador atento. Describiéndose a sí mismo como ‘AniMystikAKtivist’, Geers se aproxima a un arte que reúne diversas tradiciones afro-europeas, incluyendo animismo, alquimia, misticismo, ritual y activismo socio-político, todo mezclado con humor negro, ironía y una buena dosis de contradicción cultural.
Encarnando el arquetipo del embaucador, Geers toma su condición de africano blanco como llave maestra para abrir nuestra mente a nuevas maneras de entender la historia, la cultura y la identidad. Su trabajo le sitúa entre la tradición y la contemporaneidad: un africano blanco que está al mismo tiempo tan profundamente influenciado por el poderoso legado del arte tradicional africano como por los movimientos de vanguardia europeos, desde Dadá y el surrealismo hasta el punk y la Internacional Situacionista. Cargado de espiritualidad, políticamente inquieto y socialmente comprometido, el trabajo de Kendell Geers no es europeo ni africano sino un diálogo metafísico entre las culturas de ambos continentes, en el que intervienen y se mezclan sus signos arquetípicos y símbolos sagrados. Kendell Geers apareció en la escena artística internacional a finales de los años ochenta y desde entonces su trabajo ha sido presentado en bienales e instituciones de todo el mundo. Representó a Sudáfrica en la Bienal de Venecia de 1993, la primera exposición internacional multirracial y multicultural que marcó el fin del Apartheid. Participó en la Documenta 11, curada por Okwui Enwezor, y la reciente Documenta 14. Además, ha expuesto su trabajo en las bienales de Taipei, La Habana, Venecia, Johannesburgo, Kwang Ju, Sao Paolo, Shanghai y Estambul entre muchas otras.