Debemos prestarnos más atención y así también al mundo que nos rodea. Debemos cambiar la forma de ver las cosas. Repasar nuestros valores y cambiar aquellos que posiblemente nos hayan equivocado.
Olvidarnos, aunque solo sea por momentos, del pasado y dejar a un lado el futuro. Que sea lo que tenga que ser. Que llegue lo que tenga que llegar. Que digan lo que tengan que decir. La vida somos nosotros y nuestro interior; no tenemos que desaprovechar ni un solo minuto.
Debemos vivir sin confiarnos plenamente al sol porque el sol, amigos, está o no está, luce o no luce, todo depende de cómo miremos el cielo.
Solo tenemos una vida y cada día es una oportunidad. Una oportunidad de repensar, de ordenar, de cambiar aquello que creamos debemos cambiar, de mirar de nuevo, de vivir.
A veces nos preocupamos demasiado por todo, sin ni siquiera saber si son, serán o se hará aquello que tanto nos preocupa.
No sé la cantidad de tiempo que perdemos preocupándonos de todo; en la mayoría de los casos, sucesos que no llegan nunca a suceder. Preocupándonos perdemos la vida, perdemos el presente.
Las preocupaciones te paralizan, te hacen sentir víctima, te generan ansiedad, te pierdes el momento presente.
Ocúpate del presente. Sé consciente. Siente la gratitud y el privilegio que tiene el vivir el presente, que es el único tiempo del que verdaderamente somos dueños.
La preocupación siempre te impedirá decidir y pensar en libertad.
Me llegaba estos días este texto de Sri Manana:
«Puesto que todos los seres vivos en el mundo desean ser siempre felices y exentos de miseria, lo mismo que desean ser felices siempre librándose de esas experiencias tales como la enfermedad que no son su propia naturaleza, puesto que todos los seres vivos tiene amor completo solo por su propio sí mismo, puesto que el amor no surge excepto por la felicidad, y puesto que en el sueño profundo todos los seres vivos tienen la experiencia de ser felices sin nada, cuando lo que es llamado felicidad es así solo su propio sí mismo real, solo debido a su ignorancia de no conocer su sí mismo real, surgen y se enredan en 'pravritti' [actividad extrovertida], vagando errantes en el 'samsara' sin límites [el estado de inquietud e incesante vagar errante de la mente], abandonando la vía del autodescubrimiento que otorga felicidad verdadera, creyendo que solo obtener los placeres de este mundo y el otro es la vía a la felicidad».
Aunque parezca enrevesado, debido a la traducción, está lleno de una inmensa sabiduría.
Nuestra felicidad está dentro de nosotros, no fuera. Podemos tener de todo para vivir y para nuestro confort vital, pero seguimos sin sentirnos satisfechos.
Tenemos un miedo constante al futuro y por ello no dejamos de buscar el modo, provocándonos ansiedad, deseo, de acaparar más y más dejando de vivir en el presente.
Llenamos nuestra mente de aspiraciones, de deseos, miedos; pensamientos sobre el pasado, recuerdos, culpas, y dejamos de sentirnos satisfechos del momento presente.
Ser consciente del presente. Ser consciente del caminar sobre esta tierra. Ser consciente de que tener no sirve absolutamente de nada si te falta lo esencial.
Cada día que despertamos es un milagro. Nos enredamos en mil problemas sin fundamento y dejamos de ver ese cielo azul, estos campos, las nubes blancas… el ocaso.
Invito a vivir la búsqueda permanente de ser consciente. Ser presente. Encontrarte con la paz en tu vida. La paz de tu interior.
El estado de ánimo nos marca el camino del día. Si nos levantamos envueltos en actitudes negativas, que solo tienen que ver, en la mayoría de los casos, con el pasado, no llegaremos nunca a vivir el presente ni edificar un futuro positivo.
Todos tenemos problemas. No conozco a nadie que no los tenga. Tengo muy claro que la diferencia entre ser una persona de éxito o ser un fracasado está en la actitud. Las personas de éxito tienen tantos o más problemas que las personas fracasadas, simplemente tienen una actitud distinta.
En la vida hay que avanzar y no podemos estar constantemente dando vueltas al pasado. El pasado, pasado es.
Cada uno de nosotros somos libres de interpretar lo que nos sucede, de hecho somos los responsables de todo lo que nos sucede.
Podemos reírnos a carcajadas o ponernos a llorar. Posiblemente ni de una forma u otra solucionaremos los problemas, pero sí tengo claro que llorando no avanzamos y para crecer hay que avanzar y para avanzar hay que moverse.
No podemos cambiar lo que pasó ni aquello que es inevitable; sí podemos cambiar el presente, nuestro presente.
Para cambiar el presente tienes que ser tu propio líder, tienes que liderarte. Liderarte es controlar tus pensamientos y emociones desde dentro. Buscarte, encontrarte, agarrarte y no soltarte.
Damos mucho valor a lo que está fuera de nosotros, desperdiciando el poder interno que todos y cada uno poseemos. La fuerza que cada uno tenemos en nuestro interior esperando ser rescatada.
Los problemas internos nunca se resolverán por algo externo. La satisfacción en la vida no está en tener, está en Ser. No vivimos de manera consciente. ¿Qué abunda más en nuestras vidas: lo positivo o lo negativo? Somos víctimas de nosotros mismos. Sufrimos de manera opcional. Nos culpamos.
Nuestro gran freno es el miedo a los cambios. Debemos aprender a quitar de en medio las turbulencias mentales que nos acechan constantemente. Saber cómo somos y qué queremos ser.
Vivimos en un mundo lleno de exigencias. Se nos exige, nos exigimos mucho. Se nos castiga, nos castigamos constantemente si no llegamos a esa meta muchas veces extremadamente alejada. Sólo buscamos reconocimiento, no interno, externo.
Debemos perdonarnos de ser como somos, hacer desaparecer esa culpa y ser más tú, más nosotros. Cada uno es como es. Tú eres así, yo soy así, como soy. Con errores, con defectos, con fracasos que siempre debemos convertir en experiencias, nunca en FRA CA SO. Hagamos siempre lo máximo que podamos.
Dejar de juzgar. Dejar de decir o decidir lo que está bien o lo que está mal.
Ser conscientes para conocernos, para conocer todo lo bello y real que nos rodea. Debemos llenar nuestras vidas de consciencia.
Estar atentos al momento presente.
Si realmente buscamos un futuro nuevo, nuestro pasado debe morir y debemos comenzar a vivir en el Ahora.
Estar presente en el instante. Sentir tu presencia interior en cada cosa que haces.
Si nos concentramos en lo que hacemos ganaremos tranquilidad y serenidad.
Todos tendemos a ponernos metas o grandes retos. Creo es importante y que te inducen y generan una pasión por el vivir pero lo más importante de todo, lo que realmente nos hace crecer en el día a día son las cosas que hacemos con nuestro yo interior.
Las pequeñas cosas nos cambian, los grandes acontecimientos, no.
Concentrarse en el momento, en las pequeñas cosas, te hace disfrutar de tu instante.
Nos llenamos la cabeza de grandes proyectos pensando que de ello depende nuestra vida y olvidamos esos pequeños detalles, mínimos, que nos hacen crecer por dentro y que de eso sí depende la felicidad de nuestro camino.
La felicidad está en las acciones mínimas.
Hacemos un esfuerzo terrible en buscar aquello que creemos nos falta. Nuestro gran tesoro está aquí, dentro de nosotros, en el instante.
Relájate, disfruta, vive el día a día. Liderarte es ser capaz de disfrutar de las mínimas acciones que llenan tu vida. No está bajo tu control que ocurran las cosas; sí lo está tu respuesta a lo que ocurra.
El tener no te hace feliz. Es más, el tener te puede provocar infelicidad, además de tensiones y problemas de todo tipo.
El culpable siempre tiene el mismo nombre: ego.
El ego se apodera de nosotros y nos produce miedo.
El ego nos confunde de lo que somos a lo que realmente quisiéramos ser. Nos hace buscar el tener, el ser y el reconocimiento externo. Nos envuelve en una nube irreal y llena de falsedades.
Toma conciencia sobre ti. Todos somos dignos, independientemente de lo que tengamos. Por aquí, por allá, ves caminando a cientos de personas dignísimas y ricas, aunque posiblemente no posean mucho más de lo que llevan puesto.
Cuando no hay nada que perder, tampoco hay nada que temer.
Nuestro valor es nuestro y nuestra felicidad no está ni en lo que tengamos ni en lo que los demás nos valoren.
Hemos perdido, he perdido, lo más importante, la esencia del ser: la consciencia. Uno trata, día a día, de ser mejor. Y ser mejor es poner el foco en lo importante; no ponerlo en aquello que no lo es.
Siempre nos arrepentimos de aquello que pudimos haber hecho y no hicimos. Siempre nos quejamos, o culpamos al resto, de aquello que creemos nuestras situaciones adversas.
Somos responsables de lo que somos al igual que lo somos de lo que hacemos.
¿Estamos vivos? Siempre tendremos, pues, esa oportunidad para hacer lo nuevo o hacer lo que debíamos haber hecho.
Todo lo que buscamos lo encontramos, lo bueno y lo malo, lo triste o alegre. En estos días de reflexión, por estos caminos, los pensamientos me llevan más lejos de lo que creo.
Pensaba que tenía más tiempo, pero el tiempo es el que es: uno en Todo, nada.
A la nada vamos, de la nada somos, de todo resurgimos: si queremos.