Nirav Tolia ha tirado de la manta y lo ha conseguido. Ha logrado el aterrizaje en España de la primera red social de barrio. Lejos de marcas tan renombradas como Facebook, WhatsApp, Linkedin, Instagram, Twitter y tantas otras, Nextdoor viene con todo su ímpetu para quedarse. Porque ¿no dicen que no hay nada como un buen vecino?, ¿Quién es el que antes te va a proporcionar la cebolla que te falta para una buena ensalada?
Tolia, presidente ejecutivo de Nextdoor, lo tenía claro desde el principio. Esta plataforma tecnológica, fundada en Silicon Valley en 2010, ha sido todo un éxito en Estados Unidos: decenas de millones de vecinos usan la app en más de 180.000 barrios; sin embargo, la estructura exige dos datos, para muchos, difíciles de facilitar: el nombre y la dirección postal reales ya que al barrio virtual sólo pueden acceder los vecinos de verdad.
En este sentido, Nextdoor tiene varios modos básicos de verificar la dirección en España: uno, a través de una postal con un código al buzón de casa; dos, mediante geolocalización del móvil durante varios momentos; tres, con una llamada de teléfono o vía web, confirmando el número con un proveedor de datos local. Con respecto al nombre, la plataforma es menos restrictiva: «Nuestra política oficial es usar el nombre real. No obstante, no lo chequeamos proactivamente», afirma la empresa.
¿Y por qué nos iba a interesar Nextdoor? Porque así podremos saber en el momento más necesario quién es el mejor electricista del barrio, qué joven se puede quedar esta noche en casa con el niño o, puestos a imaginar, dónde venden los mejores churros de todo el distrito. Todo un avance ante cualquier clase de imprevisto.
Además, en Estados Unidos se ha creado una cuenta de Twitter y Facebook que reproduce contenido raro de Nextdoor, @BestofNextdoor, y tiene más seguidores que la corporativa. Su creadora, Jenn Takahashi, asegura que en la app hay de todo: «es una plataforma que trae lo mejor y lo peor de la gente, y esa gente son tus vecinos».
Lo dice porque se han visto capturas de pantalla de vecinos que persiguen fenómenos paranormales, de aquél que se queja de que su impresora solo imprime porno o de la que se acaba de divorciar y quiere vender todo lo que haya tocado su ex. Sin embargo, no siempre es así: también se pueden reflejar sucesos mucho más altruistas, como el de un vecino que le ha regalado un mueble a otro o cómo un señor ha ayudado a la chiquilla del tercer piso a encontrar a su perro. En fin, la vida en sí misma.
Tampoco hay que olvidar que Nextdoor puede contribuir de gran manera en circunstancias graves y urgentes; de hecho, Tolia espera que el aislamiento social de muchos mayores se reduzca gracias a su herramienta tal y como ocurrió en los recientes huracanes sufridos en Estados Unidos. Los vecinos pudieron comunicarse mediante Nextdoor cuando los cuerpos de seguridad estaban desbordados.
Pero volviendo a España, no viene mal recordar la existencia de una pequeña app vecinal denominada MiPlaza y con origen en Gran Canaria. Sin embargo, no parece que la competencia sea un problema para Tolia ya que, según estima, Nextdoor apuesta por quedarse con todo el pastel. «La magia de Nextdoor es cuando tienes a mucha gente usándolo. En mi barrio de San Francisco, hay más de 20.000 personas, que es un 70-80% de las casas del barrio», señala Tolia. Si llega a ese nivel, Nextdoor pisará algunos espacios que ahora pertenecen a plataformas como Wallapop, Taskrabbit (que no está en España) o Idealista.
En Estados Unidos, Nextdoor ofrece la categoría «cosas que tus vecinos regalan» y que igualmente pueden venderse, competencias de las que hasta ahora en España se ha encargado Wallapop. Pero la red de Tolia también publica información de los pisos que están a la venta y de cuánto se pide por ellos, funciones inmobiliarias en las que siempre ha destacado Idealista.
Por su parte, Taskrabbit es la red de los manitas, de servicios puntuales para reparaciones caseras, aunque de momento no ha cuajado en España. La recomendación de profesionales de cualquier sector es una de las actividades que con mayor auge se piden entre vecinos; no obstante, sigue siendo uno de los objetivos más difíciles de conseguir para Nextdoor a pesar del interés de Tolia: «seguiremos tratando de establecer relaciones entre vecinos y empresas locales a través de anuncios».