«Piensa, sueña, cree y atrévete»
(Walt Disney)
Estamos en la era de la mujer, es época de rendir tributo a todas ellas. En muchos momentos de la historia han permanecido en la sombra y no se les ha permitido destacar, o para hacerlo han tenido que dejar al lado otras cosas, como el formar una familia, para poder llegar a donde esperaban profesionalmente, etcétera.
Estamos en unos años de cambios. Cada vez más, la sociedad permite lidiar familia y trabajo de forma equitativa y esto es una tendencia que va in crescendo, aunque aún queda mucho por recorrer.
Hay muchos ejemplos remarcables y podríamos escribir millones de tomos enciclopédicos para hablar de cada una de las mujeres que se merecen una entrevista, pero hoy he decidido contar la historia de una en particular, Sandra Andújar, empresaria de Elite Spain – Federación Española del Lujo.
Me reúno con ella en un hotel del Eixample de Barcelona y me recibe con una amplia sonrisa, que invita a compartir.
Sandra es madre y empresaria y no quiere renunciar a perderse nada en la vida, ni el ser madre, ni dejar atrás su vida profesional, tampoco su vida social, que por cierto, es muy ajetreada.
Ella dice que todo en la vida es actitud y que cuando persigue algo no suele conformarse con un «no» como respuesta, asegura que los ve como un reto a superar.
Estudió Ciencias de la Comunicación y dos posgrados, y ya desde la facultad asomaba su ansia de aprendizaje, y de prepararse llevándola a hacer todas las prácticas que podía. Hambre de nuevos conocimientos y experiencias.
Ha trabajado en varias empresas de medios de comunicación, eventos, publicidad, entre ellas Atres Advertising del Grupo Antena 3. Afirma haberse instruido mucho, ya que fue una época en la que aprendió a vender. Cree que todo el mundo debería aprender a hacerlo. Es el arte de escuchar, entender, asesorar y ofrecer algo que mejore la situación actual del cliente. No entiende otro tipo de venta que no sea honesta.
Comenta que la primera vez que tuvo que exponerse estaba aterrorizada, «esto no es lo mío», pensaba, pero fue un magnífico aprendizaje de resiliencia. Recibir noes y no tomarlos de forma personal sino profesional. Desgranarlos y entender los motivos que había tras ellos.
Pero asegura que recibir un sí, es una gran responsabilidad. Alguien ha depositado en ti su confianza. «Hay que ser responsable y honesto con el dinero de las otras personas», afirma.
Al cabo de un tiempo, decidió dar un giro a su vida profesional: *«¿quiero ser cola de león o cabeza de ratón?». Acabó dirigiendo una revista de negocios bilingüe español e inglés.
«En esa época estuve gestionando una empresa como si fuese mía, eso me ayudó a aprender a liderar equipos, tomar decisiones, crear nuevas líneas de negocio… Un día pesé que todo ese esfuerzo podía invertirlo en mi propio proyecto, era cuestión de valor«.
Saltó a la piscina y creó su primera empresa, A Gold Partner. Una empresa de eventos enfocada en la alta gama y el lujo, donde organizó eventos corporativos para marcas como Air France KLM, Porsche, Jaguar, Blackberry, entre muchas otras marcas.
Mientras estuvo liderando su propio proyecto profesional, A Gold Partner, observaba que cuando entraba en contacto con las empresas, la mayoría de los directivos eran hombres y sus secretarías mujeres.
Como mujer dice que esto le sigue inquietando enormemente y no pierde oportunidad para denunciar que a pesar de que en España el 60% de los licenciados son mujeres y obtienen mejores expedientes, en el mercado laboral representan el 45% y que la cifra cae espeluznantemente a un 10% al llegar a la alta dirección de empresas:
«Las empresas no pueden renunciar a ese talento, la diversidad de género es imprescindible. Los equipos mixtos enriquecen las tomas de decisiones y crean empresas más felices y con mejores resultados económicos».
Le indigna la brecha salarial, las mujeres cobran un 30% menos y soportan más cargas familiares y del hogar:
«Las mujeres siguen siendo vistas, por los demás y por ellas mismas, como las responsables de las cargas familiares y del hogar. Lentamente se está dando un cambio de conciencia y se reparten de forma más ecuánime.
Hay un paulatino cambio de conciencia sobre el papel de la mujer en las empresas pero aún es insuficiente. Hay que empoderar a la mujer, darle visibilidad, animarla a luchar por lo que aspira, a que pueda ser independiente económicamente y por tanto decisora.
El compromiso y el cambio debe darse desde todos los extractos sociales: en las familias, escuelas, empresas, administraciones. Todos somos responsables de estas desigualdades, todos tenemos una responsabilidad para ser generadores de este cambio».
Actualmente Sandra Lidera Elite Spain, Federación Española del Lujo.
En su camino profesional se encontró a una persona totalmente diferente a ella, y eso le aportaba frescura, otro punto de vista, una suma en creatividad y decidieron asociarse. La Federación aúna más de 50 empresas de la alta gama y el lujo que trabaja por los intereses de las firmas asociadas a través de diversos canales: eventos, grupos de trabajos, networkings, etcétera.
Se considera una mujer con mucha suerte en la vida, pero no deja que esto la adormezca, siempre busca la mejor versión de sí misma e intenta sacar la mejor de los que colaboran con ella o están a su alrededor.
«No podemos pasar patinando por la vida tenemos que dejar huella».
Sus máximas son nunca dejar de tener ilusión e ideales. Todas las mañanas se inspira con su frase de WhatsApp ya memorizada Piensa, sueña, cree y atrévete.
Para ella lo que le hace feliz no es un trabajo en concreto, sino el saber que puede crear un negocio desde cero, poniendo en marcha su imaginación, su ilusión y creyendo en su potencial.
Tiene claro que es muy importante estar bien con uno mismo para aportar lo mejor a los demás. Sabe que la felicidad no se busca fuera, sino que se haya dentro de uno mismo y que cuando alguien se siente feliz atrae a personas con la misma energía y que obtienen la mejor versión ante cualquier situación.
Agradece cada día los pequeños detalles de la vida, es consciente de que es afortunada por poder disfrutar del camino que ha elegido y que por ello le puede dedicar más energía y tiempo a algo que es su pasión. De otro modo le sería muy difícil.
Al final me explica una anécdota con una sonrisa, que resume sus pasos, y es que de niña quería ser una cantante. Le pregunto por qué...
«Mira, yo no tengo voz, pero quería ser cantante de rock y transmitir un mensaje poderoso a través de una canción. Me imaginaba dejándome llevar y contagiándome de esa energía tan fuerte que te llega cuando estás en un concierto, haciendo vibrar y emocionando a la gente. ¿Es o no una gran conexión?».