Es realmente curioso cómo la luz, el sol, nos llena de energía.
Nos entretenemos más en lo que nos debilita que en lo que nos hace fuertes.
¿Por qué no nos aferramos a aquello que nos hace fuertes?
Deberíamos sacar cada día un tiempo para recomprometernos con nosotros, con nuestra visión, con nuestro propósito y así mantenernos conectados con quien somos y enfocados el objetivo que tenemos.
¿No os dais cuenta de que vivimos como autómatas? Siempre preocupados en lo que tenemos que hacer y más hacer, pero no dedicamos tiempo a validar hacia dónde vamos, a corregir la dirección si fuera necesario.
Todos tenemos cimientos que nos hacen más fuerte.
Por eso es importante tener una visión clara. Desarrollar nuestra visión. Saber quién y qué quieres ser.
Nuestra visión tiene que estar emparejada con unas metas medibles y controlables.
¿Por qué quieres lo que quieres?
Todos pasamos, en algún momento de nuestras vidas, por ciertas adversidades; problemas que nos producen desconcierto y miedo.
Hay que convertir la adversidad en ventaja. La adversidad es inevitable y si los es, vamos a manejarnos con ella.
Es curioso cómo la adversidad te hace descubrir pequeñas cosas que antes pasaban delante de ti pero no las prestabas ninguna atención o, simplemente, no le dabas importancia.
Ahora, por ejemplo, en mi caso, cuando camino por la mañana temprano, hacia el trabajo, agradezco el poder hacerlo. Agradezco respirar y sentir cómo el día nos abraza mientras amanece en el Parque de El Retiro.
Deberíamos de practicar más la gratitud. Enfocarnos en aquello que agradecemos.
¿Por qué no comenzar un diario de gratitud? Cada mañana, y cada noche, hay que anotar y repasar de qué y por qué estás agradecido.
Tim Ferris, autor, educador y emprendedor estadounidense, publicó en 2007 el interesante libro La semana laboral de 4 horas, en el que propone algo que yo mismo practico y aconsejo hacer, se llama Five Minutes Journal.
Es un ejercicio de tan solo 5 minutos y consiste en llevar un diario donde apuntar cosas que te puedan inspirar, preguntas que deberías hacerte, agradecimientos, afirmaciones y listados de cosas buenas que te hayan pasado durante el día.
Ferris dice que este ejercicio le permite entender lo vivido en el pasado y lo que espera del futuro centrándose en plantear su presente.
Escribir es algo saludable aunque no fácil para muchas personas. Escribir desde tu interior es más difícil todavía, pero puedo asegurar que visualizar lo que piensas o sientes es muy beneficioso.
Yo aconsejo dedicar al menos cinco minutos al día a expresar y escribir sobre nuestro estado de ánimo actual, sobre nuestras frustraciones o ansiedades, lo que nos preocupa. Es una forma de enfrentarnos a los días con todo más claro. No nos damos cuenta que a veces no es necesario resolver todos los problemas, pero sí lo es sacarlos de la cabeza. Visualizarlos evita que revoloteen continuamente atrapados en nuestra mente y nos paralicen.
De seguro esto será tomado como una más de mis gilipolleces, aseguro que no lo es.
Escribir unas líneas cada mañana, al ponernos en marcha; escribir nuestras intenciones del día.
Sentir nuestro propósito y conciencia. Elevar nuestro sentido del ser. Ser consciente. Enfocarnos en la tarea, en el ahora. No preocuparnos tanto por el resultado. Enfócate plenamente. Estar presente con atención plena.
No es tan difícil. Solo hay que pararse, sentir y hacer.
Cuando nos paramos a agradecer, reflexionar, a escribir, nos damos cuenta que estamos manejados por nuestro ego.
«Si no le prestases atención a la voz del ego; si no aceptases sus míseros regalos que no te aportan nada que realmente quieras, y si escuchases con una mente receptiva, podrías entonces oír la poderosa Voz de la verdad».
(Un Curso de Milagros)