La estética es la ciencia de la belleza. La teoría del arte es una herramienta que debe estar al servicio de las mayorías en los pueblos.
La inteligencia humana se divide en lo especulativo y lo práctico. Lo especulativo es el conocimiento para sí mismo, lo práctico es el obrar y hacer.
El arte pertenece al hacer, que es crear cosas que sean capaces de emocionar y complacer el alma humana, es la impresión de una idea en la materia, es de orden intelectual, una virtud de entendimiento práctico y un orden de razonamiento.
El arte es para tratar cosas agradables que percibimos por los sentidos, por eso los que practican un arte pueden percibir ideas y emociones que otros no tienen el privilegio de captar, así los artistas convierten lo ordinario y rutinario en algo especial. Es la sensibilidad artística que se manifiesta para el deleite humano.
Durante muchos siglos el hombre y la mujer desarrollaron diversas expresiones artísticas que no llegaban a los pueblos, pero los adelantos actuales de la ciencia y la tecnología nos pueden ofrecer, a través de los medios de comunicación social ( prensa, radio, televisión, videos, etc.), mayores posibilidades para que los pueblos puedan tener acceso masivo al disfrute de los grandes artistas.
Así como la televisión enteró al mundo de los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York, las invasiones de Estados Unidos e Inglaterra a Irak, la guerra en el Golfo Pérsico, la hambruna en muchos países africanos, la disolución de la antigua Unión Soviética, la llegada del hombre a la luna, que todos los continentes han recibido las informaciones al instante, así se pueden presentar obras de arte, que pueden deleitar al espíritu humano.
Hoy tenemos los mecanismos para hacer un mundo más unido y solidario. La alegría del espíritu y el goce humano con el arte, requieren de los artistas una teoría que debe practicarse con perfección, respetando siempre las reglas y los valores del tema que se trate.
El arte está ligado a la belleza, pues la estética es la ciencia que trata sobre la belleza, la cual fue definida por Santo Tomás de Aquino por la integridad y la perfección; la proporción, la concordancia en el orden y la unidad; la claridad en los colores y la inteligencia; el resplandor de la forma, explicando que la única belleza absoluta es Dios.
En las personas, la naturaleza y las cosas existe una belleza limitada, que puede ser ideal o fantástica, es lo que inspira a los artistas a hacer una obra: componer, pintar, esculpir...en fin, hacer una obra de arte.
Cuando el espíritu humano se manifiesta por medio de la palabra escrita, hablada o cantada, con poesía o prosa, con música o pintura, que tienen arte y belleza, es una elevación al espíritu, una superación cultural.
El conocimiento poético
Jacques Maritain en su obra Situación de la poesía, que escribió en colaboración con su esposa Raissa, trata sobre «El conocimiento poético» en un capítulo de esta importante obra.
Aristóteles y los antiguos trataban de la poética para designar lo que en la actualidad conocemos como poesía, que es la toma de conciencia espiritual, el canto creador y la subsistencia propia.
El conocimiento especulativo sirve al poeta para abrir los ojos y la inteligencia, observar y saber sobre la cultura, conocer las cosas que están creadas, formadas. Pero todo esto es previo: la actividad creadora lo impulsará a una exigencia espiritual para formar, darle vida a su obra.
La actividad artística del poeta no es la del simple conocimiento, sino para crear obras. El conocimiento poético no puede expresarse con simples ideas o criterios, es una experiencia creadora, para expresarse en una obra, manifestar los secretos sentidos de las cosas, lo percibido por el ser.
Los jóvenes poetas deben preocuparse por el conocimiento poético, no dejarse seducir sólo por la imaginación. El poeta debe saber lo que hace, nunca debe tratar de desviarse del arte.
«Lo que se ha desarrollado en muchos poetas de ésta generación es una notable habilidad del instinto de confundir las pistas y en desconectar el espíritu por la sorpresa y la herida estimulante de la imaginación».
La conciencia de la poesía se realiza al crear el objeto, que es un universo en sí, y debe recibirse espiritualmente, con la intención que la inteligencia presume.
Esa conciencia de la poesía es la esencia del estado poético, sabiendo que la conciencia poética está en la rima, en el ritmo, el verso, la musicalidad, la inteligibilidad humana. La palabra es su vestido.
La interioridad y realidad del conocimiento poético en su espiritualidad, el poder de conocer, el movimiento misterioso fruto del ser...Todo esto debe estar en forma armónica.
El canto creador se desarrollo a dos niveles:
El que es descubrimiento anterior en sí mismo, que actualiza la conciencia de la poesía, que es el renovar la poesía por si misma, cuyos ejemplos son Charles Baudelaire (1821-1867) y Arthur Rimbaud (1854-1891).
El otro nivel es el que pretende seguir la acción poética en la tradición de los clásicos.
La intuición creadora es la primera regla de las bellas artes, es una intuición espiritual. El artista siempre comprende la responsabilidad de su arte, pero existe un momento en el poeta, un instante rápido, privilegiado en la misteriosa virtud espiritual que debe aprovecharse, ese momento es la idea creadora. Luego vendrá el estilo gramático, las reglas.
Así también es necesario inspirarse y recorrer las grandes obras, los clásicos.
«Hay en la poesía un elemento de la misma naturaleza, que es el espíritu de la poesía, y ésta revelación es un acto de la persona íntima del poeta, que no hace sino una cosa con el conocimiento poético».
La inteligencia produce en el poeta sus verbos mentales, resultado de la espiritualidad o medios del conocimiento, exterioriza la obra, la canta, la hecha afuera, según el deseo natural, el impulso característico original.
El poeta quiere siempre ofrecer en su obra algo más de lo que comunica. Desea ser incomprendido en el sentido del misterio, nunca ser comprendido totalmente, su interés es proyectarse en la historia, para ser entendido por las nuevas generaciones.
El conocimiento poético se expresa en una obra, no es el conocer especulativo, por conocer. Se llega a poeta cuando la obra poética está realizada, no antes. Ser poeta no es un título, es una toma de conciencia en la misma acción, en la obra que se realiza.
El conocimiento poético tiene relación con la realidad como acto de la inteligencia humana. El conocer la realidad trasciende de la contemplación y lo divino: tener como sujeto lo poético, el dominio de las reglas y la emoción del artista.
El conocimiento poético tiende a lo infinito, aspira a lo superior, la trascendencia. Debemos buscar una toma de conciencia, caracterizar las actividades de la era moderna.
En el conocimiento hay dos niveles:
El plano de lo científico, lo filosófico y lo religioso.
En el otro plano están: la poesía y el arte.
La creación cuenta con el acto del pensamiento, que es parte del ser del artista, así va creciendo, recibiendo el choque y la acción de las cosas. Para que el poeta pueda expresarse debe recibir las resonancias, para junto con ellas manifestar su propia sustancia, de esa forma se hace creador.
El conocimiento poético es el acto cuando se encuentran la actividad creadora y el conocimiento, que tiende a producir una cosa en el ser, convirtiéndose en la idea de la obra.
El sentido poético
A la poesía no se le puede exigir por sí misma un sentido lógico o racional, pero la poesía está acompañada del sentido y la inteligencia.
El sentido poético se confunde con la poesía misma.
Si empleo aquí la expresión poética prefiriéndola a la palabra poesía, lo hago para significar que la poesía da existencia al poema, como el cuerpo al alma.
El sentido poético es diferente al sentido inteligible, inseparable a la estructura formal, ligado a la forma, camina paralelo a la palabra y la forma verbal.
Muchos de los grandes poetas no pueden ser traducidos fielmente, como en el caso de Charles Baudelaire o de Dante Alighieri.
Existen traducciones de obras que hacen desvanecer la poesía original, algunas veces se convierte en un nuevo poema o son muestras de simpatía al original, aunque en muchos casos se pueden hacer hasta juego de imágenes sin perjudicar el sentido poético.
La materia prima del poema son los objetos-imágenes, llevados a la universalidad de la belleza, y los signos que llevan todas las complejidades psicológicas expresadas en palabras, impulsadas por las potencias intuitivas y espirituales del poeta.
La musicalidad del lenguaje poético se da cuando lo significado es inmanente a la forma, no como se cree ordinariamente que es sólo lo que agrada al oído, o lo que suena armónicamente, aunque esto se puede producir en algunas prosas.
En la música el contenido del sentido debe ser inmanente a la forma, para pero no necesariamente así en el sentido poético.
La poesía, como canto, es el conocimiento substancial que busca una expresión; es la liberación nacida de una experiencia vital, en razón del poeta con el destino, en sentido inteligible, necesario en el sentido poético.
La poesía popular casi siempre es ingenua, basada en la imaginación y el sentimiento puro, expresado con claridad, como también sucede con las ideas filosóficas y religiosas, que encuentran genios poéticos y producen la maestría magnífica.
La poesía es sabor en la esencia.
La esencia de la poesía tiene varias virtudes:
Suavidad, que es frescura nacida del espíritu
Evidencia, que penetra el espíritu con la rapidez del fuego en la madera seca.
Ardor, que es el abrazo expresivo del espíritu.
Estas tres virtudes dan el sabor a la poesía.
Así como la prosa habla de alguna cosa, la poesía hace alguna cosa con las palabras.
Para entrar en el misterio de lo desconocido es necesario partir de lo conocido, así para interpretar el no-sentido poético, lo inteligible, es conveniente partir del sentido poético.
Rimbaud dijo que el primer estudio del que quiere ser poeta es su propio conocimiento, debe buscar su propia alma, inspeccionarla, tentarla y aprehenderla.
En el sentido poético no todo es lógico. Existen textos voluntariamente oscuros, algunos por el automatismo, que no es absoluto; otro caso es cuando la memoria resalta a la conciencia algo que ésta había conocido y olvidado; como también algunas causas trascendentales y positivas, como el exceso de concentración intelectual expresado por Paul Claudel. A esto les llamamos el no-sentido poético.
Ese no-sentido poético se puede producir también por la insuficiencia de palabras adecuadas, la sonoridad inaudita, la expresión única a una percepción única, al componer palabras nuevas o intentar crear un nuevo lenguaje. Esa oscuridad produce un no-sentido poético.
Stéphane Mallarmé se expresa con una musicalidad hablada, que es un canto, esto produce un gran placer, se puede percibir un desarrollo musical en su palabra, se distinguen los acentos de los instrumentos, son palabras en su música hablada.
La poesía y la música tienen afinidad, pero cuando el poeta pretende ser igual que el músico es superficial, pierde el sentido poético.
Raissa Maritain escribió sobre el sentido y el no-sentido poético para una exposición que presentó al Congreso Internacional de Estética y Ciencia del Arte, celebrado en París. Su documento sirvió como parte inicial del libro Situación de la poesía, escrito por ella junto con su esposo Jacques.
El sentido poético no siempre es lógico, algunos poemas surgen de la oscuridad. Rimbaud explicó que:
«El poeta es realmente ladrón del fuego...
Si lo que trae de abajo tiene forma, da forma;
si es informe, da lo informe».