El 2 de noviembre de 1917, la Revolución declaró los derechos de los pueblos de Rusia, que proclamaba la abolición del yugo nacional, se daban derechos iguales, plena libertad, y derecho a la autodeterminación hasta la separación estatal.
Para combatir el terror contrarrevolucionario, el sabotaje y la especulación el 7 de diciembre de 1917 se estableció la «Comisión para combatir la contrarrevolución y el sabotaje», conocida como Cheka, dirigida por Félix Dsershinski, y para la defensa del país se constituyó el Ejército Rojo Obrero Campesino, a cargo de León Trotski, el 16 de diciembre de 1917, y el 15 enero de 1918 se aprobó y ratificó su organización.
El 10 de noviembre de 1917 se abolieron todos los estamentos sociales y grados sociales en Rusia.
El III Congreso de diputados obreros, soldados y campesinos declaró, en enero de 1918, la República de Sóviets de diputados, obreros y campesinos, sobre la base de la unión de naciones libres, como un Estado federado.
El 23 de enero de 1918 se estableció la separación de la Iglesia y el Estado ruso y la Iglesia de la escuela.
El 4 de julio de 1918 se abren las sesiones del V Congreso de los Sóviets de toda Rusia donde se aprueba la nueva Constitución Política.
El 1 de diciembre de 1918 se crea el Consejo Superior de la Economía Nacional, y empezaron a desarrollarse los Planes Quinquenales, la industrialización socialista y la colectivización de la agricultura, la política industrial y koljosiana.
El VIII Congreso del Partido Comunista Ruso, de marzo de 1919, estableció la alianza Obrero Campesina, adoptando el Programa del II Congreso de 1903,
Rusia empieza a emerger como un poderoso Estado multinacional, como una unidad política de naciones. Con la Revolución de Octubre se inicia la posibilidad de acabar con el sistema capitalista y de hacer triunfar el sistema socialista. Surge, igualmente, a partir de ella, un período de revoluciones socialistas y nacional libertadoras.
Impacto histórico de la Revolución
La Revolución Rusa provoca una nueva Historia Universal, divide el mundo en dos sistemas político económicos, donde están los países de economía capitalista y, a partir de 1917, los que inician la economía socialista. En ese momento una sexta parte del mundo iniciaba esta construcción socialista.
La Revolución Rusa dividió el mundo político existente, no solo por la organización política, económica y social que hizo surgir, sino porque a partir de allí también desarrolló movimientos contrarrevolucionarios, anticomunistas, antisocialistas, organizados a escala internacional, que trataban de impedir su desarrollo.
La Revolución Rusa debilitó las bases del sistema capitalista en su momento y las bases del sistema mundial colonialista.
La Revolución Rusa sale de la guerra imperialista, de la I Guerra Mundial, y salva a Rusia de la catástrofe económica y política que se cernía de continuar en esa guerra.
La Revolución Rusa establece y hace surgir nuevas relaciones internacionales.
La Revolución Rusa rompió la opresión colonial nacional de los pueblos y nacionales que vivían bajo el Zarismo.
La Revolución Rusa abrió la perspectiva de la lucha por el socialismo y el comunismo.
La Revolución Rusa estableció una nueva forma de organización y representación política democrática, la Dictadura del Proletariado.
La Revolución Rusa por primera vez proclamó el poder de los trabajadores.
La Revolución Rusa trató de demostrar que había leyes y rasgos generales, en el movimiento histórico, que conducían a la Revolución Socialista, que estas leyes generales tenían a la vez rasgos propios y específicos determinados por las particularidades de cada país.
La Revolución Rusa impulsó al proletariado y al movimiento obrero internacional a nuevas formas de organización y lucha.
La Revolución Rusa generó de manera inmediata movimientos de solidaridad, bajo la consigna Manos fuera de la Rusia Soviética, contra la agresión que sufría por las potencias imperialistas.
La Revolución Rusa hizo surgir su mito, su ilusión, su esperanza, y su terror, por lo que demolía en el campo político y económico, y por el ejemplo que provocó, desde entonces en las dos direcciones.
La Revolución Rusa se convirtió en un símbolo, el más destacado del siglo XX en el movimiento obrero y la clase obrera mundial, en el símbolo del triunfo de la clase obrera, en el símbolo de la Revolución Victoriosa Socialista.
La Revolución Rusa en el arte y la cultura sacudió los esquemas existentes. Provocó el desarrollo de vanguardias artísticas en Europa, como impacto, y como proyección, el cubismo, el futurismo, el surrealismo, el constructivismo, y de manera más soviética el Arte Obrero y Proletario, el realismo socialista, sobre todo a partir de 1934, que hizo también que el arte se convirtiera en un elemento de la propaganda y la agitación política.
La Revolución Rusa señaló y marcó el camino para liberar al mundo de las desigualdades sociales y económicas, al eliminar el analfabetismo, elevar y universalizar el acceso a la educación y la cultura, al resolver el problema del empleo y de la vivienda, entre otros aspectos.
De las tres Revoluciones que se dieron en Rusia, desde 1905, la de Octubre es la determinante, la Verdadera Revolución. Era el único camino que tenía el pueblo ruso para lograr la paz, conquistar el poder político y acabar con el capitalismo en Rusia.
Con la Revolución Rusa la alianza obrero campesina adquirió una dimensión universal.
La Revolución Rusa superó a los Comuneros de París, cuando por primera vez también el pueblo, en este caso el francés, se hizo dueño del poder por unas cuantas semanas.
La Revolución Rusa estableció una nueva forma de poder político, el sóviet, como Concejo de Obreros, Soldados y Campesinos, con una nueva formación estatal, con estados autónomos.
La Revolución Rusa abrió igualmente las posibilidades para que el pueblo, las clases sociales populares, las de abajo, pudieran tener una sociedad de oportunidades.
La Revolución Rusa al resolver el problema de las nacionalidades le dio unidad a los pueblos de Rusia y, luego, de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
La Revolución Rusa provocó que el 14 de mayo de 1918 los partidos obreros socialdemócratas de Alemania, Austria, Hungría, Polonia, Bohemia y otros lugares dejaran de llamarse así y pasaron a denominarse Partidos Comunistas.
La Revolución Rusa fue un ejemplo a seguir por otros movimientos obreros y revolucionarios en el mundo. El impacto de la Revolución Rusa fue inmediato. Se intentaron alzamientos revolucionarios en varios países, resultado del fin de la I Guerra Mundial y de movimientos huelguísticos agudos.
El 27 de enero de 1918 la clase obrera de Finlandia derribó el gobierno de Svinhufvud estableciendo una República Socialista Obrera Finlandesa.
Grandes huelgas en Alemania, Austria y Hungría. En Alemania se intentó crear sóviets. En octubre y noviembre de 1918 se desintegró el Imperio austrohúngaro proclamándose la República y fundándose un Partido Comunista, haciendo surgir varios estados nacionales burgueses. En Alemania fue derrocado el Káiser Guillermo, en noviembre de 1918. En Alemania también impactó la Revolución Rusa con grandes manifestaciones obreras, resultado de las cuales se logró la liberación de la cárcel de Karl Liebknecht, uno de los más importantes dirigentes revolucionarios de Alemania. Sin embargo, en enero de 1919 fueron asesinados los jefes del proletariado alemán Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, lo que originó otras grandes protestas populares y obreras.
En junio de 1918 se organizó en Budapest un sóviet de diputados obreros, y se produjo una revolución democrático burguesa.
El 28 de octubre de 1918 se proclamó la República Independiente de Checoslovaquia.
El 29 de agosto de 1918 el Gobierno Soviético proclamó su denuncia a los tratados de reparto de Polonia, reconociéndole su derecho inalienable a la independencia y unificación nacional.
En 1918 se crea el Estado polaco independiente, lo que provocó un movimiento huelguístico pidiendo la creación de un Poder Popular, del que resultó la fundación del Partido Comunista de Polonia.
En la primavera de 1918 surgieron repúblicas soviéticas de corta duración en Austria, Hungría y Baviera. Igual impacto tuvo la Revolución Rusa en Checoslovaquia, Eslovaquia, Servia, Croacia y Montenegro donde hubo luchas obreras importantes que exigían la paz con la Rusia Soviética, de donde resultó la fundación de la República de Checoslovaquia separándose del imperio austro húngaro.
En el otoño de 1918 en Yugoslavia se produjeron movimientos sociales intensos.
En Bulgaria fue similar la lucha obrera y popular donde empezó a destacar Jorge Dimitrov.
En Rumania también hubo grandes movilizaciones obreras.
En Francia los obreros se movilizaron contra la guerra, contra la intervención en Rusia y el Partido Socialista de Francia saludó la Revolución Rusa, junto a grandes intelectuales como Romain Rolland, Henri Barbussse, Anatole France.
En Inglaterra el Partido Socialista Británico también se sumó a las marchas de solidaridad con la joven y naciente República soviética.
En Italia Antonio Gramsci y Palmiro Togliatti encabezaron los actos de solidaridad con la Revolución Rusa. De estas luchas surgió la famosa canción revolucionaria Bandiera Rossa.
En 1918 se fundó el Partido Comunista de China. En 1919 el proletariado chino inicia una larga lucha antifeudal, anticolonial y antiimperialista. Sun Yat-sen se manifestó en la esperanza de que los partidos revolucionarios de China y de Rusia se pudieran unificar para la lucha conjunta.
En España, los Países Bajos, Dinamarca, Bélgica, Noruega y Suiza también hubo repercusiones directas de la Revolución Rusa.
En Estados Unidos se intentó crear en varias ciudades sóviets de obreros como Seattle y Pittsburg. John Reed, escritor, gran dirigente político de la clase obrera norteamericana, y uno de los fundadores del Partido Comunista de los Estados Unidos, durante la primavera de 1918 recorrió varias ciudades de Estados Unidos divulgando la Revolución, de la cual él había sido testigo y actor directo en esos acontecimientos, quien murió en Rusia y fue sepultado en las Murallas del Kremlin.
En América Latina, en sus diversos países, incluido Costa Rica se recibió con entusiasmo la noticia del triunfo de la Revolución Rusa. En 1920 en Argentina el Partido Socialista cambió de nombre a Partido Comunista.
Entre 1919 y 1922 se fundaron varios partidos comunistas en Latinoamérica.
En agosto y setiembre de 1918 en Japón se dieron grandes luchas obreras contra la intervención de tropas japonesas en el extremo oriente soviético.
En la India la Liga Nacional Musulmana aprobó un mensaje de solidaridad con la Revolución Rusa.
En Indonesia tuvo una gran repercusión la Revolución Rusa, con grandes huelgas.
En el Oriente Medio y el Oriente Próximo también influyó la Revolución Rusa. En Turquía en 1918 se fundó el Partido Comunista y empezó a publicar su periódico Eni Ciunia o Nuevo Mundo, y la Universidad de Constantinopla propuso a Lenin para el Premio Nobel de 1918.
En los países árabes como Siria e Irán también influyó la Revolución Rusa.
En marzo de 1919 en Corea se produce una insurrección al igual que en la India se producen insurrecciones contra el colonialismo británico.
Empezaron a surgir partidos comunistas lo que hizo que Lenin creara la III Internacional en marzo, de 1919, cuando se realizó su I Congreso , en Moscú, que logró reunir representantes de partidos comunistas, socialistas y de izquierda de 30 países, donde se aprobó una Plataforma Internacional Comunista.
Con la Revolución Rusa los movimientos anticoloniales adquirieron un aliado y un amigo solidario en sus luchas.
Con la Revolución Rusa se ejemplificó como se podía solucionar el problema nacional, y cómo se podía lograr la igualdad de derechos de distintos pueblos y nacionalidades.
Triunfada la Revolución había que iniciar su desarrollo político, económico, social y cultural.
Desarrollo de la URSS
Así empezaron a impulsarse las medidas y políticas económicas, con la llamada Nueva Política Económica. Había que atender un territorio de más de 21 millones de kilómetros cuadrados, y de más de 132 millones de habitantes, en medio de una guerra civil contra la Revolución que provocaba sabotajes constantes contra las obras de infraestructura, la producción, la destrucción de empresas y cultivos. Se había logrado crear una crisis que hizo bajar la producción de 1920 a niveles de 1913. El problema político que en la economía había era cómo sacar a Rusia de este desastre económico.
En el VIII Congreso de los Sóviets de toda Rusia, en diciembre de 1920, Lenin planteó los lineamientos de la reconstrucción socialista de la economía, en la industria y la agricultura, aprobó políticas sobre la industria pesada, la electrificación de todo el país, se visualizó y planificó el desarrollo de ocho regiones para los siguientes 15 años. Fue un proceso muy duro por la contrarrevolución existente.
Por eso hubo que pasar de la política de guerra a la nueva política económica, cuyos lineamientos había sido señalados por Lenin desde 1918.
En el X Congreso del Partido Comunista Ruso, de marzo de 1921, se dispuso este cambio en la política económica, cuyo elemento central estaba en acabar con los resabios capitalistas aún existentes en todos los niveles de producción. Este Congreso también fortaleció la unidad del Partido. En 1921 se creó el Banco del Estado junto a la Comisión de Planificación del Estado, Gosplan, que se había constituido en febrero de 1921.
En 1922 se reformularon las políticas económicas en el XI Congreso del Partido Comunista Ruso, donde también José Stalin fue nombrado Secretario del Comité Central.
En 1922 Rusia participó en la Conferencia Económica Internacional de Génova. Aquí la delegación soviética propuso reducir la producción de armas, prohibir el empleo de medios de guerra bárbaros como gases, propuso convocar un Congreso Mundial para lograr la paz general.
La Revolución Rusa sentó sus bases en una política exterior de lucha por la paz en el mundo entero, para asegurar las condiciones pacíficas para la construcción de su sociedad socialista, en primer lugar, y de coexistencia pacífica con el resto del mundo, por la colaboración mutua entre Estados de distinto sistema político social, y por relaciones económicas de mutuo respeto, por impedir nuevas guerras mundiales, por la emulación pacífica de los dos sistemas, el socialismo y capitalismo, y en su momento contra la intervención de las 13 potencias imperialistas en Rusia, por la Paz, la Democracia y el Socialismo como un solo proceso, y por el internacionalismo proletario.
A partir de 1921 la Revolución Rusa inicia la firma de tratados internacionales comerciales, el 16 de marzo, con Inglaterra, en mayo con Alemania, y este mismo año con Noruega, Italia y Austria, tratados que implicaban el reconocimiento diplomático del nuevo Estado soviético.
Igual sucedió con los países del Oriente. El 26 de febrero de 1921 se firmó el Tratado con Persia, Irán, el 28 de febrero con Afganistán, el 16 de marzo con Turquía.
En marzo de 1921 la Rusia soviética ayudó a la liberación de Mongolia del yugo colonial japonés y en marzo de 1921 se constituyó el Gobierno Popular de Mongolia, que firmó con Rusia el tratado comercial y diplomático el 5 de noviembre de 1921. Así empezaron los primeros pasos de la política exterior soviética. La Paz, el Progreso y el Socialismo, la lucha por la cooperación internacional, por la libertad y la independencia de los pueblos, la lucha por el Desarme y la Coexistencia Pacífica, disminuir la amenaza de guerra mundial, frenar la carrera armamentista, consolidar las posiciones socialistas en el mundo, para asegurar una paz justa y democrática, fueron los ejes importantes de la política exterior soviética.
Lenin había criticado la Liga de las Naciones, que se usó como instrumento para asfixiar a la naciente Revolución socialista, y propuso en su tiempo una organización alternativa basada en principios diferentes, que no se manejara como hicieron las potencias imperialistas en el Tratado de Versalles, por un pequeño grupo de países ricos. Propuso Lenin una organización internacional donde estuvieran los países capitalistas y socialistas, bajo los principios de no injerencia en asuntos internos de los Estados y los pueblos, de ayuda a los Estados débiles por parte de los Estados fuertes, con la participación de pleno derecho de los pueblos coloniales, con la participación de las organizaciones obreras, y que fuera una organización internacional de seguridad, basada en igualdad de derechos democráticos.
En 1934 la URSS ingresó a la Sociedad de Naciones. Hasta 1939 fue la voz de alerta ante la posibilidad de la II Guerra Mundial. Ante el desarrollo de la II Guerra Mundial y la ineficacia de la Liga de las Naciones esta organización desapareció.
De la lucha antifascista y antinazi se levantó una nueva organización la Organización de las Naciones Unidas, con el propósito de mantener la paz y la cooperación internacional sobre bases de igualdad y autodeterminación.
Así se mantuvo la posición de la URSS desde 1941 hasta la Primera Conferencia de Ministros de la URSS, Estados Unidos e Inglaterra en 1943, de Moscú, de la Conferencia de Teherán de 1945, de la Conferencia de Oaks, de 1944, de la de Yalta en 1945 hasta la Conferencia de 1945, de abril a junio, que fundó la Organización de Naciones Unidas.
El papel de la URSS en la derrota del nazifascismo impuso, en las conversaciones de 1943, la forma de votar en el Consejo de Seguridad de la ONU.