En España podría decirse que hacer cine independiente es casi un acto de masoquismo. No son pocos los problemas de financiación, promoción y distribución a los que se enfrentan, y si la mala suerte acompaña, la realización de una película puede resultar un arduo camino de decepciones.
Financiación, promoción y distribución
En lo relativo a financiación, estas producciones van tan ajustadas de presupuesto que en muchas ocasiones es la participación altruista de la gente la que consigue llevarlas a cabo. Sin embargo, la era digital ha traído también consigo un abaratamiento de costes; ahora la adquisición del equipo necesario para hacer una película no es algo que solo los grandes estudios se puedan permitir, lo que ha supuesto un gran empuje a la creación de cine independiente. A pesar de todo, toda producción conlleva unos gastos por pequeña que sea y en muchos casos no se llegan a cubrir.
Respecto a la promoción, al no poder permitirse campaña alguna carecen casi totalmente de visibilidad en los medios y dependen en gran medida de las redes para darse a conocer. En este sentido la era digital les ha favorecido al proporcionarles una plataforma para promocionarse casi en igualdad de condiciones que las grandes producciones; sin embargo, la reciente abolición de la Net Neutrality puede generar dificultades añadidas al permitir que los proveedores de servicios de Internet puedan establecer sesgos en el tratamiento de la información que ofrecen a sus usuarios. Está por ver qué criterio aplicarán los diferentes proveedores, pero todo hace pensar que el dinero que puedan recibir de los generadores de contenidos tendrá cierto peso en ese criterio.
En cuanto a la distribución y exhibición en salas, aunque el desplome del precio por copia que trajo consigo la digitalización del cine podía hacer presagiar un escenario favorable para las producciones independientes, la aplicación del Virtual Print Fee no hizo sino poner aún más difícil su exhibición en salas. El VPF establece un coste por cada copia virtual destinado a ayudar a los exhibidores a renovar sus equipos. El problema de esta tasa es que carece de regulación y son los propios exhibidores los que establecen sus tarifas, siendo en ocasiones tan altas que no se llegan a cubrir con la taquilla. De igual manera, los exhibidores cobran menos por copia a las distribuidoras que realicen más copias, que obviamente serán siempre los grandes estudios.
Películas sin género
Por si todo lo anteriormente relatado fuese poco, el cine en España tiene que lidiar con ese estigma tan harto conocido de no tener género. En España no se hace comedia, drama, acción, fantasía, intriga o ciencia ficción, en España todo el cine es catalogado bajo una misma etiqueta: «cine español». En lo que respecta al cine nacional, Amanece que no es poco comparte género con Los lunes al Sol, que es como decir que Miedo y Asco en Las Vegas y Leaving Las Vegas pertenecen al mismo género tan solo porque ambas se desarrollan en la misma ciudad y en ellas los protagonistas se dedican a abusar de las drogas y el alcohol respectivamente –al fin y al cabo, ¿qué película que transcurra en Las Vegas no trata sobre algún tipo de abuso?
El poder del espectador
Recientemente tuve la ocasión de charlar de todo ello con uno de esos masoquistas, Norberto Ramos del Val, nombre ya conocido en el circuito de cine independiente nacional. Según este director, a toda la situación antes descrita se suma el hecho de que actualmente para el público de esta época se le empieza a dar casi el mismo valor a una película que a un video viral. Esto no solo ocurre en el ámbito cinematográfico, también en la música, la fotografía, la literatura o el dibujo podemos encontrar ejemplos extrapolables. Quizá ese enorme aumento en la publicación de obras que trajo consigo el abaratamiento de los medios de producción y distribución, le fue dando al público la errónea sensación de que la creación de esas obras no conllevaba ni tanto tiempo ni tanto esfuerzo, provocando una depreciación de la obra artística.
Sin embargo y a pesar de tener tantas cosas en contra, la gente sigue sacando adelante esos proyectos y agradecen de cualquier ayuda, promoción o visibilidad que se les pueda dar.
Es por ello que voy dedicar el resto del artículo para hablar de la próxima película de Norberto, CallTV, que se estrena oficialmente el 12 de enero pero que pude ver en el preestreno de hace unas semanas.
CallTV es la novena película de este director, quien desde el 2011 ha estado estrenando prácticamente una película al año. A pesar de ser un director con cierta trayectoria y varios premios en su haber, lo ha tenido bastante difícil para conseguir algo de financiación para su película, pero sin llegar a cubrir la producción. Aunque una vez terminada no se ve con ganas de ponerse a hacer otra, confiesa que seguramente en menos de tres meses ya se le habrá pasado la tontería.
CallTV, protagonizada por María Hervás, Ismael Martínez, Álvaro Lafora y Ana del Arco, es una comedia de corte pulp en la que una otrora estrella del cine en ciernes acepta un puesto de presentadora en un concurso nocturno de llamadas. A pesar de aparentar ser una comedia ligera sin mayor propósito que el de entretener un rato, la película también expone ideas como la cosificación de la mujer en la televisión o la estúpida idea que tiene el hombre de que debe ser él el héroe que salve a la chica. Al final y en opinión de su director, depende de cada espectador el interpretar una cosa o la otra, pero se sentirá igualmente satisfecho aún si no entienden nada pero pasan un rato entretenido.
Para los créditos y el trailer de CallTV, Norberto contó esta vez con el grupo de metal alternativo Bones of Minerva y que, al igual que Norberto, salen adelante de forma independiente a pesar de las múltiples dificultades de la escena artística nacional.
Afortunadamente ellos, como muchos otros, siguen creando y publicando obras a pesar de todo, muchas de ellas de gran calidad y valor artístico. Quizá algún día puedan gozar del reconocimiento que se merecen.